Se acerca la definición del proceso que puede llevarlo al juicio político y el presidente de Ecuador se acerca más a EE.UU.
Al borde del juicio político para el que ya la Legislatura incorporó más de medio centenar de pruebas, el presidente ecuatoriano Guillermo Lasso, se recuesta en la relación con Washington para intentar resistir lo que a esta altura parece una situación irreversible.
En este sentido, durante la semana pasada recibió en el Palacio de Carondelet a un grupo de senadores estadounidenses que mostraron abiertamente su apoyo al mandatario cuyo destino está por estas horas en manos de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional y la presión comienza a volver a sentirse también en las calles de las principales ciudades del país.
Al respecto durante la última semana, el Comité Popular 15 de Noviembre que entre otras fuerzas integra el Partido Comunista de Ecuador (PCE), convocó a construir asambleas populares interculturales y recalcó que “la crisis neoliberal generada por Lasso, ya era motivo suficiente para exigir la salida” a lo que se suma la actual situación institucional. Y, en esta dirección, convocó “que el pueblo tome las calles y plazas para exigir la salida de Lasso”.
Mientras tanto el PCE sostuvo que “ante la grave crisis social y política por la que está atravesando nuestro país, vuelve necesario permanecer en la lucha política revolucionaria que ha caracterizado a los trabajadores, campesinos, indígenas y en especial a la juventud”.
Tras lo que hace hincapié en que el pedido de juicio político “responde a las exigencias del pueblo ante la crisis económica con la falta de trabajo, salud pública y las acciones criminales con la mafia albanesa a la cabeza”, lo que se suma a “la falta de alimentos, reducción presupuestaria para educación, todo propio de la implementación del neoliberalismo de tintes neofascistas que ha procurado la clase social de banqueros que asaltó el poder político del país”.