“El gobierno debe declararla porque la situación de miseria y hambre ya es extrema”, aseveró Raúl Toto Galván, secretario del PC de Chaco y referente de la Unión de Campesinos Poriahjú.
“La Emergencia alimenticia debe decretarse urgentemente”, aseveró Raúl Toto Galván, secretario del PC de Chaco y referente de la Unión de Campesinos Poriahjú, tras lo que recalcó que “es algo que exige el pueblo, al que el gobierno le sacó todo”.
Así las cosas, Galván fue claro cuando recalcó que la emergencia alimentaria es imperiosa para atender la coyuntura, pero también a la hora de señalar que en el mediano plazo es necesario avanzar hacia la seguridad alimentaria. Tras lo que hizo hincapié en que “la verdadera solución estructural es la reforma agraria”.
Sobre la emergencia alimentaria, resaltó que “debe garantizar, al menos, alimentos para los ancianos y niños” pero, insistió, con que después del 10 de diciembre “habrá que tomar medidas que vayan más a fondo y garanticen seguridad alimentaria para todos”.
Un dato relevante es que Argentina está en condiciones de tener capacidad de producción de alimentos para alrededor de 440 millones de personas. Según el Indec, el número de indigentes llegó a un millón. Esto deja a la vista que el problema no es de producción sino de reparto de la riqueza.
Siguiendo esta línea, Galván hizo hincapié en la importancia de Soberanía Alimentaria, para garantizar la calidad y cantidad de alimentos -sin transgénicos- que necesita el pueblo argentino.
Pero esto, aclaró, debe estar respaldado por un fuerte reparto de las tierras, y con las organizaciones de agricultura familiar y pequeños agricultores tomando un papel central en la producción. Algo que, resaltó, “es impensable sin una reforma agraria”.
Al respecto, fue claro al señalar que “la soberanía alimentaria es un objetivo que tenemos los pueblos para empezar a solucionar este problema del hambre definitivamente”, tras lo que dejó en claro que “las organizaciones campesinas junto con los trabajadores, debemos seguir profundizando este debate”.
En este sentido, para garantizar este derecho, Galván enfatizó que, “desde el campo popular, debemos seguir impulsando la reforma agraria” y explicó que “la soberanía alimentaria no se va a garantizar si las tierras la siguen teniendo la oligarquía”.
Por eso, “la reforma agraria debe ser un primer paso hacia la soberanía alimentaria, que solo se va a garantizar si hay acceso a la tierra por parte de la agricultura familiar y de la pequeña y mediana agricultura”.
Y, sin ocultar su indignación, denunció: “es inaceptable que un campesino no pueda tener veinte hectáreas para producir alimento y Benetton tenga un millón”.
Foro
Hace unos días, se realizó el Primer Foro Agrario Soberano y Popular en la localidad santafecina de Ángel Gallardo, donde diferentes organizaciones campesinas, de agricultores, ambientales y sindicales, debatieron sobre la coyuntura y coincidieron seguir luchando por “la reforma agraria, la soberanía alimentaria, tierra y trabajo”.
Galván caracterizó el encuentro como “un buen hecho de organización y debate” y recordó el Foro Agrario realizado en el club Ferro Carril Oeste a mediados de mayo, “que fue un punto de partida para comenzar a realizar foros agrarios por todo el país en los que se profundizan estos debates”.
Así, después de anunciar que tas las elecciones se va a llevar a cabo uno en Chaco, remarcó que es preciso “encarar este debate, porque el país ya no va más con la forma en que se concentró la riqueza, las tierras y los agronegocios”.
Y, fue contundente cuando recordó que “todas las organizaciones campesinas de América Latina hablan de reforma agraria y no nos podemos quedar atrás”.