Junto a otras organizaciones sociales y políticas, el Partido Comunista Suizo convoca a movilizar contra la posible participación de tropas de la Confederación Helvética en la aventura guerrerista encabezada por la Alianza Atlántica en Europa.
Después del desplante público que Donald Trump y su vice, James Vance, propinaran a Volodímir Zelensky, el domingo pasado Europa jugó sus piezas y fortaleció su apoyo al Régimen de Kiev cuando, reunidos en Londres bajo el ala del primer ministro británico, Keir Starmer, los máximos líderes europeos acordaron avanzar en un plan que busca, entre otras cosas, reforzar el respaldo militar a Ucrania e intensificar las presiones económicas sobre Rusia.
Ese plan se inscribe en un abordaje europeo que viene incluyendo una creciente participación de Suiza, confederación que tradicionalmente hizo gala de su neutralidad, pero que ahora corre el riesgo de quedar involucrada en un conflicto cuya resolución es de difícil pronóstico. Y ya sea con mayor o menor apoyo por parte de EE.UU., esto pone a la Alianza Atlántica en primera fila y como un escenario posible al peligro de una guerra que desborde sus actuales límites.
Esto lo advierte el Partido Comunista de Suiza (PCS) que junto a otras fuerzas de izquierda, convocan a manifestar bajo la consigna “No a la Otan, sí a la paz” el próximo sábado 15 en la ciudad de Bellinzona, que está ubicada en el cantón de Tesino, al sur de la confederación. “La Otan no es una alianza defensiva, mantengámonos fuera de ella”, advierte la convocatoria que aclara que ese espacio es “una alianza militar agresiva al servicio de la unipolaridad atlántica, que ha provocado en repetidas ocasiones guerras, ‘revoluciones de colores’ y golpes de Estado”, al tiempo que “con su continua expansión, sobre todo en torno al área euroasiática, es la verdadera responsable de la actual escalada de tensiones internacionales y del riesgo de una tercera guerra mundial”.
Asimismo, denuncian que el gobierno presidido por Karin Keller-Sutter, “nos está llevando a la adhesión, directa o indirecta, a la Otan y al desmantelamiento de nuestra neutralidad”, ya que “las limitaciones tecnológicas de los sistemas de armamento del ejército suizo nos hacen dependientes de la Otan”, pero también recuerdan que el comandante del Ejército helvético, Thomas Süssli, no descartó la posibilidad de que “se envíen a nuestros reclutas al extranjero”.
Por eso es que el PCS convocó a movilizar “por la paz y la neutralidad suiza”, en un contexto en el que “en Europa se habla de llamar a filas a los reservistas, de preparar a los pueblos para un conflicto militar contra Rusia (¿y mañana contra China?) y de fomentar una furiosa carrera armamentística para continuar una guerra sangrienta”.
Y, en ese sentido, hizo hincapié en que “estamos a favor de un mundo multipolar regido por la cooperación pacífica entre naciones soberanas y la amistad entre los pueblos”, ya que “tenemos pleno convencimiento de que sólo una Suiza neutral, no alineada y con una política exterior verdaderamente independiente puede contribuir a la paz y a la diplomacia”.