Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad solicitó que Joseph Biden deje libre al ex comandante de las Farc-EP que el gobierno colombiano considera una pieza clave para que avance lo previsto en los Acuerdos de Paz.
La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, pidió que en su carácter de presidente de EE.UU., Joseph Biden, otorgue el indulto que permita la libertad de Juvenal Ovidio Ricardo Palmera Pineda, es decir Simón Trinidad, quien fuera comandante de las Farc-EP que está detenido en una cárcel de máxima seguridad estadounidense, tras ser secuestrado en Ecuador y condenado en un juicio absolutamente amañado.
“La asociación que constituimos, parte de una amplia comunidad internacional cuya membresía y alta misión la indica su denominación, hacemos una vehemente exhortación al señor Presidente para que en ejercicio de la facultad constitucional de la que está investido en el momento de terminar su mandato, y como gesto de buena voluntad con los pueblos del mundo, otorgue el indulto presidencial al señor Juvenal Ovidio Ricardo Palmera Pineda (Simón Trinidad)”, destaca la misiva enviada al mandatario saliente de EE.UU. por la Red.
También recuerda que Simón Trinidad es firmante del Acuerdo de Paz en Colombia, por lo que su retorno al país latinoamericano sería “un hecho humanitario”, al tiempo que permitiría que juegue un papel importante para el cumplimiento del Acuerdo de Paz “y su contribución podría extenderse a otros procesos en el marco de la Paz Total”, algo necesario porque el afianzamiento de este proceso en Colombia representaría un factor clave para la paz de la región.
Por otra parte, la Red advierte que Simón Trinidad lleva veintiún años en prisión “en condiciones muy difíciles como lo han dictaminado psicólogos y estudiosos del régimen carcelario al que ha estado sometido”, algo que “no ha minado sus condiciones morales ni convicciones ideológicas, lo cual habla de su integridad como hombre de principios”. Y denuncia que “ha sido sometido a un implacable régimen penitenciario reservado a quienes son considerados los más grandes y peligrosos enemigos de los Estados Unidos de América”, pese a que “nada en su acción política y militar lo hace merecedor de esa calificación”.
Asimismo, la carta enviada a Biden hace un recorrido por la trayectoria de Palmera Pineda como economista profesional, catedrático universitario, gerente y asesor de entidades bancarias y financieras que militaba en el Partido Liberal y que “ante la ominosa situación de injusticia, pobreza y violencia oficial que veía alrededor suyo, un día decidió conformar un movimiento cívico alternativo y popular que propugnaba por la superación de ese estado de cosas que lo afligía”.
Y desde ahí se sumó a la Unión Patriótica fuerza que después de conseguir un éxito electoral en los comicios de 1986, fue objeto de “un despiadado proceso de exterminio de sus militantes y dirigentes, que sólo terminó cuando lograron la desaparición del movimiento”, tal como no hace mucho confirmó la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que condenó al Estado colombiano por el exterminio de la Unión Patriótica, ordenando reparaciones políticas, económicas, morales y culturales tanto al colectivo, como a cada uno de sus miembros, víctimas directas o familiares.
“Fue en ese contexto de ver caer asesinados a sus amigos y compañeros tanto del movimiento social que él creó, como del Partido al cual se adscribió, cuando Juvenal Ovidio Ricardo Palmera Pineda decidió ingresar a las Farc”, sostiene la Red y recalca que por entonces “los caminos de la acción política legal para un proyecto opositor y de izquierda en Colombia, estaban brutalmente cerrados”. Y añade que “en el accionar guerrillero de las Farc se dio la captura, en zona controlada por la insurgencia, de tres contratistas militares norteamericanos que realizaban acciones de espionaje electrónico en el marco del conflicto armado en Colombia, al ser derribada su avioneta”.
Fue por esa operación militar que fue condenado a sesenta años de prisión “y expuesto como trofeo y enemigo número uno de EE.UU.”, durante un juicio que estuvo plagado de irregularidades e inconsistencias, además de estar impregnado por un criterio “impúdicamente político y presiones indebidas al Gran Jurado por parte del juez”, algo que reconocieron algunos de sus integrantes.
También aclara que Palmera Pineda no estuvo en ningún momento involucrado en la operación militar que derivó en la captura de los tres ciudadanos estadounidenses, ya que en ese momento se encontraba lejos del lugar y no tenía mando ni jurisdicción en el territorio donde se produjeron los hechos, “por lo que esa operación no podía ser planeada ni programada por él y fue producto, acaso, de las circunstancias imprevistas de la lucha armada irregular”.
Y después de añadir que tampoco era miembro del Secretariado de las Farc ni comandante del frente en cuestión al que ni siquiera pertenecía, destaca que la acción política y militar de Simón Trinidad “en momento alguno tenía por objeto las instituciones ni el pueblo de los Estados Unidos de América” y se realizaban “por el cambio del sistema político colombiano, caracterizado por la exclusión, el favoritismo y la injusticia”.