La Asamblea Nacional del Poder Popular determinó que continúe al frente del ejecutivo cubano durante cinco años más.
“Querido pueblo al que me enorgullece pertenecer, recibe el respeto, admiración y el inmenso cariño de quien se siente deudor siempre. Ratifico que te serviré con pasión, compromiso, sin desgano, hasta las últimas consecuencias”. De este modo se pronunció Miguel Díaz-Canel Bermúdez tras ser reelecto para un nuevo mandato de cinco años al frente de la Presidencia de Cuba, por la Asamblea Nacional del Poder Popular, en una sesión que se llevó a cabo en coincidencia con el Día de la Victoria que recuerda el triunfo de las fuerzas revolucionarias contra la invasión dirigida por EE.UU. en Playa Girón.
El jueves pasado el órgano legislativo cubano volvió a designar a Díaz-Canel, al tiempo que hizo lo propio Salvador Valdés Mesa como vicepresidente. En el caso del mandatario el 97,66 por ciento de la totalidad de los integrantes de la Asamblea aprobaron su candidatura, en tanto que para la de Valdés Mesa lo hizo el 93,4, tal como lo informó la titular del Consejo Electoral Nacional, Alina Balseiro Gutiérrez.
Tras ser proclamado por el titular de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo Hernández, Díaz-Canel propuso como primer ministro a Manuel Marrero Cruz, quien viene de ocupar ese cargo durante los últimos cinco años en los que a las terribles presiones que trae recrudecimiento del bloqueo que EE.UU. impone desde hace más de seis décadas, se le sumó la situación provocada por la pandemia que, como en todo el planeta, tensionó a un sistema sanitario que en este caso supo dar respuestas rápidas y eficaces.
Y, en este sentido, basta con recordar la vacuna contra el Covid-19 Abdala, que fue desarrollada por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología del Ministerio de Salud Pública de Cuba, así como la Soberana 02, que desarrolló el Instituto Finlay que pertenece al Fondo Cubano para la Ciencia e Innovación, dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.