Miles de vecinos de la Ciudad de Buenos Aires se movilizaron este último domingo para rechazar el proyecto de privatización de la Costanera Sur que impulsa Larreta y que cuenta con media sanción de la legislatura porteña.
El domingo último se realizó una multitudinaria “bicicleteada y abrazo” en la Costanera Sur de la Ciudad de Buenos Aires, para rechazar el proyecto promovido por Larreta —y con media sanción reciente por parte de la legislatura— que busca construir barrios cerrados en los terrenos lindantes al barrio popular Rodrigo Bueno.
“Sumate a la bicicleteada para recuperar la Costanera Sur. Quieren destruir nuestros humedales para construir torres de 145 metros de altura. Peligra la Reserva Ecológica”, rezaba la convocatoria principal a la movilización. “Torres no, humedales sí” fue otra de las consignas que resonó fuertemente en la jornada.
La movilización surgió luego de que la legislatura porteña dio el visto bueno a la privatización de la Costanera. Como era de esperarse, a menos de treinta días de aprobar las modificaciones a la Ley de Catastro de la Ciudad y sin ningún tipo de disimulo, el macrismo dio media sanción, con 37 votos a favor y veinte en contra, al proyecto “Costa Urbana”, que le otorga permisos especiales al Grupo Irsa para construir torres de lujo en el predio que el grupo empresario tiene en la Costanera Sur, lindantes con la Reserva Ecológica, con el barrio popular Rodrigo Bueno y la urbanización de lujo Puerto Madero.
Los votos afirmativos para el proyecto fueron de los diputados de los bloques Vamos Juntos, UCR-Evolución y Partido Socialista. Ahora, la media sanción deberá ser debatida por la ciudadanía en una audiencia pública.
Aprobadas las modificaciones a la Ley de Catastro, el macrismo avanzó —pese a las denuncias de la oposición local— en su objetivo de conceder un permiso especial a Irsa —empresa perteneciente a Eduardo Elsztain, amigo personal de Larreta y dueño del Banco Hipotecario— para la construcción de un conglomerado de edificios en la Costanera Sur, en el predio en que antiguamente se ubicaba la ciudad deportiva del Club Atlético Boca Juniors. El grupo Irsa es dueño del predio que tiene una extensión de 71 hectáreas. Allí Elsztain y Larreta pretenden construir torres de hasta treinta pisos de altura y comercios.
Vale recordar que la nueva ley de catastro porteña regula la ubicación y la extensión de los inmuebles edificados pero no prohíbe, taxativamente, el diseño y desarrollo de complejos o “barrios cerrados”.
La ausencia de esta prohibición abre la puerta para la construcción de complejos habitacionales “cerrados” y “de lujo” en la Ciudad, proyectos del todo coherentes sí se sigue el modelo de “Ciudad PRO” que viene impulsando el macrismo desde que es gobierno en la municipalidad. Según el texto aprobado hace un mes, las modificaciones obedecen a una “actualización de disposiciones que han quedado obsoletas con los avances tecnológicos, los nuevos procedimientos y necesidades de la Ciudad”.
Entre otras cuestiones, la norma tiene la función de registrar la ubicación, límites, dimensiones, superficie y linderos de los inmuebles, ya sea edificados o no, y la misión de regular el ordenamiento territorial de las parcelas.
Sin embargo, los argumentos del PRO en la Ciudad enmascaran los verdaderos motivos de la modificación, cuya importancia es inversamente proporcional al tiempo de preparación y debate que este tipo de proyectos suelen tener en la “escribanía” de Rodríguez Larreta.
A decir verdad, la propuesta del Jefe de Gobierno Porteño debe concebirse en sintonía con los negocios inmobiliarios promovidos por el macrismo, especialmente, con el propósito de privatizar los márgenes del Río de la Plata, proyecto que tiene plena vigencia con el “desarrollo urbano” diseñado para Costa Salguero.