Una historia que el abogado comunista Rubén Billa trae desde sus años de estudiante. Un relato simple contado con Voz Propia que permite extrapolar una experiencia de la vida universitaria que, tras medio siglo, deja un aprendizaje en tiempos de xenofobia y ataque al sistema educativo.
La renuncia de Héctor J. Cámpora a la Presidencia de la Nación, trajo como resultado la consolidación de José López Rega en el gobierno de Juan Domingo Perón. Este proceso continuó con la destitución del gobernador y vice de Córdoba, Ricardo Obregón Cano y Atilio López, quien poco después sería asesinado. Y también con la de Oscar Bidegain en la provincia de Buenos Aires.
Con la muerte de Perón, el 29 junio de 1974, aunque oficialmente murió el 1° de julio, se avanzó sobre la Universidad y se destituyó al ministro de Educación Jorge Alberto Taiana, designándose a Alberto Ottalagano (autor del libro “Soy fascista, ¿y qué? Una vida al servicio de la Patria”, publicado en 1983) como interventor al frente de la Universidad de Buenos Aires y a Oscar Invanisevich a cargo de la cartera de Educación (en el centro de la foto).
El movimiento estudiantil tenía una importancia fundamental en esos tiempos, porque junto al movimiento obrero, aquel de Agustín Tosco, Atilio López y Oscar Smith, fue el que derrotó a la dictadura militar que comenzó con Juan Carlos Ongania y acabó con Alejandro Agustín Lanusse.
Ottalagano e Invanisevich tenían que restringir el acceso a la Universidad y una de las formas para hacerlo era cerrar los comedores universitarios. Comenzó entonces una campaña furibunda por parte de la derecha peronista encarnada en el Movimiento Universitario Nacional y el Comando de Organización, con la consigna que había que prohibir el ingreso de los estudiantes extranjeros al Comedor Universitario, porque argumentaban que se aprovechaban de la comida barata y aseveraban que “el pueblo argentino” no tenía porque subsidiar a los extranjeros.
Esta campaña xenófoba era apoyada fervientemente por los grupos referidos y, a la vez, fue combatida por los grupos de la izquierda peronista como la JUP, los comunistas del Movimiento de Orientación Reformista (MOR), el FIP de Jorge Abelardo Ramos y Víctor Raúl Silva, además de los trotskistas y maoístas. Por su parte, la inmensa mayoría de los estudiantes “neutrales” estaban de acuerdo con la propuesta de que los estudiantes extranjeros no comieran en el Comedor Universitario.
Todo esto ocurría a finales del año 1974, donde Ivanisevich pudo comprobar la debilidad y división del movimiento estudiantil. Y cuando se reinició el ciclo universitario, en el año 1975 ¿qué pasó? Se cerraron todos los comedores universitarios, donde ya no podrían comer más los extranjeros. Pero tampoco nosotros. No sé si será útil esta historia. Pero si somos inteligentes, tenemos que aprender de ella.