Desde el Congreso la derecha busca consensos para perpetuarse en el gobierno, mientras en las calles el pueblo continúa movilizado.
Sobre el filo del plazo establecido para que finalice el periodo ordinario de sesiones, la Mesa Directiva del Parlamento aceptó extenderlas hasta el próximo viernes, lo que le da una nueva oportunidad para avanzar hacia un acuerdo que permita que se realice una convocatoria a elecciones para este año, pero también le da más margen de maniobra al bloque político liderado por el fujimorismo para forzar modificaciones en el Jurado Nacional de Elecciones.
Otro de los objetivos que busca el sector mayoritario del Congreso con esta prórroga, es conseguir los votos necesarios para que se apruebe la denuncia constitucional que pesa contra el ex presidente Pedro Castillo, a quien le imputan el delito de haber liderado una “organización criminal”.
Asimismo, cada día que pasa representa un poco más de nafta que se arroja en la fogata en que se convirtió Perú desde que hace poco más de dos meses un pustch liderado por las fuerzas mayoritarias del Parlamento, destituyó a Castillo para reemplazarlo por Dina Boluarte.
Desde entonces se fue incrementando la movilización de los sectores populares que básicamente exigen que se adelanten las elecciones para este mismo año, así como la convocatoria a un referéndum que sea un paso previo a una constituyente que redacte una carta magna para reemplazar a la que rige actualmente como herencia del fujimorismo.
Pero también fue creciendo la represión que ya se cobró setenta víctimas fatales de acuerdo a las cifras oficiales. Aunque recientes relevamientos hechos por organismos de Derechos Humanos hablan de cifras superiores de personas que fueron asesinadas por el dispositivo represivo que tiene epicentro en Lima, pero se extiende por todo el país. Y dan cuenta de denuncias que hablan de que se están perpetrando ejecuciones extrajudiciales, tal como lo advirtió días atrás la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
Con este telón de fondo, volvieron a tomar impulso las manifestaciones que el jueves pasado tuvieron un importante hito con una marcha multitudinaria que se efectuó hacia Plaza 2 de Mayo, en donde estuvo el Partido Comunista Peruano (PCP) con una consigna clara: “sin Dina abriremos las puertas de la democracia que están cerradas al pueblo”.
La jornada tuvo como marco a una huelga nacional cívico-popular que el PCP definió como “la expresión del Perú real que es un país plurinacional enraizado en el campo y la ciudad”, por lo que “esta lucha es de las comunidades ancestrales que llegan a la capital de las regiones, sobre todo a Lima, donde las poblaciones de trabajadores son explotados por el sistema capitalista”. Y recalcó que “ambos somos marginados, campesinos y obreros, donde las capas medias profesionalizadas y los micro empresarios solo escalan un peldaño más de la explotación extrema”.
Tras lo que hizo hincapié en que Dina Boluarte “traicionó a su pueblo y se vendió a los monopolios extranjeros y se sostiene con los antipatriotas y corruptos de la derecha fascista que no respeta ni su régimen constitucional”, por lo que instó a que “el pueblo despierte, ya que nos están matando y nos están robando”.