Se llevó a cabo el 19 de agosto con casi la participación de casi medio centenar de participantes. “Es imposible vencer la ola neofascista desde una posición conservadora” se coincidió en el encuentro.
“Es momento de organizar la lucha para reconstruir la esperanza”, concluyó el plenario de direcciones del Partido Comunista de la ciudad de Buenos Aires, que se convocó “con el objetivo de poner en común análisis, enfoques y propuestas”, el 19 de agosto en la sede de la avenida Callao con la participación de casi medio centenar de representantes de barrios, del MTL, de la juventud, jubilados, secundarios, terciarios, universidad y de gremios como bancarios, taxistas, docentes, estatales y judiciales.
El plenario fue encabezado por el secretario político del PC Capital, Ariel Elger, quien abrió la reunión con dos homenajes: un minuto de aplauso en memoria de Facundo Molares, asesinado por la Policía de la Ciudad, y un reconocimiento a Carlos Zamorano a veinte años de la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final por su papel en la elaboración del proyecto de ley.
Después, la secretaria general de la junta interna de ATE Conicet, Nuria Giniger, se refirió a la lucha que vienen llevando adelante los trabajadores de esa institución, contra los ataques que sufre por parte de actores de la derecha massmediática y política que hasta amenazan con su cierre.
Tras el trabajo en tres comisiones, se acordó “tomar la propuesta de la dirección nacional de trabajar una campaña que impulse niveles de movilización contra las renovadas expresiones fascistas encabezadas por Milei pero también por Patricia Bullrich, buscando tanto trabajar en la comunicación como la organización de los sectores del pueblo que son agredidos por estas expresiones y que deberán encabezar la resistencia a las políticas que se proponen”.
Asimismo, se coincidió en que “el principal motivo del crecimiento de las vertientes fascistas, tiene que ver con el largo período de casi diez años de caída de las condiciones de vida del pueblo, especialmente del salario real”, así como “el cogobierno con el FMI impulsado por Mauricio Macri, pero también al fracaso de la experiencia del Frente de Todos/Unión por la Patria, que no revirtió la caída de los ingresos populares y cuyo nudo central fue no investigar y revisar el acuerdo con el Fondo sino, por el contrario, tomar todas las medidas para cumplirlo a rajatabla”.
Por otra parte “se ponderaron los problemas que representa para el campo popular la candidatura de Sergio Massa y las coincidencias transversales a los tres principales candidatos en relación a la supuesta necesidad de un ajuste, en cumplir con la agenda impuesta por el FMI, en el alineamiento internacional con EE.UU. y en la ausencia completa de propuestas enfocadas en resolver los principales problemas de la clase trabajadora, como la creciente precarización del trabajo, la caída de salarios y jubilaciones que quedan cada vez más alejados de la canasta básica, la falta de políticas masivas de acceso a la vivienda como derecho y en términos generales, un enfoque de distribución de la riqueza que permita mejorar las condiciones de vida del cuarenta por ciento de pobreza que azota a nuestro país”.
También se planteó que “es imposible vencer la ola neofascista desde una posición conservadora que convoque al pueblo a ‘defender lo que tenemos’”, ya que “en buena medida el voto a Milei expresa, antes que una ideología fascista, un sentimiento de insatisfacción con el presente que se arrastra de largo tiempo”, por lo que se coincidió en que es preciso “asumir que lo que corresponde es hacerse cargo de ese sentimiento de insatisfacción para abrir un cauce que permita su expresión por izquierda, abordando la necesidad de transformaciones profundas como la única vía que verdaderamente responderá a esas necesidades postergadas a las que el progresismo no tiene como representar en este momento”.