Al cierre de esta edición el gobierno nacional demora la resolución de una crisis ministerial, desatada luego de los resultados de las Paso, que si se profundiza devendrá en crisis política. La crisis y la falta de un programa de gobierno que encauce las diferencias internas es una clara muestra de los problemas que trae aparejado no haber avanzado en la constitución de una orgánica política propia al interior del Frente de Todos.
Luego de la derrota electoral en las Paso del último domingo el gobierno nacional y, especialmente, el Frente de Todos, deben afrontar el desafío político que implica dar respuesta a las demandas de un sector de la población que le dio la espalda en las urnas, básicamente trabajadores y trabajadoras, para revertir de cara a noviembre la ecuación. Para ello las fuerzas políticas que componen el Frente de Todos y, fundamentalmente, su dirigencia, están obligadas a empeñar todos los esfuerzos necesarios para sostener y ampliar una unidad que, en el caso de verse degradada, se traducirá inmediatamente en rédito político para una derecha que espera agazapada y envalentonada para avanzar sobre los derechos del pueblo.
La unidad es contra el Fondo Monetario Internacional y el neoliberalismo, para resistir los embates de la derecha, a la que solo se puede combatir ampliando la democracia en un sentido participativo y con medidas estructurales que reviertan los postulados sobre los que todavía descansa la estructura económica nacional, a saber, régimen impositivo de carácter regresivo, dependencia de la agroexportación —con y sin valor agregado— y predominio del capital sobre el trabajo en el esquema redistributivo.
Frente a este escenario, al cierre de esta edición el gobierno nacional se mantiene enmarañado en una crisis ministerial en cuya ecuación no se vislumbra cuál es el programa de gobierno para reducir los índices de pobreza y la inflación, como así también para revitalizar el mercado interno y los salarios. La crisis ministerial y la falta de un programa de gobierno que encauce las diferencias internas, propias de un frente amplio y diverso como el de Todos, es una clara muestra de los problemas que trae aparejado no haber avanzado en la constitución de una orgánica política propia. La construcción de dicha orgánica, que el Partido Comunista reclama desde el inicio, tiene como propósito dotar de coordinación política al Frente, tanto en los espacios de representación política como en los movimientos de masas, consolidar una línea comunicacional común y, especialmente, habilitar espacios de discusión política interna para construir acuerdos y, en el caso de ser necesario, habilitar internas electorales.
La ausencia de mecanismos de debate interno y de decisión democrática, que contemple la participación de la militancia y la sociedad, pueden transformar crisis ministeriales como la desatada ayer, luego de que el ministro del Interior, Wado de Pedro, junto a otros integrantes del gabinete nacional pusieran a disposición del presidente su permanencia en el cargo, en crisis políticas e institucionales de mayor gravedad, cuyas consecuencias en primera y última instancia pagará el pueblo y cobrará la derecha.
Mientras tanto, en las primeras horas del día de hoy el ministro de Economía, Martín Guzmán, presentó en el Congreso Nacional el presupuesto 2022, que incluye una rectificación del presupuesto en curso. Para el año que viene el equipo económico del presidente prevé un crecimiento del PBI del 4 por ciento, un dólar a 131 pesos, una inflación de 33 puntos, un crecimiento del salario real del 4 por ciento y un déficit primario de 3,3 por ciento, frente al 4 por ciento proyectado para el año en curso, que ya implicó un ajuste respecto al del 2020.
En contrapartida, se demoran los anuncios respecto al paquete de medidas económicas que lanzará el gobierno con el propósito de contener la caída del salario y el crecimiento de la pobreza, medidas que de acuerdo al presupuesto proyectado, si no se toman decisiones políticas de fondo, carecen de margen para ser impulsadas. Como sostuvo Víctor Kot, secretario general del PC luego de la derrota electoral del Frente de Todos el último domingo,“para revertir el resultado electoral hay que atender las demandas de los trabajadores”, lo que implica “recuperar Vicentín, la negociación de la deuda externa, implementar la reforma judicial, estatizar la Hidrovía, resolver la cuestión de los presos políticos y, sobre todo, atender al derrumbe del poder adquisitivo del salario y de los ingresos de los trabajadores”. De lo contrario, la derecha ampliará su triunfó en las elecciones de noviembre y “hundirá a nuestro país en condiciones más difíciles aún de las que venimos atravesando”.