El presidente electo de EE.UU. amenazó con retomar el control del Canal de Panamá. “Aquí vamos a estar defendiendo el país, como sea, porque somos herederos de muchas luchas”, recalcó al ser entrevistada por Nuestra Propuesta, Evelín Jaen, militante de las Juventudes Revolucionarias de Panamá.
El 27 de junio, en Atlanta, la selección panameña de fútbol le ganaba 2 a 1 a su par estadounidense y aunque jugar a la pelota no es lo más popular en Panamá ni en EE.UU., ganarle a los yanquis y dejarlos afuera de su propia Copa América bien valía el festejo de Los Canaleros, nombre que adoptó este seleccionado como un sello identitario tan fuerte como claro de aquello que reivindican como distintivo de su propia soberanía y orgullo nacional.
Porque a lo largo de su historia y por medio de reiterados tratados e intervenciones políticas y militares, que comenzaron cuando todavía el istmo formaba parte de Colombia, EE.UU. siempre jorobó a los panameños, incluso después del tratado Torrijos-Carter que comprometió a que Washington devolviera la soberanía de la zona del canal a Panamá.
Por eso es que la pretensión expuesta por el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, de retomar el control del Canal, provocó una rápida reacción entre el pueblo panameño e incluso hizo que el presidente José Raúl Mulino, un derechista que accedió al gobierno en mayo pasado con un discurso similar al de Trump, tuviera que pronunciarse recalcando que “cada metro cuadrado del Canal de Panamá y sus zonas adyacentes es de Panamá y lo seguirá siendo”. Pero de todos y en el mismo discurso, aprovechó la oportunidad para ponerse al servicio del quien el 20 de enero volverá a la Casa Blanca, ofreciendo colaboración en “temas de seguridad como la migración ilegal, el narcotráfico, el terrorismo y el crimen organizado”.
¿Qué es lo que dice Trump con este discurso reivindicatorio de lo que considera su “patio trasero”? Básicamente que el país centroamericano debe reducir las tarifas a los barcos estadounidenses que cruzan el paso bioceánico o que, en caso contrario, va a tener que devolver su gestión a Washington. “Esta estafa total a nuestro país cesará de inmediato”, amenazó ante la enardecida audiencia de una organización ultraderechista juvenil reunida en Phoenix. Pero también volvió sobre el argumento de “la amenaza china” y lo hizo en el mensaje navideño que envió por Truth: “a todos, incluidos a los maravillosos soldados de China, que operan amorosa, pero ilegalmente el Canal de Panamá (donde perdimos 38.000 personas en su construcción hace 110 años), asegurándose siempre de que Estados Unidos ponga miles de millones de dólares en dinero para ‘reparaciones’, pero no tendrán absolutamente nada que decir sobre ‘nada (de lo relativo a su gestión)”, puntualizó.
“EE.UU. dice que dentro del canal hay soldados chinos, pero la única presencia de los chinos es la de los descendientes de los que vinieron a trabajar en la construcción del canal hace más de un siglo y son tenderos”, sostuvo al ser consultada por Nuestra Propuesta, Evelín Jaen, quien es estudiante de sociología de la Universidad de Panamá y milita en las Juventudes Revolucionarias de Panamá (JRP), que además advirtió que “quienes sí intervienen, son los estadounidenses, ya que actualmente hay al menos dos aviones militares de ese país estacionados en aeropuertos de Panamá Pacífico y eso sí que es una intervención”.
Así las cosas, ya sea el anuncio de lo que piensa hacer una vez instalado en la Casa Blanca o simplemente una bravuconada, “las declaraciones interfieren directamente con nuestra soberanía como país”, remarca Elevín y recuerda que si bien el tratado Torrijos-Carter de 1977 estableció que el canal iba a ser devuelto a los panameños, “resguardaba la posibilidad de que EE.UU. pudiera intervenir si era mal ejecutado y, al parecer, esto no era solamente un cuento que yo escuché desde que era niña, sino que es algo que está instalado en la mente de los estadounidenses, sorbe todo de los republicanos que formaron parte de quienes no querían que su país cumpliera con el tratado en 1999, entre ellos Donald Tump”.
Y en este punto hay que comprender lo que, más allá del aspecto económico, el canal significa para los panameños. “Una buena comparación es con lo que Malvinas representa para los argentinos”, reflexionó la integrante de las JRP y añadió que “se trata de territorios usurpados por un poder colonial y esa es una huella que queda y, en nuestro caso, es un territorio que atraviesa de lado a lado al país…es claramente nuestra identidad, habla sobre quienes somos y nos ha costado tantas muertes y luchas desde su construcción”.
Por eso cuando se firmó el tratado Torrijos-Carter, “para el pueblo panameño fue como una reivindicación de su propia identidad, de su orgullo y autoestima, era decir Panamá nos pertenece, porque con el tema de la soberanía somos muy celosos”, tal como quedó expuesto hace poco más de un año con las protestas masivas que se registraron como respuesta a la firma del contrato de concesión minera por cuatro décadas, con que el gobierno que encabezaba Laurentino Cortizo benefició a la multinacional de origen canadiense First Quantum Minerols (Ver ¿Qué pasa en Panamá?).
“Después de mucho tiempo, esa vez la población salió a las calles masivamente y esa marea se debió a que se estaba defendido a nuestro país contra una transnacional canadiense, una concesionaria minera que estaba destrozando todo a su paso y sacando la mayor cantidad de oro posible, algo que nos tocó a todos y por eso hubo manifestaciones diarias de alrededor de doscientas mil personas”, recordó Evelín.
La pregunta es entonces si ese frente cohesionado que ganó las calles en noviembre de 2023, puede repetirse ante cualquier intento de intervención yanqui en el canal. “Las declaraciones son bastante preocupantes, porque estamos hablando de EE.UU., quien ahorita mismo domina el poder económico y posee el ejército más poderosos del mundo”, indicó y lamentó que aunque el rechazo a la postura de Trump es mayoritario, “hay ciertos grupos que todavía, por ejemplo, justifican la invención estadounidense de 1989 y que por supuesto están a favor de que EE.UU. se inmiscuya en el canal bajo los argumentos de que esta mal manejado”.
Y en este sentido destacó que la invasión de 1989 se perpetró con la excusa de derrocar a Manuel Noriega, pero “inmediatamente después comenzaron las políticas neoliberales detrás de las que estaba EE.UU. y, desde entonces, ese poder económico que fue el mismo que pidió la invasión es que rige a los que nos gobernaron la mayor parte del tiempo” y en la actualidad “continuamos teniendo bases militares camufladas y además el ejército yanqui entrena a las fuerzas nacionales”.
Con este telón de fondo es que el presidente Mulino salió al cruce de las declaraciones de Trump invocando a la soberanía que, remarcó, no está dispuesto a negociar ¿Pero hasta donde se le puede creer? “Es difícil hacerlo”, dijo Elevín y recordó que Mulino es el mismo que en estos momentos impulsa una reforma absolutamente regresiva del sistema de pensiones que, si prospera, va a llevar a que sea privatizado por medio de un sistema similar al que en Argentina se estableció con las Afjp. Y que además incluye un aumento en la edad de la jubilación.
“Hay un proyecto con reformas a la ley que tenemos, que ya en años anteriores pasó de un sistema solidario a uno mixto y que actualmente quieren que pase a otro que plantea como solución la apertura de cuentas individuales”, informó y alertó que esto provoca un clima de incertidumbre entre los trabajadores panameños, sobre todo, “porque el presidente no escucha los reclamos e insiste con que va a hacer lo necesario para esta ley se firme”.
En este contexto, junto a otras fuerzas de izquierda, las JRP se vienen manifestando por medio de marchas, actos y cortes de ruta para protestar contra la reforma previsional. “Hemos estado haciendo bloqueos de calles, como universitarios cerramos durante el mes pasado, entre otras, las vías principales de la capital”, puntualizó y lamentó que “la única respuesta del gobierno fue la represión masiva que dejó muchos heridos…yo misma salí herida”, por lo que sin dudarlo aseveró que se vuelve necesario avanzar en mejores niveles de unidad “como los alcanzados durante la lucha del año pasado en la protesta contra la minera”.
Asimismo hizo hincapié en que eso seguramente va a profundizarse si escala la postura expuesta por Trump. “Como Juventudes Revolucionarias tenemos una posición bastante abierta y radical contra el imperialismo yanqui que ha estado aquí, en nuestro país, durante muchos años y lo único que ha hecho es desestabilizar más a Panamá, sin dejar nada positivo… su invasión nunca trajo la democracia”, por lo que “tenemos una posición bastante fuerte y crítica respecto a la amenaza de Trump y por eso decimos que aquí vamos a estar defendiendo el país, como sea, porque somos herederos de muchas luchas y en ellas, sea lo que sea que pase, si ocurre alguna intervención…si esas palabras se llegaran a concretar en hechos, va a haber una desestabilización en Panamá y en el resto del mundo, porque estamos hablando del canal por donde pasa la mayor parte del comercio mundial”.