En la primera vuelta electoral se impuso Agrupación Nacional que lidera Merine Le Pen, pero el Nuevo Frente Popular que integra el Partido Comunista Francés, quedó segundo por encima de la fuerza del presidente Emmanuel Macron.
Francia comienza a desandar un camino que, en apenas una semana, la va a llevar a un balotaje clave y lo hace después de que la jornada del pasado domingo dejara, al menos, tres datos medulares: la caída anunciada del esquema político que hasta ahora sustentó al presidente Emmanuel Macron, la fortaleza que volvió a exhibir la extrema derecha y el vigor que toma el espacio de construcción que aglutina desde el centro hacia la izquierda del esquema de representación política, que se plasma en el Nuevo Frente Popular (NFP) que tiene como máximos exponentes al Partido Comunista Francés (PCF), Los Ecologistas, La France Insoumise, el Partido Socialista, Génération.s, la Izquierda Republicana y Socialista, y el Nuevo Partido Anticapitalista.
Pero fundamentalmente lo que la elección anticipada del domingo volvió a poner en evidencia, es que el actual capítulo de la crisis de larga duración que atraviesa el capitalismo, también asesta sus coletazos en formaciones estatales del propio sistema donde se presenta entre otras cosas, bajo la forma de un claro deterioro del esquema de representación política.
Lo que pasó inmediatamente después de cerrados los comicios, fue que asimilando que la apuesta que hizo al convocar a elecciones anticipadas después de la derrota que un mes atrás sufriera en los comicios europeos, convocó a la construcción de una alianza que definió como amplia, para enfrentar a la extrema derecha que por medio de Agrupación Nacional (RN), se quedó con la victoria en la primera vuelta.
“Frente a RN, ha llegado el momento de una amplia alianza, claramente demócrata y republicana, para la segunda vuelta”, dijo Macron apenas conocido el resultado de la elección que puso al frente a la fuerza que lidera Marine Le Pen, que lleva como candidato a Jordan Bardella. RN se quedó con el 33,5 por ciento de los votos, mientras que el partido de Macron, Ensemble, que actualmente es el bloque más numeroso de la Asamblea Nacional, obtuvo un 22,1 por lo que quedó detrás del NFP que encabezado por Jean-Luc Mélenchon que con 28,5 por ciento se presenta como el retador de la extrema derecha para la segunda vuelta.
Con este telón de fondo, el PCF instó a que “todos asumamos responsabilidades ante la historia” y tras señalar la elección que hizo RN al quedar al frente en la primera vuelta de las elecciones legislativas en un gran número de circunscripciones, definió que “la situación es extremadamente grave para Francia” y sin dudarlo recalcó que “el Nuevo Frente Popular se afirma como el baluarte que puede impedir que madame Le Pen y Bardella tomen el control”.
Tras lo que destacó el papel del PCF que merced a su militancia logró excelentes resultados en varias jurisdicciones y puntualizó que “en este momento histórico, nuestra movilización es total para impedir que la Agrupación Nacional gane poder” y fue claro al hacer hincapié en que “las fuerzas de extrema derecha no deben poner sus manos sobre la República”.
Y después de definir que todavía “no hay nada que esté decidido”, resaltó que la segunda vuelta va a ser decisiva y que “el pueblo de Francia puede derrotar a una fuerza política que desprecia nuestra historia, pisotea nuestros valores y nos amenaza con una terrible regresión” por lo que convocó a redoblar esfuerzos para “hacer todo lo posible para derrotar a los representantes de la extrema derecha” y remarcó que eso será posible con “la movilización de las fuerzas sociales del país, de las fuerzas de izquierda, de las fuerzas sindicales y asociativas, de la juventud y de todos los ciudadanos comprometidos será decisiva”. Por lo que convocó a “todas y cada una de las fuerzas republicanas a asumir conscientemente sus responsabilidades frente a la historia”.