Un año de guerra civil en Sudán arroja cifras horrorosas y habla del peligro que presenta la injerencia imperial en la región. El Partido Comunista fija su postura.
A un año del inicio de la guerra civil que tiene lugar en su país, el Partido Comunista Sudanés (PCS), advirtió que además de las facciones militares que la desataron, existe una “abierta intervención militar extranjera que está intensificando peligrosamente el conflicto, transformándolo en una guerra por poderes”.
Lo que pasó durante el último año en Sudán es alarmante. Según agencias de la ONU, entre trece y quince mil personas murieron a raíz del conflicto que también dejó un saldo de alrededor de cien mil heridos. Pero asimismo hay que sumar a quienes fallecieron como consecuencia de hambre y enfermedades como el cólera sobre los que no se poseen datos disponibles en un escenario en el que un sistema sanitario que ya era frágil, se debilitó más aún con la destrucción de más del setenta por ciento de los hospitales.
Asimismo, casi diez millones de personas fueron desplazadas y buscan refugio en países vecinos o en zonas del territorio sudanés donde el conflicto tiene menos intensidad. De acuerdo a un reciente informe de la Sociedad de la Media Luna Roja Sudanesa, se registran más de cuatro mil casos de mujeres víctimas de delitos sexuales violentos, al tiempo que también recibieron 170 denuncias de casos de mujeres que fueron tomadas como esclavas sexuales en la capital por la milicia Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) que recibe apoyo indirecto por parte de EE.UU.
Por otro lado, el PCS explicó que el impacto económico de los robos violentos, la destrucción de fábricas y la confiscación de propiedades asciende a casi siete mil millones de dólares, algo en lo que la responsabilidad de la milicia de RSF “es significativa”, tal como lo es “en la mayoría de los crímenes, en particular los asesinatos en masa y la violencia sexual”.
Y recordó que estos crímenes fueron reconocidos por agencias de la ONU y organizaciones de Derechos Humanos incluyen actos clasificados como crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y genocidio en los que también participaron integrantes del ejército regular y las milicias afiliadas a los Hermanos Musulmanes.
Tras lo que recalcó que durante el último año, “ha cambiado el equilibrio de poder en el país”, ya que “el bloque que suma al PCS, los Comités de Resistencia y los sindicatos “se está reagrupando y reconstruyendo sus estructuras”, por lo cual “se han logrado avances significativos”.