El presidente francés vuelve a desoír el mandato que dejaron las elecciones de abril y mayo. Ahora designó a François Bayrou para proseguir con el plan de ajuste que ya se llevó puestos a dos primeros ministros. «Es una muy mala señal enviada al país», advirtió el PCF.
«Al nombrar a un primer ministro de su bando, Emmanuel Macron vuelve a faltar el respeto a la elección de las urnas que debería haberle llevado a nombrar a uno salido de las filas de la izquierda, procedente de la coalición que salió victoriosa», lamentó el Partido Comunista Francés (PCF) al fijar postura sobre la designación de François Bayrou, quien reemplaza a Michel Barnier, quien fue puesto en ese cargo para proseguir con el programa de ajuste que venía desarrollando Gabriel Attal.
Pero ese programa es el que había sido rechazado por los franceses en la primera vuelta del 30 de junio como en el balotaje del 7 de julio, donde se impuso el Nuevo Frente Popular (NFP), coalición de la que entre otros forman parte el PCF, La Francia Insumisa, el Partido Socialista y Los Ecologistas, que de esa manera se quedó con 182 de las 577 bancas de la Asamblea Nacional y 98 en el Senado, lo que la convierte en la primera minoría. Y por eso es que el NFP debió tener la responsabilidad de formar Gobierno, para lo que postuló a la socialista Lucie Castets, pero desoyendo el resultado electoral, Macron ni siquiera convocó a dialogar al NFP y en un guiño a la extrema derecha de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, designó al conservador Barnier que duró en el cargo apenas tres meses.
¿Pero por qué todo esto? Sencillo. Es que un gobierno del NFP iba a cumplir con una agenda que Macron y quienes están detrás de él no están dispuestos a tolerar. Es que durante la campaña electoral ese espacio que va desde el centro izquierda hacia la izquierda, se comprometió a frenar el plan de ajuste que el actual Presidente impone en tándem con el Banco Europeo y el FMI, pero también desarrollar una agenda de política exterior que sea capaz de sacar a Francia del peligroso estado de sumisión a la Alianza del Atlántico Norte al que fue arrastrada.
Por eso es que el PCF hace hincapié en que el nombramiento de Bayrou, otro personaje del esquema político de Macron, «es una muy mala señal enviada al país», ya que lo que está diciendo el actual presidente es que «va a insistir en querer imponer una política que fracasó y que fue sancionada en las últimas elecciones legislativas».
Y, en este sentido, remarcó que «seguiremos apoyando resueltamente las reivindicaciones de los franceses, proponiendo la derogación de la injusta reforma de las pensiones, la indexación de salarios y pensiones, medidas para poner fin a la actual hemorragia industrial en nuestro país y que fortalezcan los recursos para el pueblo», tras lo que convocó a los trabajadores, estudiantes, jóvenes y jubilados a construir unidad y movilizar «para rechazar la dictadura de los mercados financieros».