Fue perpetrado en Israel durante la previa de la movilización convocada por esa fuerza para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores.
Por tercera vez en un año, personal policial atacó y destrozó una sede del Partido Comunista de Israel (PCI), en un hecho que fue perpetrado durante la previa de las celebraciones del Día Internacional de los Trabajadores, lo que se suma a la suspensión que durante mes y medio sufrió el diputado comunista Ofer Cassif en el Parlamento y las detenciones de varios dirigentes y ex legisladores árabes y comunistas, entre ellos, Mohammad Barakeh, que es quien dirige la organización que representa a los árabes que viven en Israel.
Lamentablemente este ataque no tiene nada de novedoso, ya que el régimen sionista viene hostigando sistemáticamente al PCI y Hadash que es una coalición que reúne al PCI y varios grupos de izquierda. “Desde el 7 de octubre de 2023, las autoridades israelíes han estado ejerciendo nuevas medidas para reprimir la libertad de expresión, las manifestaciones y las actividades políticas, especialmente las organizadas por el Partido Comunista y Hadash”, recalcó el PCI.
Vale recordar que el sábado pasado llevó a cabo una movilización en la que comunistas y restantes integrantes de Hadash se manifestaron por el Día Internacional de los Trabajadores y lo hicieron ese día porque en Israel, tal como pasa en EE.UU., la jornada del 1° de mayo no es considerada en el calendario de feriados y días festivos.
Fue durante la previa de esa manifestación, cuando policías israelíes fuertemente pertrechados, arremetieron contra los militantes que estaban en la sede del PCI ubicada en la ciudad de Nazaret, donde detuvieron a al menos dos personas, al tiempo que confiscaron teléfonos móviles y destrozaron material de propaganda que se había preparado para la movilización.
Esta agresión fue muy parecida a la que, un año atrás y en el mismo contexto, perpetraron lo que desde el PCI no se dudó en calificar como “las fuerzas fascistas” comandadas por el ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir que también entonces asaltaron el centro en el que se preparaba la celebración del Primero de Mayo.
Pero pese a la feroz represión, tal como pasó hace un año, esta vez fueron miles las personas que se sumaron a la manifestación en la que se denunció “la cruel guerra en Gaza”, al tiempo que hubo un fuerte pronunciamiento “contra la ocupación, el fascismo y la explotación de clases”. Y, en este sentido, el PCI remarcó que “la lucha dentro de Israel continúa por una solución política, por una paz justa y por un acuerdo que libere a todos los secuestrados, tanto prisioneros como rehenes”, algo que definió debería ser “un acuerdo para todos”, ya que incluye “a los miles de prisioneros palestinos en prisiones israelíes, porque sólo una fuerte alianza árabe-judía pondrá fin al fascismo y garantizará un futuro próspero para ambos pueblos”.