Con epicentro en la Ciudad de Buenos Aires, donde cientos de miles de personas desbordaron la Plaza de Mayo y alrededores, el pueblo unido salió a manifestar su solidaridad con la expresidenta por todo el país. El Partido Comunista de la Argentina fue uno de los protagonistas de la jornada y convocó a unir este reclamo con la lucha contra el ajuste, la entrega y la represión.
Se calcula que, aún sin haber contado con el respaldo de un paro general, medio millón de personas estuvo ayer en la Plaza de Mayo y adyacencias. Desde temprano la ciudad de Buenos Aires se vió convulsionada por la multitud que se dirigía encolumnada orgánicamente o en grupos sueltos hacia la Plaza. Hubo también una fuerte presencia militante y de pueblo de a pie que optó pasar a la mañana temprano por la puerta de la casa de CFK, en el barrio porteño de Montserrat. Hasta esa zona llegaron incluso micros desde distintos puntos del país que sortearon los retenes político-policiales dispuestos por Patricia Bullrich para evitar su ingreso a la Capital. Sin embargo, todas esas personas se quedaron con las ganas de que la presidenta del Partido Justicialista saliera a saludarlas desde el balcón de San José y Humberto Primo. La orden dictada por los jueces se prestaba a interpretar que la prisión domiciliaria era de la ventana del balcón para adentro. Aunque finalmente, luego de ser tildados de “cachivaches” por la propia CFK en el mensaje grabado especialmente para la jornada de ayer, hoy se ocuparon de aclarar, hacia el cierre de esta edición, que no había tal restricción.
Más allá del detalle y de la liturgia alrededor del saludo desde el balcón, lo que prevalecía en la Plaza como exigencia de abajo hacia arriba era la libertad de Cristina y el levantamiento de la proscripción. Algo que estuvo expresado en las consignas del PC, con pancartas que demandaban la anulación del fallo de la Corte y la libertad de Cristina Fernández (junto con la de Milagro Sala); así como también la necesidad de unir estos reclamos con la lucha contra el ajuste, la entrega y la represión. En tanto que en un mismo sentido se manifestó la militancia comunista en distintas ciudades del país.
Cristian Poli, secretario político del Partido Comunista de la Provincia de Buenos Aires, estuvo en la movilización central en Plaza de Mayo y remarcó en primer lugar que “debemos denunciar la participación de un instrumento creado por los Estados Unidos como es el lawfare, para destituir oponentes políticos relacionados a proyectos de carácter popular, democráticos y antiimperialistas”. Y prosiguió recordando que “esto ya ha sido utilizado en países como Brasil y como Ecuador, entre otros” y que “forma parte de las llamadas guerras híbridas”.
Es por eso que Poli hizo hincapié en “la importancia fundamental de denunciar la intromisión y la intervención del gobierno de los Estados Unidos en este caso de guerra jurídica contra la principal lideresa del campo popular”.
Por otro lado, el miembro del secretariado nacional del PCA también se refirió a la necesidad de “profundizar esta lucha por la libertad de Cristina y en contra de las decisiones del sistema judicial argentino, colonizado por las clases dominantes, las grandes empresas multinacionales y los sectores más fascistas de la política” y de vincularla “a la lucha antiimperialista pero también a las reivindicaciones más inmediatas de la clase trabajadora en este período: a la lucha contra los despidos, contra la represión y contra las expresiones fascistas de este gobierno en todos los ámbitos”.
En tal sentido precisó que “unir fuertemente el conjunto de reclamos tiene como condición necesaria la construcción de un centro coordinador de las luchas, la unificación de las organizaciones populares para dar la batalla de forma mucho más certera, mucho más contundente en contra de las políticas gubernamentales”. En este escenario señaló que “la represión contra el pueblo se va a ir agudizando mientras se va agudizando la crisis económica, que puede desembocar en una crisis política”.
Por eso, para finalizar, remarcó que “los comunistas y las comunistas en cada frente de batalla, en el movimiento obrero, en el movimiento de derechos humanos, en el movimiento de jubilados, que es parte del movimiento obrero, en el movimiento cultural, en el movimiento estudiantil y en cada lugar donde nos toque actuar debemos impulsar fuertemente la unidad y la construcción de una alternativa política que debe ser claramente antiimperialista”. Por lo tanto, afirmó Poli, “sólo podremos salir del sometiendo constante que nos plantean las clases dominantes si construimos un gobierno obrero, popular y antiimperialista, que ejecute un programa soberanista, que articule un proyecto de integración regional y con el bloque de países de los BRICS, especialmente, con la República Popular China.”