El fin de semana sesionó el Comité Central del Partido Comunista. Jorge Kreyness, secretario general del Partido, presidió la reunión en la que se avanzó hacia definiciones que permiten diseñar una hoja de ruta para enfrentar al gobierno nacional y construir alternativa política. En su informe de apertura, Kreyness remarcó que el programa que derrote al gobierno “no puede ser construido en torno a las ideas de conciliación con el capitalismo”.
El sábado 31 y el domingo 1 de junio sesionó en la Ciudad de Buenos Aires el Comité Central del Partido Comunista, presidido por su secretario general, Jorge Kreyness. En la reunión, el pleno del Central —continuando con los lineamientos del 28 Congreso partidario— profundizó en la caracterización de la actual etapa histórica del país y el mundo y en el análisis de las disyuntivas abiertas que se le presentan al campo popular frente a la instauración de un gobierno neofascista y ultraliberal como el de Javier Milei y ante la creciente agresividad del imperialismo en América Latina, que se acentúa con la crisis de hegemonía de Estados Unidos.
El informe político de la sesión estuvo a cargo de Jorge Kreyness. En su intervención, que dio puntapié a la doble jornada de debates, el secretario general del PCA remarcó que “en la Argentina estamos viviendo una verdadera tragedia nacional, con un gobierno que es representante del sector más concentrado del capital financiero transnacional”. Al respecto, puntualizó —con nombre y apellido— que “sus representantes locales como Luis Caputo y compañía, son verdaderos agentes financieros de Wall Street, mega millonarios y estafadores, esa gente cuya riqueza acumulada depositada en paraísos fiscales equivale al monto total de la deuda externa argentina”.
La sincronía entre el gobierno neocolonial de Milei y la administración de Trump en Estados Unidos coloca a la Argentina en el centro de los objetivos estratégicos del imperialismo yanqui para reagrupar sus fuerzas —políticas y económicas— en un continente en disputa. En su intervención Kreyness remarcó que “todo esto tiene lugar en un momento de profunda crisis del imperialismo norteamericano y, por ello mismo, de máxima agresividad”. En la actualidad, “Estados Unidos promueve una guerra híbrida e integral de características globales, que tiene elementos militares pero también comerciales y financieros”, explicó el dirigente comunista.
La belicosidad del imperialismo se explica, en parte, porque “a nivel internacional se ha consolidado el posicionamiento de nuevos polos de poder a escala global, en un mundo cada vez más pluricéntrico y multipolar”. En este contexto, “Estados Unidos recrudece su ofensiva sobre América Latina y profundiza su injerencia en lo que consideran su patio trasero”. Ahora bien, para Kreyness “América Latina es una zona en disputa entre dos proyectos”. Por un lado, “el proyecto del imperialismo norteamericano y sus aliados” y por el otro, “un sistema diverso, plural y no siempre organizado, de distintos proyectos soberanos que con características propias están en el gobierno —y no siempre en el poder— de sus países”.
De modo que Washington tiene un lugar asignado para la Argentina. “Estados Unidos considera que Argentina tiene que ser el ancla de la dominación en América Latina”, puntualizó en su informe. Con La Libertad Avanza, “el imperio consiguió en Argentina un aliado incondicional, decidido a concretar ante los ojos del mundo la entrega más feroz de soberanía de la que se tenga memoria”. A la vez, “el Estado se fortalece para la represión social y el ajuste, para garantizar la transferencia de riqueza hacia los capitales trasnacionales”. Así, denunció, “el gobierno le quita recursos al Garrahan y amplía el presupuesto y los fondos reservados para la Side”. Con todo ello, “uno de los objetivos principales es la instalación de una base naval de los Estados Unidos en Ushuaia”. Como sostuvo el titular del PC, “para los intereses geopolíticos del imperio, la instalación de una base en el sur argentino es clave ya que posibilita el control del paso interoceánico y el acceso a la Antártida y el Atlántico Sur y para ello se conecta con la base de la OTAN en Malvinas”.
Por su parte, en la dirección política del campo popular, “en el contrapolo de este proceso de despojo y entrega de la soberanía nacional, no hay capacidad de respuesta”. Kreyness planteó que “los sectores hegemónicos del campo popular ratifican el rechazo a diseñar y coordinar un programa de lucha consecuente, destinado a ponerle un freno a la entrega total del país”. Y añadió: “como si fuera poco, están sumidos en disputas internas”.
Pese al lastre de las internas y la escasa voluntad de confrontar con el gobierno nacional, el secretario del PC valoró que “existe un movimiento real que lucha contra la política económica y social del gobierno”. Se trata de “un movimiento de luchadores que están dando batalla día a día, integrado por jubilados, trabajadores de la salud y los discapacitados junto a trabajadores industriales, docentes, científicos y estudiantes”. Sin embargo, la falta de dirección política impide la confluencia de las energías dispersas en los distintos focos de lucha sectorial. A ello, se añade que “la sociedad argentina atraviesa una agudización, muy marcada, de la crisis de representación política, manifestada claramente en los altos niveles de ausentismo que se registraron en las distintas elecciones provinciales”.
En suma, Kreyness subrayó que “del lado del campo popular hay pocas certezas y una de ellas es que no hay una dirección real que pueda asumir la tarea de conducir el movimiento de oposición al gobierno”. No obstante, hizo un llamado a “ocupar todos los puestos de lucha”. En ese sentido, enfatizó que “frente a este difícil panorama, los comunistas proponemos la construcción de un frente de liberación nacional y de refundación del Estado”.
Ahora bien, en este punto se expresó con la claridad ideológica que demanda una definición política trascendente en circunstancias históricas decisivas como la actual: “el frente de liberación y reconstrucción no podrá ser construido en torno a las ideas de conciliación con el capitalismo”. La disyuntiva fue claramente planteada por Kreyness: “o se sigue en la línea que plantea la administración de un capitalismo que no tiene futuro o vamos a dar la batalla para superarlo, señalando claramente que en los marcos de concentración actual de la riqueza no hay lugar para paliativos”. Y concluyó: “las ideas de conciliación de clases son contraproducentes e históricamente están caducas”. Por lo cual enfatizó en la necesidad de “luchar por una Patria Socialista”.
Voces del Central
El informe de Kreyness abrió la mesa de discusión política, que sesionó en dos jornadas. Sobre el cierre, sus dirigentes realizaron un balance de las discusiones y plantearon los pasos a seguir. Claudia San Martín, secretaria política del Partido Comunista de San Luis, puntualizó que “caracterizamos como una ‘dictadura del capital’ a la etapa política actual del país, con un Estado balcanizado acorde al modelo colonial que impone el narcofascismo de Milei”. En ese sentido, detalló que “avanzamos en la discusión y diseño de un programa de acción militante que ordene y priorice los reclamos de nuestra sociedad y abone al espacio de unidad y alternativa que precisamos”. En ese marco, “acordamos realizar un llamado amplio para la elaboración colectiva de un ‘Plan de Reconstrucción y Liberación de la Patria’, que unifique todas las luchas que se multiplican en el territorio nacional, a desconocer la deuda con el FMI, a revitalizar el pedido del impuesto a las grandes fortunas y el reclamo de urgentes aumentos salariales, control de precios, recuperación de ministerios perdidos y de nuestros bienes comunes como el litio, entre otros temas puntuales”.
A su turno Maru Regué, dirigente sindical docente y del Partido Comunista en Coronda (Santa Fe), subrayó que en el Central “quedó muy en claro cuál es el papel del Partido en esta etapa, de lucha contra el gobierno fascista de Milei”. Regué dijo que “tenemos que estar en la calle y tenemos que apostar por hacer confluir y encauzar las múltiples luchas que se están desarrollando en distintos frentes para derrotar a este gobierno catastrófico, tal como lo caracterizó nuestro secretario general en su informe”. “La crisis de legitimidad de esta democracia, burguesa, es parte de la crisis capitalista”, exclamó.
Por último, Leo Pozzi, del Partido Comunista de Entre Ríos, comentó que “un aspecto importante de la reunión fue la profundización en la caracterización que los comunistas hacemos de la etapa política y del gobierno nacional”. Entre las consideraciones, remarcó que “lo que ocurre actualmente en el país es una tragedia nacional, que consiste en un saqueo descarado y en la entrega de la soberanía nacional, que se inscribe dentro de los marcos de una guerra integral llevada a cabo por el imperialismo contra nuestros recursos naturales”. Esta ofensiva, precisó “convive con la dispersión de nuestras luchas y con la imposibilidad de poder constituir una alternativa política”.
Por lo tanto, Pozzi señaló que “el Partido ratificó su inspiración en los planteos del Che expresados en su Carta a los argentinos donde señaló, con una profunda comprensión histórica, que la línea de demarcación política es la que indica si se está a favor o en contra de los monopolios”. En esa dirección, según esta línea política, “los comunistas estamos decididos a trabajar en la conformación de un gran frente patriótico antiimperialista sobre las bases de un programa socialista”.