El Plan Güemes de Patricia Bullrich se cobró su primera víctima. Fernando Gómez era bagayero y fue ultimado por balas de plomo disparadas por personal federal. “El norte salteño fue invadido por políticas represivas”, denunció el Partido Comunista de aquella provincia.
Fernando Gómez era un trabajador de la frontera norte del país, uno de los tantos que en la zona de Orán cruzan diariamente hacia Bolivia para volver con sus ilusiones y esperanzas de poder ganar el peso que les permita seguir. Pero la madrugada del 18 de diciembre todo fue diferente, porque durante esas una bala de plomo de las tantas que disparó personal de la fuerza antitumulto de Gendarmería acabó con la vida de Fernando, en medio de un ataque que dejó alrededor de cuarenta personas heridas y desató una situación que se venía tensando desde que en connivencia con el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich decidió militarizar la región.
“En los últimos días, el norte salteño fue invadido por políticas represivas que, desde el discurso mismo adelantaban lo que poco después se confirmó, la cacería de ‘bagayeros’ hermanos y hermanas que tienen como única posible actividad para sobrevivir la de pasar mercadería de un lado a otro de la frontera, trabajo que se realiza en cualquier frontera”, denunció el Partido Comunista de Salta al referirse al escenario que atraviesa la zona donde sólo apenas un angosto curso de agua es lo que divide a dos comunidades que están integradas culturalmente, pero también en base a una economía de subsistencia como la que desarrollan las personas que fueron atacadas por las fuerzas federales.
“En la frontera entre Aguas Blancas y Bermejo, se suma que es un lugar donde no hay ninguna posibilidad de sobrevivir si no es mediante el trabajo de pasante fronterizo”, explica con claridad del PC salteño y recuerda que en esa zona no hay radicadas fábricas o empresas “ni entidades estatales para que la población que la habita pueda tener dónde encontrar un medio laboral capaz de suministrar ingresos a sus familias”.
Está claro que el Estado Liberal Burgués es un dispositivo creado para resguardar los intereses de la clase capitalista. Y esto que quizás en las grandes ciudades se vea de forma medianamente disimulada, en localidades como Aguas Blanca se exhibe de la manera más impúdica, tal como queda en evidencia durante los días que corren. Hace apenas dos semanas hasta allí fue Patricia Bullrich para lanzar el Plan Güemes, que el Boletín Oficial describió como “una medida histórica para combatir los delitos federales en la frontera norte de Salta, con foco en los departamentos de Orán y Aguas Blancas, áreas estratégicas conectadas con Bolivia”.
En esa oportunidad, la ministra de Seguridad sentenció: “venimos a contarles que Salta va a ser más segura, que sus ciudadanos van a poder vivir en paz, que van a recuperar sus calles y sus fronteras porque el narcotráfico, el terror y las calles tomadas por bandas criminales ya no tendrán lugar en esta región”. Y junto a un sonriente Sáenz pasó revista a parte de los más de trescientos efectivos que se proponen una “estrategia de abordaje criminal conjunta”, en cuyo contexto se “coordinarán esfuerzos entre fuerzas federales, provinciales y el Poder Judicial”, para garantizar una “presencia intensiva” en lo que caracterizan como “la ruta de la droga”.
El Estado administrado por personajes como Javier Milei, Bullrich o Sáenz no va a la frontera para construir escuelas, centros deportivos o emprendimientos productivos que generen trabajo: sólo aparece para reprimir y garantizar control social en una provincia cuyo gobernador estuvo entre los primeros a la hora de anotarse en la primera fila de quienes aspiran a sumarse al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones. Y para ello deshonran el nombre de Martín Miguel de Güemes.
“Han usado el nombre del general Güemes para asesinar hermanos, para masacrar la vulnerabilidad de un pueblo”, lamenta el PC y hace hincapié en que “con la excusa de vencer el narcotráfico”, lo utilizan “para terminar con el trabajo informal” que en esa región como en tantas otras es la única posibilidad que muchas personas tienen para poder sobrevivir.
Después remarcó que “en las fronteras calientes de Argentina se debe combatir el narcotráfico y en su caso controlar el contrabando, si se quiere”, pero puntualizó que en esa tarea “no se debe abusar de las armas que entrega el Estado para asesinar a pobres”, al tiempo que recordó que la hoja de coca en el norte del país es de consumo legal, “no es droga”. Y recalcó que esto es algo que conoce Sáenz y deberían saber Patricia Bullrich y los efectivos que intervienen en el Plan Güemes, por lo que “los hacemos responsables y cómplices del asesinato de Fernando Gómez para quien exigimos justicia y también para los heridos del accionar asesino que lleva adelante el gobierno nacional y provincial en nuestro norte herido por la desidia con los pueblos originarios, las y los niños que mueren por desnutrición y ahora por la cacería de trabajadores de la frontera argentina”.