La formación política de La Fede aplicada a un club de AFA. Juan Carlos Carinelli fue militante de la FJC y, años más tarde, se desempeñó como secretario de Actas del organismo rector del fútbol.
Hay una rica historia que vincula a los comunistas argentinos con el deporte en estos 103 años de vida del PC y cien de FJC. Desde el nacimiento de la FDO, por los años 30 y la injerencia en los clubes en las décadas del 40,50 y 60. Pero un poco más cercano en la historia, tenemos el caso de Juan Carlos Carinelli, militante del PC y que en el 2010 fue presidente del Club Almagro y secretario de actas de la AFA. En su juventud estuvo detenido-desaparecido en la ESMA, de donde se escapó. Se recibió de profesor en la UBA, ya siendo es maestro mayor de obras, trabajo que sigue ejerciendo y que nunca dejó aun como presidente del club.
Carinelli se subió al tren de la política en el futbol, en un contexto donde la próxima estación para Almagro era la quiebra. En sus años como presidente electo y reelecto, (2010-2014), no solo logró desendeudar el club sino que realizó obras para que la institución esté al servicio de la comunidad como un bien social.
Asimismo, destacó de sus dos períodos como presidente que “la conducción en aquel momento estaba unida por los colores, no por las banderías políticas. Una cosa es tener ideología, pero en el club es completamente distinto. Las decisiones que se toman a veces no caen bien. En una institución, ser solidario es muy importante”.
Si bien cuando asumió como presidente, su militancia residía en el PC, pero no dudó en afirmar que “fue un gran alimento político haber pasado por La Fede y esa formación la traté de transmitir a mis compañeros de comisión directiva en Almagro”. Y eso pudo reflejarse en las improntas políticas que le fue dejando al club pregonando un “deporte abierto y social para toda la comunidad más allá del rédito económico”.
La presidencia de Carinelli en Almagro reflota la gestión para la comunidad y el socio, a contracara del negocio capitalista del que está sumergido el futbol y, por ende, quienes los manejan. Carinelli asegura que “trabajamos día y noche para salvar al club de la quiebra. Como un hincha más, remarcó que “arreglamos el club a pulmón”, ya que el junto a un puñado de socios y de su propia agrupación, terminaron una tribuna inconclusa de muchos años y garantizaron la ampliación de otros deportes además del futbol. Siempre que había una pintada o una nueva remodelación, ahí él estaba el ayudando como un hincha más.
Quien diría que en esos tiempos, el secretario de Actas de AFA y alguien cercano a Julio Humberto Grondona sería un comunista, maestro mayor de obras que llegaba las reuniones de la calle Viamonte en su bicicleta. Acostumbrados a que los dirigentes del futbol se caracterizan rondar en la vida de los negocios y empresas, Carinelli dejó en claro que “el trato en AFA siempre fue muy bueno con los demás presidentes, jamás me hicieron sentir alguien ajeno a ese círculo, pero nos íbamos de la AFA y cada cual seguía su vida, en mi caso el trabajo”.
Por el club y la comunidad
“En Tres de Febrero había un elefante blanco de cemento que se abría cada 15 días para recibir a sus socios y a sus hinchas, y que luego estaba cerrado”, expresó al referirse al momento de agarrar las riendas de Almagro. En este sentido, una de las medidas más importantes durante su mandato fue la apertura del club y sobre todo enfocada en la juventud. “A los niños y a los jóvenes hay que abrirle las puerta de los clubes, no es solamente un cable a tierra, es un cable de alimento para su cabeza y que puedan salir de la calle”.
Otro de los cambios de perspectiva fue que las divisionales inferiores vuelvan a practicar en las instalaciones del club. “No entendíamos como pida suceder que los chicos tengan que irse a practicar a Merlo teniendo cerca las instalaciones del club, ¿A qué hora de la mañana se tiene que levantar esos chicos? ¿A qué hora de la noche llegaban?”, reflexionó. Sin ir más lejos, durante su mandato fue donde más juveniles se promovieron al plantel profesional en la historia de Almagro.
En relación con la importancia que históricamente le dieron los comunistas al deporte, Carinelli destacó que “la juventud necesita alimento político en el deporte para concientizar que el fin no debe ser solo ganar dinero y convertirse en estrella”.
“El capitalismo no necesita al deporte como un bien común, porque quiere estrellas que como Messi o Maradona”, remarcó el militante del PC. Sin embargo, hizo hinca pie en el último “es ídolo nuestro porque tuvo alimento político y pudo hacerle frente al sistema porque vio la realidad del ser humano, la pobreza y los lujos, y jamás se olvidó de donde vino”.
Como presidente de Almagro, Carinelli no estuvo exento a que la barra brava le haya pateado muchas veces la puerta de su casa. Una de las razones, es que desde el primer momento les dejó en claro que no les iban a dar dinero como hace muchos otros clubes. “La barra brava es una parte de la mirada capitalista del futbol. Si son hinchas que vayan alentar y paguen la cuota para ayudar al club”, señaló. Para no agudizar los conflictos, llegó a un acuerdo para que todos los partidos de local se lleven un conjunto de camiseta y short de juego para sortear. Al respecto, expresó que “nos vimos en la necesidad de llegar a un acuerdo porque son fuerzas de choque que incluso conviven con las fuerzas de seguridad”.
En su discurso, Carinelli no deja de apostar a la juventud y su potencial para el cambio de sociedad que aspiramos los comunistas, por eso sostiene que no aceptó ser nuevamente candidato o integrar una lista para “dejarle el espacio a los jóvenes”. Por otra parte, manifestó como militante del PC “un saludo fraterno a La Fede en su centenario”. Su experiencia en el club Almagro ratifica el compromiso de los comunistas por un deporte de carácter público y social para el desarrollo humano, como ya lo demostró La Fede durante esos cien años de historia en todas sus experiencias ligadas al deporte.