Desde que Javier Milei es presidente, los trabajadores jubilados y pensionados perdieron alrededor de un cuarto del poder de compra de sus haberes.
Conforme se acerca la fecha pautada para la próxima recomposición salarial de los jubilados, la inflación de la Era Milei no para de escalar y, para ese entonces, habrá llegado a alrededor del setenta por ciento. Y, en este escenario, todavía no aparecen certezas acerca de si el gobierno nacional va a seguir pagando el bono que en diciembre fue de 55 mil pesos, y que así se mantuvo durante enero y febrero: en el mismo monto pese a que durante esos meses la inflación se catapultó.
Por eso si la Presidencia Milei quisiera sostener la capacidad de compra que tenía originalmente ese bono, debería llevarlo a 96 mil pesos, al tiempo que si con esta herramienta se buscara compensar para las jubilaciones mínimas el desfasaje que se produce por la fórmula de movilidad, se debería colocar en los 144 mil pesos.
Queda claro que para La Rosada el ajuste brutal que se impone sobre las jubilaciones, es una carta clave en su carrera por lograr el déficit cero que Javier Milei le prometió al FMI y que, por otra parte, es fundamental para su aspiración de dolarizar completamente a la economía argentina.
El panorama es el siguiente: para marzo está previsto que los jubilados perciban una recomposición de algo así como el treinta por ciento, más un bono que se paga en el caso del segmento de quienes cobran los haberes mínimos, que tendría que ser de no menos de 150 mil pesos como para salvar la ropa.
Pero todo esto pasa en un contexto en el que la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), está acéfala desde que Milei echó a Osvaldo Giordano, lo que más allá del patético culebrón que rodeó a este caso, viene a blanquear de algún modo una situación preexistente, ya que queda claro que las decisiones se en esta área se toman desde el Ministerio de Economía y quien lo hace no es otro que Luis Caputo.
Se trata de una repartición que representa una caja formidable, pero que además y tal como lo demuestra la historia reciente, es un apetecible trampolín para quienes tienen aspiraciones de ascender dentro de la estructura de la política liberal burguesa ¿Será por eso que Carolina Píparo quedó tan desairada cuando Milei no cumplió con su promesa ponerla al frente de la Ases? ¿Y puede ser acaso que por eso el propio Mauricio Macri la reclame ahora para María Eugenia Vidal? Las cartas están en el aire y casi todo puede pasar en el Universo Milei. Pero lo cierto es que, mientras tanto, la mayoría de los jubilados no pueden enfrentar el desafío de comprar lo que incluye la Canasta Básica Alimentaria, que en enero trepó un 18,6 por ciento, lo que la vuelve inalcanzable para quienes cobran 105 mil pesos.
Por ahora el gobierno nacional continúa licuando el poder adquisitivo de los trabajadores jubilados y pensionados, a lo que se suma lo que van a perder por el cambio de reglas que impuso en la norma que rige la movilidad jubilatoria (Ver ¿Y entonces quién tiene la culpa?). Y esto es clave: desde que asumió Milei como Presidente, los jubilados y pensionados perdieron el veinticinco por ciento de sus haberes.
De este modo, tal como lo revela un reciente informe del informe de Instituto para el Desarrollo Social Argentino, que entre otros fue fundado por el propio Giordano, durante el mes en curso, el poder de compra de los jubilados cayó en términos reales de manera tal que por primera vez en lo que va del siglo, se coloca por debajo del que tenía apenas después del estallido de 2001.