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Vie, May
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Así lo aseveró el dirigente del Partido Comunista, Juan Carlos Comínguez, al hacer el reconocimiento del lugar donde permaneció secuestrado, junto al juez Daniel Rafecas.

El miércoles pasado y acompañado por el juez federal Daniel Rafecas y el equipo del juzgado a su cargo, Juan Carlos Comínguez volvió al galpón ubicado en la intersección de las calles Pomar y Chiclana, donde hace 46 años estuvo secuestrado por la banda que entre mayo y junio de 1977, operó desde ese lugar comandada por el represor Aníbal Gordon que por entonces reportaba a la Secretaría de Inteligencia del Estado.

“Estar acá es saldar una deuda con mis camaradas”, sostuvo tras la recorrida el veterano referente del Partido Comunista y añadió que después de formalizar junto al magistrado la identificación de su lugar de cautiverio “puedo cerrar una etapa de mi vida”.

Cabe recordar que la investigación que lleva a cabo Rafecas, pudo establecer que en ese sitio estuvieron cautivas al menos siete personas, entre ellas Comínguez y Luis Cervera Novo, quienes fueron secuestrados el 20 de mayo de 1977 a pocos metros del local del partidario ubicado en de Avenida Callao 274. Y también Carmen Román, Isidro Gómez, Cesáreo Arano, Miguel Prado y Miguel Lamotta. Sólo Comínguez, Prado y Lamota sobrevivieron.

El 24 de mayo, Comínguez fue dejado en libertad y al poco tiempo cuando se presentó a declarar en una sede judicial, identificó que el sitio al que lo habían llevado contra su voluntad estaba en la zona sur de la ciudad. Para establecerlo se basó en el tiempo estimado que tardó el traslado desde donde fue interceptado por sus secuestradores, en Callao al 200, y en el olor a grasa “típico de la zona de Villa Lugano o Mataderos”, que consiguió percibir en esas circunstancias.