El 1° de mayo es una jornada de tradicional reafirmación del sentido internacionalista que tiene la lucha del proletariado, por eso y pese a todo, en las principales ciudades del planeta se vuelve a oír la frase “¡Proletarios del mundo, uníos!”.
Al cierre de esta edición ya se habían llevado a cabo algunos de los actos y movilizaciones previstos, en las principales ciudades del planeta, para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores. Una de ellas fue Moscú, donde la céntrica Plaza Karl Marx resultó ser el escenario elegido para el festejo popular en el que el presidente del Partido Comunista Ruso, Guennadi Ziuganov, se dirigió a los presentes para destacar que “sin dudas, esta es una de las principales fiestas a nivel mundial” ya que, recalcó, “la solidaridad es el arma más humana, más poderosa y más fiable de una persona trabajadora para proteger sus derechos, sus intereses y su dignidad”. Y aprovechó la oportunidad para denunciar el apoyo de la Alianza del Atlántico Norte al régimen de Kiev, tras lo que advirtió que con el envío de armas al gobierno encabezado por Volodímir Zelenski “occidente rearma a un nuevo ejército para atacar al pueblo ruso”.
La jornada también mostró manifestaciones en diferentes puntos de Italia, donde el epicentro estuvo en la norteña Monfalcone con la realización de una marcha en las que convergieron las principales centrales de trabajadores, que fustigaron las políticas del gobierno que encabeza Giorgia Meloni, al tiempo que se comprometieron a trabajar por la construcción de un “proyecto serio, fuerte, creíble, cohesivo y coherente para garantizar una alternativa real en el país a las fuerzas de centroderecha”.
Por su parte, en España tuvieron lugar alrededor de setenta marchas por el Día Internacional de los Trabajadores, una de ellas fue la de Catalunya donde registró una movilización en la que se dieron cita alrededor de quince mil personas convocadas por Comisiones Obreras y UGT, mientras que en Madrid la cifra de asistentes fue superior lo que alcanzó para colmar la Gran Vía, con consignas de repudio al pustch que durante la última semana emprendió el tándem integrado por el Partido Popular y Vox contra el gobierno que lidera Pedro Sánchez que, por medio de su ministra de Trabajo Yolanda Díaz, anunció que va a avanzar en un proyecto tendiente a “reducir la jornada de trabajo, sin tocar los salarios”.
Tanto en esas como en otras ciudades europeas, la jornada del Día Internacional de los Trabajadores se vio atravesada por denuncias contra la masacre que el Estado de Israel perpetra sobre la población palestina, con el aval de la Otan. Por eso es que capitales como Berlín, París y Estambul, amanecieron este 1° de mayo con la presencia de fuertes operativos policiales, que fueron desplegados ante el temor de sus gobiernos de que se reiteren escenarios como los que por estas horas se viven en varias universidades estadounidenses y también en la Sorbona francesa (Ver Protestas universitarias en EE.UU).
Escenarios similares se ven en ciudades alemanas como Berlín y Hamburgo, mientras que en Grecia, las centrales sindicales convocaron a un paro general para demandar una urgente recomposición salarial y en Turquía miles de policías intentaron evitar que los manifestantes se concentren en la Plaza Taksim, en Estambul.
Por su parte, quienes también salieron a las calles fueron los trabajadores de Corea del Sur, y lo hicieron para exigir la dimisión del primer ministro Han Duck-soo y la revisión de las leyes laborales que rigen en este país, al tiempo que en Filipinas, personal policial reprimió duramente la movilización del 1° de Mayo celebrada en Manila, en la que se reclamaban mejoras en las condiciones laborales.