Todavía queda un largo camino antes de que finalice el mandato de Lacalle Pou ¿Qué pasa en el Frente Amplio? ¿Qué aprendizajes quedaron de la derrota de 2019? La juventud tiene la palabra.
“Debemos construir un sentido común que señale con claridad para qué queremos volver al gobierno”, recalcó desde la Unión de la Juventud Comunista de Uruguay (UJC), Mariana Capurro, aunque advirtió que “esto es algo que todavía falta”, por lo que es preciso “profundizar la tarea militante”.
Lo dijo de cara al largo recorrido que debe desembocar cuando, el domingo 27 de octubre de 2024, se lleven a cabo en su país las elecciones presidenciales en las que se va a decidir quién sucede a Luis Lacalle Pou.
Al respecto, durante la semana pasada se hizo público el resultado de un sondeo realizado por la Consultora Cifra, que da cuenta de que el Frente Amplio (FA) ganaría las elecciones si se efectuaran en este momento. De acuerdo a la encuesta, el FA es el favorito en Montevideo donde se impondría por el 49 por ciento ante a 31 de la actual coalición gubernamental que triunfaría en los departamentos del interior uruguayo. Pero la diferencia en la capital del país, sería suficiente para garantizar la victoria frenteamplista.
Pese a estos datos alentadores, resulta prudente atender a las voces que invitan a reflexionar sobre qué pasó para que Lacalle Pou pudiera convertirse en Presidente y, en este sentido, cuál es el camino que debería seguirse en el año y medio que resta de aquí a los comicios.
“Perdimos las elecciones de 2019 por un alejamiento del propio Frente Amplio y el gobierno de entonces de los movimientos sociales con los que el Frente tiene una relación histórica”, sostuvo Mariana Capurro al ser consultada por Nuestra Propuesta y remarcó que “ese alejamiento también fue respecto de nuestra base social, ya que el Frente tiene una estructura orgánica con direcciones en los comité de base, que son organismos territoriales que en su momento eran el centro político del barrio, algo que lamentablemente fue despareciendo”.
En este sentido, cuestionó que entonces prevaleciera “una visión que menospreciaba el papel del comité, que es la voz del FA en el territorio y que es el que da la posibilidad a que el vecino se acerque plantee sus problemas y construya políticamente”.
Esta situación, remarcó, “provocó un agotamiento programático, porque las genuinas aspiraciones del pueblo quedaban muy lejos de la vida política del Frente en el gobierno”, lo que explica la pérdida de votos que el FA sufrió en los barrios populares de Montevideo y otras ciudades. “A esto hay que prestarle atención, porque nos ganaron el discurso ya que nos alejamos del barrio, que es el lugar donde sucede la vida de la gente”, puntualizó la militante de la UJC.
De todos modos se mostró optimista sobre el camino que se abre. “Ahora estamos en el proceso de recuperar en esta perspectiva”, indicó y aseveró que pese a que por un estrecho margen prevaleció la postura gubernamental en el referéndum que decidió el destino de la Ley de Urgente Consideración, la movilización frenteamplista que lo precedió “permitió recuperar la militancia en esa lucha, también iniciativa y presencia, por lo que la derrota fue electoral pero no política”.
Después destacó el papel que a partir de entonces juega “la experiencia de las Intersociales, desde donde nos encaminamos a hacia el tercer Congreso del Pueblo”. Y añadió que “queremos avanzar hacia el Congreso del Pueblo haciendo asambleas territoriales, coordinando con las grandes y pequeñas organizaciones sociales para poder ir hacia una confluencia programática que abarque todos los temas que afectan a Uruguay: vivienda, seguridad pública, educación, economía y salud, entre otros”.
Y tras resaltar que es preciso “poder debatir y generar propuestas de las que pueda salir el programa que represente las genuinas aspiraciones del pueblo uruguayo”, hizo hincapié en que se trata de “un gran desafío que debemos construir, que debe ser la bandera con que ir a disputar y debemos lograr que sea un hecho político en cada barrio, centro de estudio y de trabajo, donde se plantee que para solucionar los problemas hay que gravar la riqueza y hay que distribuir la tierra”.