En la Asamblea General de la ONU 187 países demandaron que EE.UU. cese con la arbitraria medida que impone Washington contra Cuba. “La votación expresa que es posible avanzar hacia un cambio positivo en un escenario global en el que debe primar el multilateralismo”, recalcó Norberto Champa Galiotti.
Durante la jornada de ayer la Asamblea General de la ONU volvió a rechazar el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EE.UU. a Cuba y lo hizo por medio de una contundente votación, en la que la resolución que presentó La Habana contó con una adhesión de 187 votos a favor contra sólo dos en contra, los de EE.UU. e Israel y la abstención de Ucrania.
La resolución reconoce al cerco como el componente central de la política estadounidense hacia La Isla, cuyos terribles efectos que afectan directamente a la población, no cesaron ni un solo día desde hace más de seis décadas. En este sentido vale señalar que ocho de cada diez cubanos nunca pudieron ver a su país sin los estragos que provoca el bloqueo.
Y hablar de estragos en este caso no es antojadizo. Los daños provocados por esta criminal política estadounidense entre marzo de 2022 y el mismo mes de este año, ascienden a más de 4.800 millones de dólares, esto es 405 millones mensuales y trece millones diarios o un millón de dólares cada dos horas. Por lo que si no existiera el bloqueo, durante 2022 el PBI cubano hubiera crecido en un nueve por ciento.
Para poner las cosas en negro sobre blanco, los perjuicios económicos en base a precios corrientes rondan los 160 millones de dólares y a más de un billón si se tiene en cuenta el comportamiento del dólar frente al precio del oro en el mercado internacional.
Estas cifras reflejan la afectación que por el bloqueo sufrieron durante ese lapso de tiempo las exportaciones cubanas, principalmente en el sector turístico, pero también la que resulta de la persecución a las operaciones bancario-financieras, los costos por reubicación geográfica del comercio, las afectaciones a la producción y los servicios a la población y los obstáculos para acceder a tecnologías de avanzada.
Durante 31 años una abrumadora mayoría de la comunidad internacional le viene exigiendo a Washington que ponga fin al bloqueo que impone a La Isla un régimen de economía de guerra, tal como lo explica el embajador de Cuba ante Argentina, Pedro Pablo Prada Quintero, quien además advierte que se trata del “más largo, intenso, amplio y profundo régimen de sanciones que se ha aplicado contra cualquier país a lo largo de la historia”.
Prada Quintero recordó los “enormes sacrificios” que provoca el bloqueo, aunque destacó que pese a esto “millones de cubanos permanecen y se sacrifican, producen y defienden el país” y que, además, “tenemos la capacidad de compartir lo poco que tenemos con otras naciones del mundo”.
Pero también denunció “el nivel de injusticia descomunal” que representa este mecanismo que Washington sostiene “con un cinismo extraordinario basado en consideraciones políticas que no tiene justificación”, así como que no tienen en cuenta “que el pueblo de Cuba decidió de manera democrática, en un referéndum de forma mayoritaria, el modelo político, económico, social y cultural de su sociedad que desea tener”.
Los Socios del Mal
“Quienes avalan el bloqueo son los Socios del Mal, EE.UU. e Israel”, recalcó el coordinador general de la Red Continental Latinoamericana y Caribeña de Solidaridad con Cuba, Norberto Champa Galiotti. Y quien también es titular del PC de Rosario no se equivoca, ya que Washington y Tel-Aviv son los responsables de otro brutal bloqueo, el que se perpetra desde hace varias décadas contra el pueblo palestino y que durante las últimas dos semanas, dejó un saldo de alrededor de nueve mil personas asesinadas en la Franja de Gaza, territorio que además de ser constantemente bombardeado está privado del suministro de alimentos, medicamentos, agua potable y energía eléctrica.
Galiotti recordó también que el otro voto que no reclamó el fin del bloqueo, fue el del régimen nazi-fascista de Ucrania, lo que permite advertir “quiénes son los que se asocian para perpetrar algo tan tremendo como es un genocidio, ya que es eso lo que representan estas seis décadas de bloqueo”.
Pero asimismo, hizo hincapié en que del otro lado de la moneda, aparece “un mundo que se fortalece y renueva en solidaridad con Cuba”, al tiempo que lamentó “la poca eficacia que en lo concreto tiene la ONU, que sigue sin aportar considerablemente a que se alcancen equilibrios para el planeta que sean capaces de frenar guerras, ni puede hacer cumplir muchas de sus resoluciones o recomendaciones, como es el caso de la que vuelve a hacerse respecto al levantamiento del bloqueo a Cuba”.
Y tras reflexionar que “tanto este espacio multilateral como la OEA deben ser reformulados porque es preciso un mundo diferente al que vivimos”, lamentó que “una muestra clara de esta necesidad, es el destino que tiene la reciente resolución de la ONU que insta al cese del ataque sobre la Franja de Gaza, que estos Socios del Mal no respetan”.
Pero pese a esto, sostuvo que episodios como la reciente votación de la Asamblea de la ONU, “hablan a las claras de que el mundo necesita y quiere tener una mirada diferente”, por lo que “apoya a Cuba que es un ejemplo de dignidad e internacionalismo algo que le molesta a EE.UU., ya que la Revolución Cubana y su espíritu internacionalista y solidario, fue clave para hechos como la independencia de Angola y Guinea Buissau, y para la derrota del apartheid en Sudáfrica”.
Y, por eso, remarcó Galiotti, “es que esta votación también expresa que es posible avanzar hacia un cambio positivo en un escenario global en el que, necesariamente, debe primar el multilateralismo”, pero en el que también “deben ser oídas las voces de los pueblos”.