La hicieron pública los comunistas de EE.UU., Bahréin, Egipto, Irak, Jordania, Líbano, Palestina, Sudán y Marruecos ante la agresión que perpetran el Pentágono y la Alianza del Atlántico Norte.
«Paz y autodeterminación para el pueblo de Siria», es lo que reclamó el Partido Comunista de EE.UU. (PCUsa), al tiempo que condenó «enérgicamente» la intervención estadounidense y de la Otan en el país asiático y su región. Y en este sentido, recordó que desde durante 2011 cuando comenzó el pustch contra el gobierno que encabezaba Bashar Al Assad, la Alianza del Atlántico Norte y el Pentágono «han interferido continuamente en los asuntos del pueblo sirio», algo que se verificó durante la administración de Barak Obama que entrenó, suministró y brindó apoyo diplomático a elementos de la oposición siria, al tiempo que «exacerbó la crisis interna, fortaleciendo a las fuerzas sectarias y aumentando la violencia contra los civiles».
Tras lo que hizo hincapié en que como consecuencia de ello millones de sirios fueron desplazados de sus hogares y la ocupación continua de sectores del territorio de Siria por parte del ejército estadounidense, algo que comenzó durante 2014 y continúa bajo el pretexto de oponerse al Estado Islámico, cuyo ascenso «fue principalmente el resultado del caos y la devastación causados por la invasión estadounidense de Irak, junto con los intentos encabezados por EE.UU. de imponer un régimen dócil al pueblo libre y soberano de aquel país». Y lamentó el PCUsa que «estos esfuerzos por obligar a los pueblos de Oriente Medio a aceptar acuerdos imperialistas estadounidenses y europeos han traído décadas de muerte y sufrimiento a la región y la actual explotación de la situación política de Siria sigue un guion similar».
Pero esto no es todo, ya que «influenciadas por la Otan y el imperialismo estadounidense, las Fuerzas de Defensa de Israel han tomado medidas para reclamar el futuro de Siria tras el colapso del gobierno de Asad» y en este contexto lanzaron una invasión de desde la región del Golán sirio que Israel ocupa ilegalmente, para continuar «su apropiación de tierras a lo largo de la frontera sirio-libanesa, lo que marca otra escalada en su campaña genocida».
Por lo que «nos unimos a nuestros partidos hermanos y al pueblo de Oriente Medio para condenar estas atrocidades de las fuerzas de Israel respaldadas por EE.UU.» Y precisamente fueron los partidos comunistas de los países árabes quienes, por medio de una declaración conjunta, fijaron su postura solidaria con el pueblo sirio y contra «la brutal agresión israelí».
Tribuna Progresista Democrática de Bahréin, los partidos comunistas Egipcio, Iraquí, de Jordania, Libanés, del Pueblo Palestino, Sirio Unificado y Sudanés, así como el Partido del Progreso y el Socialismo en Marruecos indicaron que «las amenazas que enfrenta Siria aumentan con la peligrosa escalada de los ataques agresivos lanzados por Israel contra decenas de instalaciones militares en todo el país, la incursión de sus tropas en las proximidades de los Altos del Golán ocupados, la violación del acuerdo de alto el fuego de 1974 y el anuncio de su intención de imponer el control sobre vastas zonas fronterizas, explotando las condiciones extremadamente difíciles y complejas, especialmente en los aspectos vitales y económicos, que enfrenta el pueblo sirio».
Por lo que «para hacer frente a estos grandes desafíos, a estos graves peligros y a los planes expansionistas sionistas que amenazan a Siria, es necesaria la unidad de sus fuerzas nacionales y democráticas para enfrentar, resistir y frustrar esta brutal agresión», puntualizan y añaden que en nombre «del derecho del pueblo sirio a resistir la ocupación sionista, hacemos un llamamiento a los partidos comunistas y a todas las fuerzas de izquierda, de progreso, de democracia y de liberación de la región y del mundo para que aumenten su solidaridad con ese pueblo, para permitirle ejercer su derecho a determinar sus propios asuntos y a tomar decisiones libres, lejos de la injerencia extranjera».
Por su parte el Partido Comunista Palestino también reafirmó su solidaridad con el pueblo sirio y condenó «las intervenciones imperialistas y sionistas destinadas a fragmentar y debilitar a Siria», al tiempo que advirtió que la caída de Al Asad va a tener «profundas repercusiones para toda la región», ya que «el espectro de la partición se cierne sobre Siria más que nunca con la intervención directa de la entidad sionista que desmanteló al ejército sirio y su arsenal militar, ha asesinado a científicos sirios y comenzó a penetrar profundamente en el territorio de este país».