Dilma Rousseff alertó que Jair Bolsonaro planea “un golpe dentro del golpe” y recalcó que las movilizaciones convocadas en apoyo al Presidente de Brasil para el 7 de septiembre, forman parte de un “ensayo general para un golpe de Estado”.
“El golpe ya ocurrió (en 2016), lo que estamos viviendo son las etapas del posible endurecimiento del régimen político en Brasil, el gobierno coqueteando con la posibilidad de un golpe dentro del golpe”, advirtió Dilma Rousseff, ayer, al cumplirse cinco años de que fuera obligada a dejar la Presidencia de Brasil, después de que su entonces vicepresidente, Michel Temer, y su grupo político, viabilizaran el impeachment que la alejó del Palacio Planalto.
Rousseff no dudó a la hora de calificar aquella maniobra como parte de una guerra híbrida “destinada a implementar un modelo neoliberal”, en su país y advirtió que la escalada que encabeza ahora Jair Bolsonaro y la convocatoria a movilizaciones en su apoyo para el 7 de septiembre, forman parte de un “ensayo general para un golpe de Estado”.
Vale recordar que esa jornada se celebra en Brasil el Día de la Independencia y que, en ese contexto, policías y militares retirados y en actividad, junto a asociaciones de sojeros y grupos del fundamentalismo Pentecostal, convocan a 109 caravanas y marchas en apoyo a Bolsonaro en diferentes ciudades del país.
Por otra parte, la ex mandataria lamentó el papel que jugó el Supremo Tribunal Federal (STF), en su destitución y en el posterior encarcelamiento de Lula Da Silva. Acusó a este Tribunal de haberse dejado “tutelar por el Ejército” y señaló que el STF reacciona ahora “a las movidas autoritarias de Bolsonaro”, porque percibe que el pustch también lo alcanza.
“¿Sólo ahora el Poder Judicial percibió la situación? Lo hace porque les llega a ellos”, indicó y añadió que “cuando hace cinco años dije que el golpe no se quedaría por ahí es porque sabía que habría un avance rápido sobre las instituciones”.