De cara a la jornada del 3 de junio, la coordinadora de la Corriente Lohana Berkins, Solana López, convocó a movilizar en lo que definió como “un doble proceso de lucha que tiene nuestra propia agenda y confronta contra las políticas fascistas neoliberales de Mieli”.
El Ni Una Menos va a tener el próximo lunes 3 de junio una nueva cita con la realización de movilizaciones en todo el país, pero este año la jornada va a estar atravesada por una agenda que sale abiertamente al cruce del gobierno que encabeza Javier Milei y de dos de sus principales instrumentos, el DNU 70/2023 y el Proyecto de Ley Bases 2, que durante estos días se analiza en comisiones del Senado.
“Se viene el Ni una Menos y, en función de esto, también se viene articulando en todo el espacio del movimiento sindical de las mujeres y feminidades trabajadoras, para que este año la jornada sea parte de la agenda que el movimiento popular construye y sostiene en la calle para enfrentar al gobierno de Milei”, recalcó la coordinadora de la Corriente Lohana Berkins, Solana López.
Y, en tal sentido, puntualizó que “este fortalecimiento del protagonismo de las compañeras en la militancia y en la conducción de muchos de los espacios sociales y políticos, debe aportar a la construcción de un programa y una propuesta política que pueda tributar a un proyecto alternativo”, por lo que “la consigna de ‘Ni un minuto de Tregua’, tiene que ver con que no hay que esperar nada de este gobierno y por eso hay que mantener el nivel de participación y de protagonismo en la calle, pero también el de demanda, denuncia y construcción de unidad, hablando sobre la necesidad de construcción de alternativa con buena parte de los sectores con los que hemos caminado hasta ahora”.
El 3 de junio se convirtió en una jornada nacional de movilización en 2015, como una respuesta del movimiento feminista y de diversidades ante el femicidio de Chiara Páez, que fue perpetrado en la provincia de Santa Fe. Y desde ese preciso momento es un hito para recordar a las víctimas de femicidios, pero también para denunciar la violencia machista que con la Presidencia Milei toma características de política de Gobierno.
“No me gusta definirlo como un atentado hacia un determinado grupo o colectivo”, señaló el vocero presidencial, Manuel Adorni, al ser consultado sobre el femicidio de Fabiana Cobbas, Roxana Figueroa y Andrea Amarante, que fue perpetrado a principio de mes por Fernando Barrientos quien arrojó un cóctel incendiario a la pieza donde dormían junto Sofía Castroriglos, que padeció heridas por las que permanece internada en el Hospital Penna.
El asesino actuó porque odiaba a sus víctimas por su condición de lesbianas. Y aunque por medio de Adorni el gobierno deslizó que el hecho “está mal, es terrible, repudiable, sea contra quien sea”, no tuvo ninguna reflexión sobre el contexto de una escalada de violencia hacia el colectivo Lgtb+ que propicia La Libertad Avanza y el propio Milei que se encargó de cerrar el Inadi y suprimir, vaciar y ahogar financieramente todas las áreas y programas vinculadas a políticas de género.
Pocos días antes de este crimen, durante una entrevista radiofónica, el abogado Nicolás Márquez, que es amigo de Milei y referente de su fuerza política, indicó que “cuando el Estado promueve, incentiva y financia la homosexualidad, como lo ha hecho hasta la aparición de Javier Milei en escena, está incentivando una conducta autodestructiva”. Acerca de esto, tampoco dijo nada Adorni.
“La situación clásica que viven las mujeres es la feminización de la pobreza, toda la carestía de la vida impacta significativamente sobe las mujeres, porque son las primeras a las que se les recortan los ingresos, padecen situaciones de empleo no registrado como en el caso de las trabajadoras de casas particulares, que se quedan en la calle, se le recortan sus salarios y no se les hacen aportes”, reflexionó Solana López.
Tras lo que alertó que a esto se suma un incremento significativo de todo tipo de violencias. “Se naturalizan las violencias en la calle y la ausencia del Inadi impacta sobre las mujeres y, en particular, sobre el colectivo Lgtb y otros que se ven atravesados por esta naturalización y fomento de la violencia social y fascista que hoy ejerce una parte de la sociedad sobre otra”.
Y aunque sostuvo que es “una parte minoritaria”, remarcó que se trata de un sector que “está abroquelado en torno a un proyecto político, que es el que gobierna con Milei”, por lo que “todo esto nos exige replantearnos cómo hacer para pasar a una ofensiva”.
En este contexto, la referente de la Corriente Lohana Berkins, celebró que desde que Milei es presidente, “el nivel de participación y movilización popular es muy grande”, algo en lo que “los movimientos feministas y el feminismo en los diferentes frentes de manera transversal en los sindicatos, el territorio y las organizaciones políticas, viene siendo protagonista”, en lo que definió como “un doble proceso de lucha que tiene nuestra propia agenda y confronta contra las políticas fascistas neoliberales de Mieli”.