En lo que puede ser un final cabeza a cabeza, el domingo venidero se va a realizar la segunda vuelta electoral en 52 municipios de Brasil, entre ellos San Pablo. El PCdoB convocó a “las fuerzas democráticas y progresistas a defender la unidad para derrotar a la extrema derecha”.
Tras una primera vuelta electoral en la que 354 candidatos del Partido Comunista do Brasil (PCdoB) fueron elegidos para integrar concejos municipales y diecinueve resultaron electos alcaldes, de cara al balotaje que va a definir los comicios en los 52 municipios de Brasil, entre ellos San Pablo, convocó a “las fuerzas democráticas y progresistas a defender la unidad para derrotar a la extrema derecha”.
Cabe citar que de acuerdo a la rotación establecida cuando se constituyó la Federación Brasileña de la Esperanza, en este momento el PCdoB ocupa la presidencia de este colectivo que además está integrado, entre otros, por el Partido de los Trabajadores. Y en este contexto bajo la dirección de Luciana Santos, enfrenta el último tramo de la campaña que va a desembocar en los comicios del próximo domingo en el que entre 52 ciudades, se van a definir las alcaldías de quince capitales.
En este marco, San Pablo, Belém, Fortaleza, Aracaju, Cuiabá, Porto Alegre, Belo Horizonte, Natal y João Pessoa aparecen como ciudades en las que se va a dar, tal como lo describió el Comité Central del PCdoB, “un enfrentamiento directo entre los campos antagónicos de la política brasileña, en los que se deben crear amplios movimientos de frente democrático, desde la base del presidente Lula contra la extrema derecha”.
Otras ciudades que el PCdoB caracteriza como disputas clave, son Niterói y Olinda, mientras que en Curitiba, Campo Grande, Porto Velho, Manaus, Palmas y Goiânia “hay disputas que muestran divisiones en el campo de derecha”. Pero todas las miradas estarán puestas en San Pablo que “al ser la ciudad más grande de América Latina, debido a la singularidad de una primera vuelta polarizada y feroz, resulta tener una segunda vuelta con una dimensión especial, ya que impactará el resultado general de las elecciones”.
Ahí “la batalla exige la candidatura de Guilherme Boulos, base del presidente Lula, amplitud de alianzas, movilización del pueblo, compromisos que respondan a los deseos de los electores en disputa”, particularmente para disputar el voto en las zonas periféricas de la ciudad e incluso entre los jóvenes.
Así las cosas, al referirse a la cita del domingo venidero, Luciana Santos, comentó que los avances del actual gobierno presidido por Luiz Inácio de Lula Da Silva, especialmente en el área económica, “no fueron suficientes para aumentar la popularidad del gobierno y tener un mayor impacto en las decisiones de los electores”, pese a que la cantidad de trabajadores empleados batió un récord durante el segundo trimestre del presente año, ya que “hay 101,8 millones de brasileños en el mercado laboral”.
De todos modos, sostuvo que “las cuestiones locales, los problemas y deseos de la vida de las personas, tienen más peso” que la percepción vinculada al orden nacional y remarcó que “no hay centralidad entre la disputa presidencial y municipal, aunque es un elemento que conforma el ambiente político”.
Y evaluó que lo que se advierte es que “la disputa sigue abierta” y en este sentido se verifican tres tendencias claras: “la división de la derecha, con desafíos al liderazgo de Jair Bolsonaro”, el fortalecimiento de los partidos de centro “que están en la base del gobierno de Lula, como el PSD y el MDB” y un “lento movimiento de recuperación de los partidos progresistas, tras los reveses en las dos últimas elecciones municipales”.