La empresa es investigada por vaciamiento, lavado y giro de divisas durante el Gobierno Cambiemos.
Molinos Cañuelas es investigada por fuga de capitales durante los años del Gobierno Cambiemos, en un estudio que revela que sus acreedores realizaron las mismas maniobras que la empresa Vicentín, con préstamos recibidos por el Banco de Inversión y Comercio Exterior (Bice) en 2019.
La cerealera y aceitera cuya planta principal está ubicada en la localidad bonaerense de Cañuelas, fue vaciada durante la Presidencia Macri y dejó una deuda de 1.400 millones de dólares, por lo que es observada por posible lavado de dinero y fuga hacia cuentas off-shore.
Vale mencionar que Molinos Cañuelas tiene plantas en diferentes puntos del país, posee una instalación portuaria propia en Zárate y, asimismo, opera en Brasil, Chile, Uruguay y Bolivia.
En abril de 2018, la agroexportadora dijo que tenía inestabilidad en Argentina y retiró su oferta de acciones en la bolsa porteña. “Un potencial cliente acreedor de Molinos Cañuelas nos pidió una opinión legal respecto de este tema. Según lo analizado hasta el momento vemos un mismo modus operandi que el de Vicentin, mismos actores y hasta mismas maniobras. Y lo que es llamativo, está íntimamente vinculado entre ambas compañías”, expresaron desde el núcleo de quienes estudian la situación.
Esto de acusar una compleja realidad en la empresa, pedir préstamos y girar divisas, fue parte del ADN de la operatoria de Vicentín, que casualmente se vincula con Molinos Cañuelas a fin de 2019 a partir de un acuerdo para la utilización de la planta de San Lorenzo.
Al día de hoy, la firma debe 1.400 millones de dólares al Rabobank, Corporación Financiera Internacional (mismo programa de apoyo de financiación de exportaciones aplicado a Vicentin), Banco Ciudad y el Deutsche Bank. También le debe al Banco Nación, HSBC, Santander, Provincia de Buenos Aires y Banco Macro.
Y como si no le debiera a pocos bancos, el Bice le prestó a Molinos Cañuelas cuando la empresa ya se encontraba en mora con los bancos mencionados y sus complejidades financieras estaban a la luz.
Una fuga diseñada desde el Estado
En mayo de este año, el Banco Central publicó un informe que revela que durante el macrismo se gestó el giro de capitales más grande de la historia. Entre 2015 y 2019 se triplicó y significó más de 86 mil millones de dólares.
La publicación del Bcra señala que la “primera fase” se da hasta comienzos de 2018, donde de cada diez dólares que ingresaron, ocho iban a la colocación de deuda y capitales especulativos.
No hay que olvidar que, a mediados de ese año, el “histórico” acuerdo de Cambiemos con el FMI profundizó más el aumento de pobreza, el desempleo y la destrucción de la inversión pública en áreas claves como educación y salud.
Mientras tanto, los Vicentín y los Molinos Cañuelas se beneficiaron con préstamos del Estado, que en lugar de proteger el trabajo de empresas que acusaban un “riesgo”, favorecieron una inmensa fuga de capitales al exterior.