Sobre esto reflexionó Marcelo Rodríguez en su ponencia ante el Foro sobre Socialismo Mundial en Beijing. “Sus propuestas se basan en que la RPCh mantenga su desarrollo económico y tecnológico, profundizando el proceso de modernización con el pueblo como centro, consolidando una forma alternativa de organización social y económica a la ofrecida por el capitalismo”, recalcó el secretario de Relaciones Internacionales del PCA. E indicó, al mismo tiempo, las posibilidades que este marco ofrece para América Latina y el Caribe si se logra avanzar en un proyecto de integración regional.
Sin duda son sumamente enriquecedores los planteos y miradas que fueron dejando las ponencias expuestas en el quinceavo Foro sobre Socialismo Mundial, llevado a cabo en Beijing con la organización de la Academia China de Ciencias Sociales bajo el lema “Encrucijada de la historia mundial y las decisiones de los pueblos”. En este evento internacional se dieron cita noventa delegados extranjeros, que se sumaron a los más de doscientos que llegaron a la ciudad capital desde diferentes puntos de la República Popular China.
En este contexto, después de que durante la jornada inaugural entre los expositores estuviera el titular del Partido Comunista de la Argentina, Jorge Alberto Kreyness, sobre el fin de la semana pasado fue el turno del secretario de Relaciones Internacionales del PCA, Marcelo F. Rodríguez, quien se dirigió a los presentes para invitar a reflexionar acerca del decimoquinto Plan Quinquenal recientemente aprobado por el Partido Comunista de China, que comenzará a regir a partir de 2026.
“El 15° Plan Quinquenal de Desarrollo Económico y Social. Oportunidades para fortalecer al Sur Global”, es el título del trabajo presentado por Rodríguez, quien preside el Centro de Estudios y Formación Marxista Héctor P. Agosti (Cefma), donde funciona un Área de Estudios sobre China que promueve, por medio del debate y la investigación; el conocimiento de la realidad social, económica, política e ideológica del gigante asiático, como asimismo aquello inherente a la aplicación del marxismo en el socialismo con particularidades chinas.
En su exposición, el secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de la Argentina sostuvo que los planes quinquenales deben ser analizados “como mojones en el camino por el cual China va construyendo su desarrollo económico y social, como un gran plan maestro que se sostiene en el tiempo gracias a la planificación del PCCh que, de generación en generación, es asumido por su pueblo”. Por lo que, subrayó, estos planes “resultan esenciales para impulsar el proceso de modernización de China, para trazar los caminos sobre los cuales promover la construcción de la modernización socialista y del socialismo con particularidades chinas”.

Rodríguez explicó que la lógica que prima en estos proyectos de planificación, ejecución y balance “le dan a China enormes oportunidades de superar los desafíos planteados en esta fase de su desarrollo”. Y puntualizó que en la actual coyuntura internacional, “uno de los principales desafíos para China en el cumplimento de sus objetivos provendrán seguramente de la agresividad de los EE.UU., que como todo imperio en su decadencia se vuelve mucho más agresivo y seguirá intentando socavar la influencia de Beijing y sus intentos de generar un nuevo orden internacional más integrado, colaborativo y pacifico en el marco de la iniciativa de gobernanza global”.
Por su parte, “en lo interno, los desafíos pasarán por sostener el incremento en el nivel de vida de la población, de sus demandas crecientes con la continuidad de las políticas de desarrollo de las fuerzas productivas dentro de los planes de modernización que se están llevando adelante”. En ese sentido, secretario de Relaciones Internacionales del PCA remarcó que “es muy importante la propuesta de acelerar la autosuficiencia y fortaleza científica y tecnológica de alto nivel, y liderar y profundizar el desarrollo de las nuevas fuerzas productivas de alta calidad”.
A la vez, reflexionó que otro rasgo a tener en cuenta es el envejecimiento de la población china, que deriva de las enormes mejoras en la calidad de vida, algo que fue considerado específicamente en las Propuestas para el 15° Plan Quinquenal. “La forma en que China pueda encontrar la solución a este tema es uno de los aspectos que merecerán la mayor atención ya que, dentro de la lógica capitalista, es una problemática que afecta a muchos países del mundo que están sumiendo en una situación de subsistencia muy crítica a los sectores de la ‘tercera edad’”, señaló.
La importancia de los Planes Quinquenales
“La planificación que lleva adelante China con los planes quinquenales permite realizar un ciclo muy importante de planificación, ejecución y balance, lo cual otorga al proceso chino una organicidad y direccionalidad clara en la realización de sus objetivos, que le han permitido mantener un desarrollo sostenido en las últimas décadas”, sentenció Rodríguez a la hora de referirse a la pertinencia que presenta este esquema de planificación, destacando que la combinación de los objetivos económicos, sociales y científicos, entre otros, resulta un factor clave en estos planes quinquenales.
Asimismo, sostuvo que “la importancia de la planificación, la firmeza en su ejecución y el realizar el balance con la flexibilidad necesaria para corregir y perfeccionar el proceso chino son las características esenciales de este sistema de planes quinquenales y diferencian positivamente a la República Popular China frente a otras potencias”.
Luego de aclarar que “esta diferencia en la capacidad de planificar y sostener la centralidad política en las decisiones sobre los programas de desarrollo económico y social demuestran al mundo la superioridad del marxismo como guía para la acción y la importancia de una dirección firme por parte el Partido Comunista de China”, puntualizó que “no es casual que en Occidente, al analizar y ponderar los logros alcanzados por la RPCh en las últimas décadas, no solo se trate de minimizar y ocultar el papel del Partido, sino que a medida que China ha fortalecido su posición, se ha incrementado la campaña anticomunista en todo el planeta”.
Por eso es que aseveró que “esto es algo que los comunistas debemos tener muy presente”, dado que “los planes quinquenales son el eje articulador que le han permitido a China convertirse no solo en una gran protagonista mundial, sino también en una fuente de inspiración para la construcción de una alternativa política, económica y social”.
Rodríguez también hizo un breve repaso de los objetivos y resultados alcanzados por los planes quinquenales desarrollados desde que, en 2012, Xi Jinping asumiera como secretario general del Partido Comunista de China. Con el 12° Plan, la RPCh “se propuso avanzar en la construcción integral de una sociedad moderadamente próspera, centrando su planificación en el desarrollo científico para lograr acelerar la transformación del modo de desarrollo económico, buscando adaptar y fortalecer su estructura económica con el objetivo de mejorar las condiciones de vida del pueblo” y fue durante ese período cuando China “se afirmó como la segunda economía mundial y aumentó su influencia a nivel internacional”.
Por su parte, de 2016 a 2020, con el 13° Plan “se avanzó en la culminación de la construcción de una sociedad moderadamente próspera en todos sus aspectos”, al tiempo que la planificación se centró “en una nueva concepción del desarrollo, abordando las problemáticas de la innovación, la coordinación, la ecología, la apertura y la distribución”. Al respecto, recalcó que el logro de mayor repercusión internacional alcanzado durante tal período, “que demuestra una característica central y distintiva del socialismo con particularidades chinas en la Nueva Era, es el haber avanzado firmemente en el combate contra la pobreza, habiendo logrado sacar a ochocientos millones de habitantes de esa situación y terminado con la pobreza extrema para el año 2020”.
Después, el 14° Plan Quinquenal comenzado en 2021, “es considerado como el primero que inicia la exploración de los caminos necesarios para la construcción integral de un país socialista moderno”. Sobre esto, Rodríguez recordó que “tras evaluar los efectos de la pandemia de Covid-19 sufrida en todo el mundo, China centró su planificación en el desarrollo de alta calidad impulsando la innovación científica y tecnológica” y en esa dirección ponderó una intervención del presidente, Xi Jinping, cuando al explicar la propuesta para la elaboración de aquel Plan, indicó que “en la actualidad, la contradicción principal de nuestra sociedad ha pasado a ser la que existe entre la creciente demanda del pueblo de una vida mejor y el desarrollo desequilibrado e insuficiente, y los problemas y contradicciones surgidos en el desarrollo se han manifestado concentradamente en su calidad, lo que nos exige colocar esta en un lugar más destacado y empeñarnos en la mejora de la calidad y rendimiento del desarrollo”.
Con este telón de fondo, el dirigente del PCA, resaltó que el cumplimiento de los objetivos del decimocuarto Plan Quinquenal, significó un nuevo paso adelante en el posicionamiento de la RPCh como un actor fundamental en el orden internacional, pero también en la consolidación del proceso de modernización de China. “El compromiso de avanzar en el desarrollo de nuevas formas productivas de alta calidad, la apertura económica y el perfeccionamiento de la gobernanza del país son aspectos centrales en todo este proceso que distinguen la experiencia china en comparación con lo que sucede en el mundo, donde la mayoría de los países, sobre todo en occidente, atraviesan la profunda crisis del sistema capitalista”. De modo tal que enfatizó que “gracias a esto, China está influyendo positivamente en el mundo al representar un modelo alternativo de desarrollo, al impulsar acuerdos de colaboración en beneficio mutuo y aportar proactivamente a la construcción de una Comunidad de Futuro Compartido para la Humanidad”.
Proceso de modernización
El 15° Plan Quinquenal busca profundizar el proceso de modernización china en un contexto en el que la República Popular “está logrando sostener y fortalecer la gobernanza y administración del país, siempre con el bienestar del pueblo como centro y con el sólido liderazgo de Xi Jinping y del Partido Comunista en la construcción del socialismo con particularidades chinas en la Nueva Era”, destacó Rodríguez. De ahí que las propuestas para este lustro se basen “en que China pueda mantener sostenidamente su desarrollo económico y tecnológico profundizando el proceso de modernización con el pueblo como centro, a través de lo cual se consolidaría como un ejemplo de que es posible una forma alternativa de organización social y económica a la ofrecida por el capitalismo”.
Para ello el Plan número 15 “plantea ejes importantes como la modernización de la agricultura, el fortalecimiento y desarrollo de las industrias de alta tecnología y el desarrollo sostenido de la ciencia y la tecnología”, como así también la implementación de “transformaciones en las regulaciones del mercado interno, el fomento de la inversión extranjera y las inversiones de China en el exterior, el fortalecimiento del bienestar del pueblo chino con especial énfasis en la infancia y los ancianos y el sostenimiento firme en la lucha contra la corrupción, entre otros aspectos”.
En un mismo sentido, insistió con que “uno de los rasgos más significativos del proceso de modernización chino pasa por la planificación, para lo cual son centrales los planes quinquenales, la firme dirección del Partido Comunista y la estrecha relación entre los aspectos materiales y culturales”.
Puesto que, “esta sinergia entre los factores materiales y culturales distingue al proceso de modernización al estilo chino, al tener en cuenta las realidades concretas del país y las necesidades concretas de su pueblo”. Sobre lo cual, comolementó Rodríguez, que se trata de “una característica central frente al proceso de modernización occidental que ha tenido como objetivo el beneficio del capital, con su tendencia a la concentración y a la preeminencia del capital financiero sobre el productivo, generando desigualdad y condenando a amplios sectores de la población a la pobreza y la exclusión”.
Entonces, señaló, “la lógica que prima en los planes quinquenales de planificación, ejecución y balance le dan a China enormes oportunidades de superar estos desafíos, a la vez que se impulsa un nuevo orden global más integrado, colaborativo y pacifico”, ya que “el objetivo y los destinatarios de la modernización marcan una gran diferencia entre estos procesos y es donde el proceso de modernización en China ofrece una perspectiva sustancialmente distinta e inspiradora para la humanidad”.
En relación a lo cual, Rodríguez profundizó en la clave de “tener en cuenta que el proceso de modernización de China es impulsado desde la centralidad y liderazgo que ejerce el Partido Comunista, lo cual brinda un horizonte de previsibilidad y continuidad que no se encuentra en países como Argentina, donde la inestabilidad política y económica hacen muy difícil que se pueda planificar un programa de desarrollo y modernización a largo plazo”.
Después de reafirmar que “estos aspectos de la planificación china pueden influir positivamente como inspiración, no como copia mecánica, para otros países que enfrentan el desafío de lograr un desarrollo que beneficie centralmente a la población”, recordó que en nuestra región “la inestabilidad política como la constante presión e injerencia de EE.UU. sobre los gobiernos dificultan la continuidad de políticas autónomas y soberanas de desarrollo basadas en procesos de integración regional, las cuales resultan indispensables para poder impulsar efectivamente políticas que aporten a la coordinación y desarrollo de nuestros países”.
En tal dirección puso el acento en la necesidad de “profundizar el debate en América Latina y el Caribe sobre las propuestas de gobernanza global y cooperación propuestas por China, desde una perspectiva propia”, algo que “sería muy positivo para trazar políticas conjuntas en y desde la región”.
Oportunidades para fortalecer el Sur Global
En su alocución en el Foro sobre Socialismo Mundial en Beijing, el secretario de Relaciones Internacionales del PCA, también reflexionó acerca de las oportunidades que en este marco se presentan para promover conjuntamente el fortalecimiento del Sur Global y, en particular, en lo inherente a las relaciones entre América Latina y China.
“Una de las propuestas que seguimos con mayor atención es la de promover un nuevo desarrollo del Sur Global”, sostuvo y resaltó que este vínculo “debe ser pensado como complementario al concepto de Comunidad de Futuro Compartido para la Humanidad, que impulsa el presidente Xi Jinping y basado en el beneficio mutuo, que se contrapone al esquema de subordinación y dependencia que han impuesto los EE.UU. y Europa para los países latinoamericanos a lo largo de su historia”. Entonces, fue contundente cuando puntualizó que esta iniciativa de un nuevo desarrollo para el Sur Global, “debe ser comprendida en el marco de las políticas a través de las cuales el gobierno chino está proponiendo una nueva gobernanza mundial”.
Rodríguez recordó que más allá de las presiones estadounidenses para que las inversiones chinas no encuentren terreno propicio en nuestra región, el país asiático “se ha convertido en el primero o segundo socio comercial de los países de América Latina y el Caribe”, al tiempo que firmó diferentes acuerdos estratégicos con algunas de las economías más grandes de nuestra región, “afianzando paulatinamente las relaciones comerciales y políticas, ocupando el primer lugar entre los inversores extranjeros o convirtiéndose en el principal receptor de nuestras exportaciones”.
En este sentido, sostuvo que “para poder avanzar en un esquema de cooperación mutuamente beneficioso y que ayude a consolidar el desarrollo conjunto del Sur Global, existen algunos aspectos y dificultades que deberán ser tenidos muy en cuenta y trabajar en su superación”. Uno de ellos, indicó, es “la ausencia de unidad de criterio y estrategia común de los países de nuestra región”, ya que el actual escenario “muestra a muchos países gobernados por sectores asociados a los intereses del capital financiero y sujetos a las presiones constantes del gobierno estadounidense”.
Se trata de un dato para nada menor y que, por lo tanto, como advirtió Marcelo Rodríguez, “es uno de los principales problemas que hay que resolver”, ya que “provoca que nuestros países cuenten con escasa capacidad soberana para decidir acuerdos internacionales en beneficio de nuestros pueblos”. Y ejemplificó que “aquellos países que lo intentan sufren la presión de la Administración Trump y el gran capital financiero internacional a través de sus organismos representativos, que han condicionado nuestras economías y decisiones políticas”.

A este problema, agregó, “debemos sumar las características estructurales de nuestras economías, producto de la dependencia y sometimiento que operan como un lastre difícil de remover en distintas áreas como el sistema educativo, el Poder Judicial, los medios de comunicación, etcétera, que en general conforman un sentido común opuesto a los reales intereses nacionales”.
De esta manera, y acercándose a su conclusión, remarcó que “para superar estas limitaciones estructurales y dejar de carecer de un proyecto estratégico común en la región, es necesario fortalecer instancias de integración como la Unasur, el Mercosur o la Celac, que han sido o buscan ser debilitadas por la fuerte injerencia histórica de los distintos gobiernos de EE.UU. y el negativo papel de una clase dirigente nativa cómplice de las políticas imperialistas”.
Por ello es que convocó a “considerar como superar estas dificultades para poder aprovechar las posibilidades que ofrece para nuestra región una mayor articulación con el Sur Global”. Y al respecto, recordó que “a su histórico rol en el mercado mundial de exportador de alimentos y bienes naturales, nuestro continente le suma que llega a esta instancia de transformación del mercado mundial y las relaciones internacionales, tras sufrir un profundo proceso de desindustrialización y reprimarización de sus economías en términos generales”, por lo que reiteró con énfasis que la profundización de las relaciones con el Sur Global, “puede ser una oportunidad para recuperar la actividad industrial e incorporarse positivamente a las cadenas globales de valor”.
Continuando con esta reflexión puso de relieve que “América Latina y el Caribe enfrentan una importante oportunidad de formar parte de este esquema y jugar un rol destacado, basándose en las riquezas que posee”, recalcando que para eso “será necesaria una política conjunta, los más integrada posible entre los países de la región para enfrentar estos desafíos”.
En este marco, subrayó que merced al papel que está jugando la RPCh en el mapa mundial, “por primera vez estamos en presencia de una potencia que convertida en la segunda economía global, o primera si se toma en cuenta la paridad por poder de compra, ofrece una relación Sur-Sur sin presentar en estos acuerdos imposiciones que condicionen nuestro desarrollo independiente, que se muestra abierta a discutir todas las iniciativas contemplando todos los intereses, que cuenta con una economía complementaria con los países de América Latina y el Caribe y nos puede permitir una puerta de acceso a la región asiática en su conjunto como nuevo eje económico global”.
Para ir finalizando, destacó una vez más que China se convirtió en un gran protagonista del escenario internacional y, como tal, “propone un relacionamiento alternativo al establecido por Estados Unidos con nuestra región, planteando llevar adelante una relación con eje en el Sur Global, sin presentar en estos acuerdos imposiciones que condicionen nuestro desarrollo independiente, mostrándose abierta a discutir todas las iniciativas contemplando el beneficio mutuo”.
No obstante, advirtió, “la unidad Latinoamericana y Caribeña es una condición imprescindible para insertarnos en esta propuesta” y entonces “sería de gran importancia recuperar el pleno funcionamiento de los organismos regionales en base a la conveniencia mutua de los participantes para lograr una interlocución con China que pueda superar algunos obstáculos surgidos de las asimetrías existentes entre nuestros países”. Porque en definitiva, como puntualizó Marcelo Rodríguez, “de la forma en que nuestros países se articulen conjuntamente para aprovechar estas oportunidades, dependerá el papel que podamos jugar en este nuevo escenario geopolítico”.