Falleció Restituto Silva, figura insigne del Partido Comunista y dirigente señero de la lucha del campesinado empobrecido de Misiones.
“Me crié en el monte, éramos nueve hermanos, vivíamos en la pobreza, papá era un hombre dócil entregado a ese esquema de explotación, porque era el tiempo del mensú, el mensualero y del capanga que era el hombre que lo controlaba todo”. De esta forma, con una pincelada sencilla y clara, Restituto Silva solía recordar sus orígenes tan ligados a la tierra misionera como a la desigualdad y la opresión donde germinó el espíritu indomable de este comunista que la semana pasada falleció a los noventa años de edad.
Sus tempranos recuerdos de aquellos años, hablaban sobre un chico que a los ocho años de edad tuvo que comenzar a trabajar en un arrozal de la localidad de Campo Viera, donde fue creciendo “con bronca y rebeldía”.
Así, con 18 años fue a trabajar a un secadero de yerba mate “hasta que un día el contador, que era medio mi compinche, me invitó a una reunión donde apareció un compañero de Villa Bonita que era del Partido ¡Y había sido que este contador también lo era! Y ahí fui oyendo, por primera vez del comunismo que yo ni tenía idea qué era, pero me habían dicho que era lo peor que había”.
Rápidamente, Restituto Silva se afilió al Partido Comunista cuando Enrique Villalba era secretario Político en Misiones y, a partir de entonces, comenzó a transitar un camino que lo llevó a militar en el sindicalismo como dirigente rural que trabajó para la organización de los campesinos en luchas que tuvieron uno de sus principales hitos en la Marcha del Hambre, que se organizó durante la década del 70 y reunió a campesinos de toda la región en Posadas para pelear por sus derechos.
Fue un destacado dirigente de la legendaria Rebelión de los Hacheros y digno continuador de Marcos Kaner, que inspirara a Alfredo Varela para su novela Río Oscuro, que Hugo del Carril inmortalizara en la película Las aguas bajan turbias.
Restituto Silva también fue un destacado internacionalista que llevó su lucha y solidaridad a Paraguay. Y, como secretario General del Partido Comunista de Misiones y como miembro del Comité Central, supo multiplicar la voz y la experiencia del pueblo de esa provincia y sus luchas.
Pero también fue protagonista activo de una generación que levantó la bandera comunista en tiempos de duras persecuciones y durante otros muy difíciles, como cuando en medio del pustch neoliberal, hubo quienes exigían la disolución del Partido Comunista.
Silva estuvo entre quienes se plantaron para que el PC siga existiendo como espacio de resistencia y lucha. Pero también de esperanza, sobre todo para los jóvenes comunistas que tienen en Don Restituto a un referente y modelo a seguir, a un entrañable camarada que siempre estará presente.