Después del traspié que significó el resultado del plebiscito de septiembre de 2022, sigue la tarea de la comisión de expertos que redacta el texto base sobre el que deberá trabajar el Consejo Constitucional.
Continúa avanzando en Chile la tarea de la comisión de expertos que tiene la misión de escribir el texto base sobre el que deberá trabajar el Consejo Constitucional, que es el órgano que debe ser elegido el 7 mayo para escribir la Constitución que se plebiscitará el 17 de diciembre.
Cabe recordar que se trata de la segunda vez, en menos de dos años, que Chile intenta construir y aprobar una Carta Magna que reemplace a la que impuso durante 1980 la dictadura que encabezó Augusto Pinochet.
El actual momento del proceso constituyente, surge como consecuencia del rechazo que sufrió el texto que propuso la Convención Constitucional en el plebiscito que se llevó a cabo durante septiembre de 2022.
Ahora, en el nuevo texto, están trabajando tres organismos que fueron creados para la ocasión: la Comisión Experta, que se encarga de confeccionar un anteproyecto de texto constitucional, el Consejo Constitucional que puede aprobarlo o modificarlo y el Comité Técnico de Admisibilidad que tiene que actuar como árbitro ante posibles controversias.
“Como Jota y como Partido Comunista, nos hemos planteado que la derrota en el plebiscito del 4 de septiembre fue una derrota táctica”, sostuvo desde las Juventudes Comunistas de Chile (Juco), Amanda Rosas, quien también advirtió que es preciso “no dejar que este traspié táctico se convierta en una derrota estratégica”. Y, en este sentido, hizo hincapié en que, “aunque la derecha se ha atribuido este triunfo como propio, en el resultado tuvo mucho que ver todo un proceso plagado de mentiras y de muchas cosas sucias que ayudaron a manipular el voto”.
De todos modos, Amanda Rosas, resaltó que “no es que realmente el discurso de la derecha política e ideológica haya permeado sobre todo entre la juventud, sino que supo manejar los medios y todos los recursos que tienen”.
Por lo que, fue clara cuando destacó que “no hay que creer que esté todo perdido” ya que, argumentó, “la gente todavía está con mucha sed de cambio y tiene muchos anhelos históricos que fueron los que se levantaron en la revuelta popular” que tuvo su momento de más intensidad entre octubre de 2019 y marzo de 2020.
Así las cosas, señaló que es necesario “dar pasos que quizás no parezcan tan profundos por el bloqueo que provoca la Constitución de 1980, pero que puedan permitir ir avanzando en mejorar las condiciones de vida en temas como la mejora de ingresos con un aumento al sueldo mínimo y la intervención en los sistemas de salud y educación pública”.
Y para esto, “es fundamental la identificación de nuestro sujeto popular y desde ahí ver cuáles son las problemáticas de los jóvenes hoy en día”, porque “estamos viendo a una juventud que ha sido también muy golpeada por una derecha que tiene muchos recursos y sabe llegar a una juventud que fue permeada por el individualismo y el neoliberalismo”.