Con abierto apoyo de la Unión Europea y la Otan, Ucrania profundiza su ataque a las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk.
El Partido Comunista de la República Popular de Donetsk exigió que Ucrania detenga su actitud hostil, que durante las últimas semanas profundizó en la zona del Donbass, pero también que inicie negociaciones con las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, que se basen en el establecimiento de relaciones mutuas sobre principios de paz.
Asimismo, reclamó que la Unión Europea (UE) y EE.UU. dejen de financiar el gasto militar de Kiev, para lo que es preciso que en principio suspendan el suministro de armas a Ucrania.
Y solicitó que la comunidad internacional advierta el peligro que trae aparejado esta escalada que encabeza Kiev con el apoyo de la Otan, así como que comprenda que es preciso “el enjuiciamiento penal de los criminales políticos y de guerra de Ucrania”.
La situación en esta región vacada vez peor, desde que durante 2015 triunfara un violento golpe de Estado patrocinado por la UE y la Otan, que derrocó a Víktor Yanukóvich. El carácter fascista de los golpistas, quedó exhibido, entre otras cosas, cuando a poco de que fuera instaurado el ejecutivo surgido del golpe, encabezado por Oleksandr Turchínov, prohibió toda actividad a los tres partidos comunistas que entonces existían en Ucrania.
Pocos meses antes, las bandas fascistas del Maidán, perpetraban la Masacre de Odesa. Fue el 2 de mayo de 2014, cuando paramilitares fascistas asociados a fuerzas policiales, cercaron a trabajadores que resistían al golpe en la Casa de los Sindicatos de Odesa.
Tras atacar el edificio durante varias horas y con armas de grueso calibre, lo incendiaron. A quienes intentaban escapar del fuego los remataban con disparos, lo que dejó un saldo de más de cincuenta personas asesinadas y alrededor de 250 heridos.
Estas bandas del Maidán actuaron financiadas por la UE que también financió el golpe de Estado, entre otras cosas, porque Yanukóvich se negaba a abrir la economía ucraniana a los intereses multinacionales patrocinados por la UE.
Y, fundamentalmente, porque con el golpe, la Otan metió una cuña en la zona de influencia geoestratégica y geopolítica de Rusia.
El horror que provocó la Masacre de Odesa, hizo que por abrumadora mayoría, los habitantes de Crimea se pronunciaran en referéndum a favor de abandonar Ucrania y su constitución como República autónoma que, poco después, se unió a Rusia.
Por su parte, ese mismo año, las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, se independizaron de Ucrania que a partir de ese momento comenzó atacarlas militarmente.
Desde marzo se incrementaron las agresiones de Ucrania contra las repúblicas de la zona del Donbass, con ataques que incluyen la utilización de drones contra la población civil, lo que dejó el terrible saldo de varias personas asesinadas, entre ellas, varios niños.
Y todo esto en coincidencia con la consumación de actos de abierta provocación por parte de la Otan en la zona de la frontera sur occidental de Rusia.