La Unión de Trabajadores de la Educación alertó sobre el pésimo estado en que se encuentran los edificios escolares de la Ciudad de Buenos Aires.
La Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) presentó un mapa de las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires que presentan problemas de infraestructura entre las que el sindicato señaló fundamentalmente “filtraciones, caídas de mampostería, calderas que no funcionan, baños clausurados, falta de suministro eléctrico y de agua, estado de abandono y obras inconclusas”.
Al respecto UTE recordó que desde hace carios años “venimos denunciando los problemas de infraestructura en los edificios escolares de la Ciudad”, un problema que atribuye a “las políticas de desinversión en educación que Macri y Larreta llevan a cabo durante los últimos quince años”.
Esta situación “afecta a las condiciones de enseñanza y aprendizaje y pone en riesgo la salud de quienes integramos la comunidad educativa”, recalcó el sindicato docente tras lo que lamentó que, pese a esto, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires “no da soluciones concretas”.
En este sentido, la Multisectorial por la Escuela Pública que preside la secretaria general de UTE Angélica Graciano, trabajó en la confección de este mapa que la semana pasada presentó el sindicato docente.
La Multisectorial es integrada por docentes, no docentes, estudiantes, cooperadores y otros miembros de la comunidad educativa que decidieron coordinar esfuerzos para trabajar en el seguimiento de los problemas edilicios que presentan los edificios escolares de la Ciudad, pero también para exigir soluciones concretas y definitivas a las autoridades de esta jurisdicción.
El tema viene de vieja data. Hace un año cuando se vivía un momento difícil a raíz de la pandemia y ante la imposición de dictado de clases presenciales por parte del Gobierno de la Ciudad UTE denunciaba las pésimas condiciones a las que se sometía a alumnos y docentes.
Ya en esa oportunidad, desde La Violeta se advertía sobre estas pésimas condiciones y se hacía hincapié en que desde 2007 el presupuesto para educación pasó del 33 al 17 por ciento, lo que quiere decir que el PRO redujo los fondos para educación en casi un cincuenta por ciento en el distrito que posee mayores recursos del país.