Así se manifestó el secretario general del Partido Comunista de Gran Bretaña, Robert Griffiths, quien señalo la responsabilidad que en esta escalada belicista tiene la secretaria de Relaciones Exteriores del Reino Unido Liz Truss.
El secretario general del Partido Comunista de Gran Bretaña, Robert Griffiths, hizo pública su condena a la actitud “provocativa y bélica” que el reino Unido y la Otan llevan a cabo por medio del putsch que vienen ejerciendo contra la frontera europea de Rusia.
Al respecto Griffiths advirtió sobre “el peligro de guerra en la frontera entre Ucrania y Rusia” y acusó por esta situación al secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, al secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y a la secretaria de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Liz Truss, quienes “vienen intensificando sus amenazas provocativas y belicistas mientras acumulan fuerzas occidentales en la tierra y en los mares alrededor de Rusia”.
Y, en este sentido, recordó que “desde el colapso y la contrarrevolución en la antigua Unión Soviética y los países socialistas de Europa del este, el prometido ‘Nuevo Orden Mundial’, se ha convertido en una serie interminable de guerras estadounidenses, británicas y de la Otan contra los gobiernos que se atreven a desafiar los intereses imperialistas occidentales”.
Y fue claro cuando destacó que “después de un breve recorte en el gasto militar, las potencias occidentales han iniciado una nueva carrera armamentista nuclear a medida que la Otan y la Unión Europea se expanden por Europa hasta las fronteras de Rusia”.
Por lo que resalto que “ahora es urgente que comunistas, socialistas y progresistas se unan para renovar el movimiento por la paz a nivel nacional e internacional”.
En el contexto de esta escalada belicista de Otan contra Rusia, el jueves pasado cuatro bombarderos estratégicos estadounidenses B-52 aterrizaron en la base que la Real Fuerza Aérea británica posee en la localidad de Fairford del condado inglés de Gloucestershire. Pocos días antes, el personal de tierra y el equipo logístico vinculado con las aeronaves ya se había instalado en suelo británico.
Se trata de aeronaves que poseen capacidad para transportar bombas nucleares que partieron desde la base aérea Minot ubicada en Dakota del Norte y se reabastecieron en la provincia canadiense de Nueva Escocia.