En Bolivia balearon la camioneta que transportaba a Evo Morales. Hubo elecciones en Uruguay y el FA sacó ventaja de cara a la segunda vuelta. También en Chile donde con resultados dispares se dibujó un nuevo mapa para las alcaldías. Y en Brasil quedó claro que Darcy Ribeiro no se equivoca.
“Condenamos el atentado contra Evo Morales que es un hecho de suma gravedad”, sostuvo el secretario general del Partido Comunista, Jorge Alberto Kreyness y advirtió que “sus autores pretenden ensanchar la división del MAS y hacerla irreversible”, algo que “puede llevar a una derrota no sólo para Bolivia sino para toda América Latina y el Sur Global”.
De este modo se refirió a lo que sucedió ayer cuando, al menos catorce disparos de bala, impactaron en la camioneta en la que se trasladaba el ex presidente de Bolivia que resultó ileso, en lo que representa un atentado en el que quien conducía el vehículo sufrió una herida en la nuca y otra en uno de sus brazos.
“Nos sorprendieron dos camionetas Tundra”, sostuvo Morales cuando relató los hechos para la radio Kawsachun Coca y añadió: “yo pensé que tal vez algún ebrio nos estaba queriendo parar, pero sospeché que era raro y el chofer desvió”, tras lo que “otro nos cruzó y felizmente había un pequeño espacio entre los dos carros”. Y, sin dudarlo, aseveró que en tales circunstancias “nos damos cuenta que era un operativo”.
Fue en tales circunstancias que “empezaron los disparos…en ese momento yo escuché tres disparos, nos agachamos, como estaban cruzados picamos, corrimos bastante y el segundo carro que nos seguía también cruzó apenas, pero nos siguió, casi nos alcanza”. Después, continuó el relato, diciendo que hubo más disparos, “le habían disparado a la llanta que estaba ahí”.
A la hora de intentar explicar qué puede haber detrás de este episodio, Morales recordó que “desde el 2022, el general Zuñiga decía ‘hay que bajar a Evo’” y explicó que “en términos militares, bajar es matar”, por lo que remarcó que no se sorprende por lo sucedido y puntualizó que, pese a todo, “felizmente nos salvamos la vida”.
“Zúñiga” es Juan José Zúñiga, un militar boliviano que fue comandante general del Ejército de Bolivia, desde noviembre de 2022 hasta que el presidente Arce lo destituyó hace cuatro meses a raíz de su implicación en el intento de golpe de Estado que fue perpetrado el día 26 de ese mes.
Sea cual fuera el origen del ataque, se trata de un hecho grave que debe ser esclarecido rápidamente, más aún en momentos en los que el escenario boliviano está atravesado por un abierto enfrentamiento entre los sectores que encabezan el ex presidente Morales y el actual, Luis Arce. Y en ese contexto, Morales viene denunciando que es víctima de una persecución política por parte de Arce a quien, entre otras cosas, acusa de haber “reactivado el fascismo en Bolivia junto a su aliado Manfred Reyes Villa”, que es un ex militar, actualmente alcalde de Cochabamba, que se presenta como una esperanza para buena parte del esquema de la derecha boliviana de cara a las Presidenciales de 2025.
Asimismo, por medio de red social X, Morales responsabilizó a “agentes del Estado” por la balacera, pidió la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y alertó que “que agentes de élite del Estado boliviano atentaron contra mi vida, mientras el gobierno reactiva operaciones conjuntas” para “reprimir” las manifestaciones de sus seguidores que, desde hace varios días, protagonizan bloqueos en diferentes rutas.
Ante esto, Arce hizo hincapié en que “el ejercicio de cualquier práctica violenta en la política debe ser condenada y esclarecida”, tras lo que puntualizó que “no es con la búsqueda de muertos que se resuelven los problemas ni con especulaciones tendenciosas” por lo que “ante la denuncia del ex presidente Evo Morales de un presunto atentado contra su vida, he instruido una inmediata y minuciosa investigación, para esclarecer este hecho”.
Domingo de elecciones
Pero lo de Bolivia no es lo único que vale reseñar de lo que pasó durante el fin de semana en una región que, como con claridad definió el antropólogo brasilero Darcy Ribeiro, vive “siempre al borde del suicidio o de la insurrección”. Y en ese contexto hubo ayer domingo tres elecciones que, cada cual a su manera, exhiben las complejidades y tensiones que atraviesan Latinoamérica, pero también las limitaciones que tiene el propio sistema de representación liberal burgués en el que es el continente más desigual del planeta.
Con este telón de fondo, en Uruguay, el Frente Amplio se quedó con la primera vuelta de las Presidenciales con poco más del 46 por ciento de los votos, con lo que se aseguró ser la primera minoría en la próxima legislatura y también quedó en una posición sólida para el balotaje del 24 de noviembre en el que la fórmula integrada por Yamandú Orsi y Carolina Cosse, va a competir con la que conforman Álvaro Delgado y Valeria Ripoll. Tercero quedó el Partido Colorado que cosechó el dieciséis por ciento de las voluntades, lo que plantea un final todavía abierto para la segunda vuelta.
Por su parte, en Chile el bloque que constituyen movimientos sociales y fuerzas de izquierda, entre ellas el Partido Comunista, alternaron triunfos y reveses en las elecciones municipales. Las victorias llegaron en Maipú, Puente Alto, Viña del Mar, Recoleta, Lo Espejo, Valparaíso, Coquimbo, Chillán, Araucanía, Estación Central, Temuco y Valdivia, mientras que la derecha se quedó con comunas importantes como Santiago y Ñuñoa, mientras que en regiones como la Metropolitana y Valparaíso va a haber balotaje.
Y en Brasil la derecha retuvo en segunda vuelta el municipio de San Pablo, al imponerse sobre el candidato del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo, Guiherme Boulos, quien contaba con el apoyo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. La elección paulista fue una de los balotajes disputados en 51 ciudades, de las que quince son capitales entre las que aparece la de Ceará, la cabecera del Estado de Fortaleza, donde el esquema que integran el Partido de los Trabajadores y el PCdoB, triunfó en un resultado muy cerrado entre Evandro Leitao y el bolsonarista André Fernándes.