Desde San Carlos de Bariloche una agrupación reivindica a quienes perpetraron el genocidio de la última dictadura cívico-militar. “Vienen con esto de los pañuelos negros intentando desmerecer a las Madres y quitarnos a nosotros uno de nuestros emblemas de lucha”, sostuvo el secretario del PC local, Rubén Terrile.
Asunción Benedit es viuda del capitán Francisco Lacal Montenegro que se desempeñó en la Escuela Militar de Montaña, pero también hermana del diputado por La Libertad Avanza Beltrán Benedit, quien durante 2024 ocupó algunas primeras planas de diarios no por su actividad en el Congreso Nacional, sino porque integró la delegación de legisladores que visitaban a represores que por entonces estaban alojados en la Unidad Penal de Ezeiza, condenados porque el Poder Judicial los encontró penalmente responsables de haber perpetrados delitos de lesa humanidad durante la última dictadura.
Pero asimismo se destaca por llevar a cabo una intensa actividad vinculada a la reivindicación de los genocidas y, en ese contexto, después de haber organizado en Tucumán lo que denominó “un homenaje a los caídos, veteranos, familiares y víctimas de la guerra contra la subversión”, fundó la agrupación Pañuelos Negros, cuyo nombre explícitamente ubica a sus integrantes y adherentes en las antípodas de todos quienes luchamos por la defensa de los Derechos Humanos, pero también representa una abierta provocación a las Madres de Plaza de Mayo.
Asunción Benedit y su grupo tienen su centro de operaciones en Bariloche, donde reside y desde donde durante los últimos días planteó algunos de los objetivos que se propone la agrupación que lidera. El primero de ellos es lograr la libertad de los represores a los que califican como “presos políticos” y “patriotas cautivos” que desde su particular perspectiva, fueron condenados por “jueces ideologizados que han engañado a la población”. También demanda el “reconocimiento moral y económico” a los que desde esta agrupación apologista de la dictadura definen como “víctimas civiles del terrorismo”.
Al respecto, el secretario del Partido Comunista de Bariloche, Rubén Arístides Terrile, recalcó que “esto no dista mucho de aquello que la derecha quiere hacer desde hace muchos años, instalando la idea de una guerra que nunca existió y el tema del ‘curro de los Derechos Humanos’”, con lo que pretende darle soporte “a su avance de odio que busca seguir dividiendo a la sociedad”.
En este sentido, reflexionó que “vienen con esto de los pañuelos negros intentando desmerecer a las Madres y quitarnos a nosotros uno de nuestros emblemas de lucha” ya que, destacó, “el pañuelo blanco es una bandera de lucha por la defensa de los Derechos Humanos, de la vida y de la búsqueda de todos los desaparecidos”.
De esta forma, añadió el titular del PC barilochense, “también pretenden provocar confusión” pero, remarcó, “no podemos permitir que se quieran apropiar de nuestros símbolos tal como hace Javier Milei cuando habla de libertad, que es una categoría sumamente alejada de la derecha, la ultraderecha y las clases dominantes”, porque “nos corresponde al proletariado y a todos los trabajadores”.
Y por eso, es que Terrile hizo hincapié en que es preciso “profundizar la batalla cultural”, ya que “tenemos que defender los símbolos, las palabras y las reivindicaciones que son nuestras de este tipo de provocaciones que además buscan dividir al pueblo trabajador” en su afán de “hacer retroceder los Derechos Humanos porque ellos son los violentos”.