El sábado en las quince comunas porteñas, Confluencia va debatir con los vecinos qué destino debe darse a los 350 millones de dólares del Fondo Anticrisis de la Ciudad. El alquiler de vivienda y el precio de los productos de la canasta de alimentos aparecen como dos temas que requieren solución.
El sábado que viene los vecinos de Ciudad de Buenos Aires tendrán la palabra para opinar, debatir y proponer qué hacer con los 350 millones de dólares del Fondo Anticrisis cuya conformación que fue anunciada en noviembre de 2023 por el entonces jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, quien en esa oportunidad, sostuvo que este fondo fue conformado con «recursos» que su administración fue «ahorrando año tras año».
Así las cosas y porque en realidad quienes aportaron a la obtención de tales recursos son los vecinos de la Ciudad, resulta relevante que sean ellos mismos quienes decidan en qué tienen que emplearse y ese camino es el que espera comenzar a construir el sábado venidero Confluencia que, como se recordará, es un espacio integrado por el Partido Comunista, Unidad Popular, Forja, Libres del Sur, Patria de Iguales, Soberanxs, El Movimiento y Confederación Socialista.
Y a la hora de hacer propuestas, hay dos precios de la economía que representan un problema casi insalvable para muchos porteños y que, por lo tanto, requieren de un abordaje inmediato como el que se propone desde el Partido Comunista de la Ciudad: el del alquiler de vivienda y los productos de la canasta de alimentos.
Entonces, entre otras cosas, aparece la propuesta de adquisición de cinco mil unidades habitacionales para que sean destinadas a alquiler social en comodato que apunte, fundamentalmente, a cubrir las necesidades de personas adultas mayores y para primera vivienda de jóvenes, así como la de destinar parte del dinero a la construcción de mercados populares que contribuyan al abaratamiento del precio de alimentos y otros artículos de primera necesidad.
Pero antes de que desde las propaladoras massmediáticas dominantes salgan a decir que se trata de propuestas disparatadas, cabe recordar que recetas similares ya se están aplicando en diferentes ciudades de formaciones estatales capitalistas centrales. Así, después de que casi el sesenta por ciento de los berlineses apoyara en una consulta llevada adelante en el contexto de las elecciones generales de 2021 un proyecto tendiente a terminar con la especulación que afecta a los precios de los alquileres, el Estado de la capital alemana invirtió 2.460 millones de euros para comprar 14.750 viviendas para ponerlas en alquiler.
Por su parte, en Bruselas, el Código de Vivienda proporciona al Estado un instrumento clave que es el «derecho a la gestión pública», que le permite requisar inmuebles vacíos o que estén en condiciones de insalubridad, para renovarlos y sacarlos al mercado pero sólo como alquiler social.
Mientras que en Países Bajos las leyes de Ocupación y Vacantes y del Alquiler Temporal, suministran un marco normativo que fomenta una suerte de gentrificación virtuosa ya que en lugar expulsar a los vecinos de zonas que fueron fabriles para reemplazarlos por otros de más poder adquisitivo, buscan el aprovechamiento de espacios como oficinas en desuso y otros que originalmente no fueron pensados como viviendas, para reconvertirlos y ponerlos a disposición de un mecanismo de alquiler social.
Ninguno de estos diseños representa una panacea universal, pero exhiben que la búsqueda que se hace por medio de la propuesta de Confluencia es viable, más aún, en un escenario en el que se profundiza la crisis habitacional de la mano de la gentrificación, la desregulación del mercado que sucedió a la derogación de la Ley de Alquileres y del boom del modelo de alquiler temporario pensado para el turismo.
Pero también lo es la iniciativa de avanzar en el establecimiento de mercados populares en una ciudad que hasta hace tres décadas los tuvo, pero después los perdió casi en simultáneo con el achicamiento casi hasta la extinción de la zona de abasto de productos frescos como frutas y verduras que otrora rodeaba a la Ciudad a la altura de la Ruta 4. También cabe recordar que hubo un intento por descentralizar el Mercado Central para que tenga al menos una sede dentro de la ciudad, pero eso fracasó a raíz de la oposición de quien entonces era jefe de Gobierno, Mauricio Macri.
Entusiasmo
Por eso no es de sorprenderse que entre quienes integran Confluencia, y en particular entre las filas del PC y La Fede, crezcan el entusiasmo y las expectativas favorables que se depositan en la jornada que el sábado va a tener por escenario a cada una de las quince comunas porteñas.
«La idea nuestra es poner en discusión entre los vecinos qué hacer con ese dinero», sostuvo desde el PC de la comuna 15 el abogado Hugo Mir, quien añadió que «claramente los partidos del campo popular y revolucionario, tenemos una visión de la sociedad que es muy diferente a la que puede tener el gobierno de Jorge Macri y ni que hablar con la que del gobierno nacional de Milei».
En tal dirección reflexionó que la Gestión PRO «tiene una mirada elitista y segregacionista que marca una diferencia entre lo que es el norte y el sur de la ciudad», por lo que ante esto se vuelve necesario promover una discusión política acerca de qué hacer con los recursos del Fondo, algo que «nos proponemos mediante actividades como la del sábado que viene, para que cada vecino haga una propuesta sobre qué cosas considera que son prioritarias en la ciudad y para las cuáles se deben utilizar esos fondos».
Y entonces «una de las ideas que como espacio político evaluamos es la de destinar ese dinero a la vivienda social», algo que resulta prioritario «en un momento donde la crisis creada, alentada y agudizada por el infame gobierno nacional que tenemos, con el aumento sideral de los alquileres, es una de las tantas cosas que agobia al conjunto de los habitantes del país y ni que hablar de la Ciudad, principalmente a los trabajadores».
La cuestión tal como lo plantea Mir, «es poder paliar en cierta medida ese drama, destinando esos fondos a la construcción de vivienda social y poniéndola a disposición con facilidades para alquilar, lo cual no sólo redundaría en un alivio para un sector importante de los vecinos de la Ciudad que precisan poder acceder a una vivienda, sino que necesariamente abarataría el costo de los alquileres».
Se trata en todos los casos «de iniciativas que van a tener incidencia directa en determinados precios de la economía, para provocar el abaratamiento de esos precios», para que así «puedan volver a estar al alcance del bolsillo de los trabajadores que están absolutamente destruidos por las políticas del gobierno nacional».
Pero de todos modos, el referente del PC porteño, reconoció que «sabemos de antemano que este gobierno de derecha neoliberal de la Ciudad, que comparativamente es peor que los de Rodríguez Larreta y Mauricio Macri, seguramente distará mucho de tener una mirada parecida a la nuestra respecto a cómo se debe destinar ese dinero», pero remarcó que «es muy importante poner en discusión este tema», ya que «se debate la intencionalidad del uso de ese dinero y además se trata de impulsar a los vecinos de los barrios de las quince comunas a que participen dando sus propias propuestas, que pueden otras diferentes a las nuestras».
Y asimismo, informó que otras propuestas que se van a poner sobre la mesa, están vinculadas a «alicientes económicos para el sostenimiento de los clubes de barrio y las sociedades de fomento», sobre todo «subvenciones para que puedan pagar los servicios que con Milei, tal como fue con la Presidencia de Macri, se elevaron sideralmente».
Por eso es que Mir hizo hincapié en que existe mucha expectativa por ver qué propuestas puntuales van a surgir de cada comuna como consecuencia de las vivencias y problemáticas que enfrenta cada una de ellas, pero también en el aporte que cada propuesta haga a la construcción de un programa de gobierno. «Si no fuera así no tendría sentido invitar a que los vecinos participen», resalta» y sin dudarlo asevera que «tenemos muchas expectativas y con ellas vamos a la jornada del sábado», para producir «un hecho político que consiste en debatir popularmente con los vecinos qué destino darle a esa cantidad de dinero para constituir un Presupuesto Participativo».