La empresa de San Francisco se lanzó abiertamente al control de los taxis con el lanzamiento de Uber Taxi. Desde ATC reafirman su lucha contra el avance de las multinacionales.
La multinacional Uber se lanzó abiertamente al control de los taxis con la presentación de Uber Taxi, una estrategia para sumar a sus filas a los taxistas del área metropolitana. Vale recalcar que los taxistas de Capital Federal son los únicos que repudiaron su llegada en 2016 y hoy siguen defendiendo el transporte de pasajeros regulado por el Estado.
Bajo el discurso de la importancia de su compromiso con la movilidad de los habitantes, la firma con sede en San Francisco busca cumplir el objetivo que logró en las ciudades en las que se instaló: eliminar a la competencia y ser el monopolio en transporte de pasajeros.
Tras el anuncio, la Asociación de Taxistas de Capital -uno de los gremios que desde marzo de 2016 viene luchando contra el avance empresarial- enfatizó: “manifestamos nuestro absoluto rechazo a esta nueva provocación de dicho grupo multinacional. Se trata de defender la Soberanía Nacional, cuando nos quieren modelar un servicio de Transporte desde las islas Caimán, en interés de un monopolio y no de las necesidades de la población y sus trabajadores”.
En esa línea, desde la central recalcaron que siempre “sostuvimos nuestra lucha contra la “uberización” del mundo del trabajo, no fuimos ni seremos cómplices de estas mentirosas campañas de publicidad, seguiremos reclamando y luchando para erradicar a estos grupos de la economía extractiva, que no crea trabajo, que solo lo precariza, que no aportan un solo centavo a la nación, que evaden y siguen fugando recursos genuinos a los paraísos fiscales, como lo que son verdaderos fondos buitres”.
Uber está prohibido por decisión del Poder Judicial en Caba, y en la Provincia de Buenos Aires no está legalizado. Sin embargo, la empresa opera con impunidad de la mano del PRO y -sin un contrapeso a nivel nacional que impida su avance- busca dar el golpe final y borrar del mapa al único obstáculo que se apareció en su camino: el histórico taxi porteño.
Desde ATC, en la carta firmada por el presidente Luis Fernández, exigieron que “el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires asuma su responsabilidad como autoridad del Transporte y no su complicidad con estas empresas promotoras del trabajo semi-esclavo y demandamos del Ministerio de Trabajo y el de Transportes del Gobierno Nacional que materialicen las promesas del Presidente Alberto Fernández: “los Argentinos no queremos ser empleados de Uber”.