El Partido Comunista de Uruguay celebró esta fecha con una convocatoria a enfrentar “la restauración conservadora”, que impulsa el gobierno que encabeza Luis Lacalle Pou.
Al celebrar ayer el Día de la Independencia de Uruguay, el titular del Partido Comunista de ese país (PCU), Juan Castillo, instó a conmemorar “un gran 25 de agosto luchando contra la restauración conservadora”, que impulsa el gobierno que encabeza Luis Lacalle Pou.
Al respecto apuntó contra la Ley de Urgente Consideración (LUC) que sancionó el Congreso a instancias de una iniciativa gubernamental que es rechazada por la PIT-CNT y las fuerzas que constituyen el Frente Amplio, entre ellas el PCU.
Vale citar que el paquete legislativo que responde al eje de la campaña electoral que llevó a la presidencia a Lacalle Pou, contiene 476 artículos de los que los más criticados por la central sindical y el FA son los que permiten avanzar hacia la privatización de empresas públicas, y los que le brindan más poder a las fuerzas policiales y fomentan la criminalización de la protesta.
En este sentido, Castillo hizo hincapié en que la LUC es “el principal instrumento de un proyecto de país de derecha”, por lo que es preciso enfrentarla por medio de “una unidad muy amplia y de un acuerdo”.
Castillo reiteró que el que encabeza Lacalle Pou es un gobierno “que representa la fracción más conservadora de las clases dominantes, con un gran peso del capital financiero y el agronegocio, con los sectores más de derecha de los partidos tradicionales, más neoliberales, y con un peso inédito desde la recuperación democrática de la ultraderecha, con componentes de rasgos fascistas”.
Tras lo que recordó que “ya aplicó un ajuste neoliberal con subidas de tarifas públicas, recortes presupuestales, desmontajes de políticas sociales y además permitir que se disparara la inflación, alentar la devaluación del peso e impulsar la rebaja salarial”.
Pero asimismo, proyectos de reglamentación de los sindicatos y el intento de restablecer la Ley de Impunidad para represores de la dictadura, que el titular del PCU calificó como “provocación política”.