El PC y el MTL marcharon junto a organizaciones sociales, sindicales y políticas hacia la sede de la Copal. La movilización expresó el respaldo del movimiento popular a la política de precios dictada por la Secretaría de Comercio Interior. También se denunció a las alimenticias como Arcor, Molinos y Ledesma por “robar el salario de los trabajadores con los aumentos”.
Bajo la consigna “Con la comida del pueblo no se jode”, organizaciones sociales, sindicales y políticas, entre ellas el Partido Comunista y el MTL, se movilizaron este viernes desde la explanada del Centro Cultural Kirchner (CCK) en la Ciudad de Buenos Aires, hacia la sede de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), la asociación empresaria que reúne a las principales industrias del sector, para expresar su respaldo al congelamiento de precios de alimentos por noventa días dispuesto por el Gobierno nacional.
“Venimos a denunciar y señalar a los responsables de los precios y el hambre del pueblo” dijo Ignacio Cámpora, quien es secretario de Comunicación de ATE Capital y dirigente de la Conat a la hora de respaldar la Resolución 1050.
La movilización se llevó a cabo en medio de las tensiones entre el gobierno y el movimiento popular, con la mayoría de empresas productoras de alimentos, luego de que la Secretaría de Comercio Interior conducida por Roberto Feletti, dispusiera un plan para retrotraer los precios de productos de consumo masivo a los valores vigentes al 1° de octubre.
La medida generó el rechazo inmediato de las compañías, dirigidas políticamente por Daniel Funes de Rioja, quien accedió a la Presidencia de la Copal, gracias al impulso de su mentor, Paolo Rocca, que es el titular del Grupo Techint.
El tándem Rocca-Funes de Rioja expresa una línea claramente extranjerizada, tendiente a privilegiar las exportaciones y la dolarización de los precios, en detrimento de las Pymes y otros sectores empresariales cuyos intereses de clase están más cercanos al desarrollo del mercado interno.
En ese sentido, ayer el Partido Comunista enfatizó mediante un comunicado (Ver El PC convoca a movilizar hacia la Copal) que “el movimiento popular no puede permanecer expectante sino que debe retomar la iniciativa y construir espacios que apunten a fortalecer el programa originario del Frente de Todos (FdeT), a poner en el centro de la política la agenda de los trabajadores y de todos los sectores populares y a plantearle al gobierno que la prioridad tiene que estar en la lucha contra la pobreza, el hambre y la desocupación, objetivo al que nada van a contribuir ni el FMI ni los monopolios que especulan y hacen inalcanzables los alimentos básicos para cada vez más personas”.
En simultáneo el Poder Ejecutivo nacional busca aliados para hacer efectiva la política dictada por la Secretaría de Comercio Interior. Con ese propósito, el presidente Alberto Fernández reunió a casi todos los gobernadores —faltaron Suárez de Mendoza y Larreta por la Ciudad de Buenos Aires— en Casa Rosada para delinear estrategias que permitan estabilizar por noventa días los precios de más de 1.400 productos de consumo masivo.
La asistencia casi perfecta a la convocatoria presidencial y los dichos del Jefe de Gobierno porteño, quien dijo que para estabilizar los precios “hay que ir contra los monopolios” (sic), no pueden ser leídas de otra manera como manifestaciones de una preocupación certera —por motivos electorales o genuinos— basada en la lectura que los gobernadores hacen del clima social en el territorio.
No puede ser para menos, aunque claro está, incluso entre los gobernadores del FdeT hay visiones diferentes y hasta opuestas sobre cómo resolver la cuestión.
El movimiento popular gana las calles
Lo cierto es que en el marco de esta disputa, “el movimiento popular salió a la calle para sentar posición y convertirse en un actor relevante” analizó Cámpora y resaltó que “desde la propuesta original formulada por el secretario General de ATE Capital, Daniel Catalano, hasta hoy, la iniciativa fue creciendo en volumen”.
El balance coincide con el color que tomaron las calles de la Ciudad desde el CCK hasta la sede la Copal, situada en el casco histórico porteño. Banderas de múltiples movimientos sociales, organizaciones políticas y sindicales, de las dos CTA, de UTE, del Partido Comunista, del MTL y de los taxistas de capital, entre otros, vistieron el recorrido.
Cámpora enfatizó que “los aumentos constantes y sin control que vienen teniendo los alimentos de primera necesidad en nuestro país es responsabilidad de las grandes alimenticias” y remarcó que “el movimiento popular tiene que asumir, en un contexto de emergencia social como el que atravesamos, el protagonismo de esta lucha con el propósito de frenar esta escalada brutal que atenta contra la vida y la dignidad del pueblo en general”. No obstante, el dirigente hizo hincapié en que “con la política de control de precios no alcanza”.
Respecto al papel de los trabajadores estatales en esta lucha, Cámpora dijo que “ATE Capital tiene un compromiso altísimo y fundamentado con las políticas públicas” y añadió que “desde el sindicato venimos insistiendo en que para poder llevar a cabo las medidas de control de precios que anunció Feletti es fundamental incrementar la cantidad de inspectores”.
El dirigente explicó que en la actualidad "solo hay veinte inspectores en todo el país abocados exclusivamente a los controles de precios; consideramos que es imposible realizar un seguimiento de esta política con un número tan bajo de inspectores”.
En ese sentido, recordó que “muchos de los inspectores e inspectoras que faltan fueron despedidos por Macri en 2015, decisión que desreguló los controles y favoreció a las empresas”. Por eso, “solicitamos al gobierno nacional que reincorpore a los trabajadores del Estado que fueron despedidos por la gestión de Cambiemos, ya que consideramos que esto ayudará a hacer efectiva una medida tan importante para todo el pueblo”.