Tras cinco meses de pararte, el lunes regresaron los entrenamientos en campo de juego los clubes de primera división del futbol argentino. Desde el Ministerio de Salud no descartan dar marcha atrás si siguen los casos de jugadores con Covid-19.
Bajo estrictos protocolos sanitarios volvieron a entrenarse los futbolistas de primera división, en una jornada donde varios jugadores dieron positivo al test de coronavirus. En total, ya son diez los clubes donde se conoció que jugadores e integrantes del cuerpo técnico padecen Covid-19.
De los 24 equipos, trece ya arrancaron, mientras que los demás lo harán durante los próximos días. Las prácticas debieron ser realizadas con distanciamiento social y en grupos, de acuerdo a las medidas de prevención establecidas a raíz de la pandemia.
Esta decisión que se tomó en la reunión entre el ministro de Salud, Ginés González García con el presidente de la AFA, Claudio Tapia, se vio condicionada por el pedido de la entidad que rige el fútbol argentino para que vuelvan a los entrenamientos los equipos argentinos que juegan la Copa Libertadores.
Vale recordar que la Conmebol decidió que el torneo continental vuelta a partir del 15 de septiembre, pese a que varios equipos tienen jugadores de sus planteles con Covid-19. Entre ellos Binacional, Caracas y Liga Universitaria de Quito, que deben jugar con clubes de Argentina.
Boca, River, Racing, Defensa y Justicia y Tigre son los que con más urgencia precisan volver a entrenar, debido a sus compromisos por Libertadores. El resto de planteles vuelve sólo para recuperar estado físico, técnico y psicológico, porque la Liga Profesional puso fin a la temporada 2020, sin fecha de reactivación en 2021 a raíz de la incertidumbre por la pandemia.
Partido de fondo
También la AFA tiene pensado que la Primera Nacional (B Nacional), reanude sus entrenamientos durante la primera semana de septiembre y que el resto de los equipos se vayan sumando paulatinamente.
Sin embargo, desde el gobierno nacional afirmaron que se volverá atrás con la decisión si se disparan los casos dentro de los planteles.
Vale mencionar que el futbol volvió ya hace algunas semanas en Brasil, Ecuador y otros países de Sudamérica, donde el saldo de contagiados y de muertos asciende superando los cincuenta mil casos, con números superiores a los de la Argentina.
En este contexto, el titular de la Conmebol Alejandro Domínguez con el aval de las otras federaciones, se apresuró a determinar la vuelta de la Copa Libertadores para el 15 de septiembre. La AFA se opuso.
Sin embargo, la postura de González García fue clara y dijo que “la situación fue un poco presionada por la actitud de la Conmebol” y destacó que “la AFA fue la única que votó en disidencia”.
Y recalcó que “esto tiene que ver con países que no tienen las mismas políticas sanitarias que Argentina y tampoco los mismos resultados. A ellos les va bastante peor, no era un capricho nuestro. Todo el mundo sabe que es muy distinto Brasil que nosotros y también las consecuencias”.
Las consecuencias de miradas como la del gobierno de Jair Bolsonaro que permitió, incluso, la vuelta de público en las canchas, está a la vista: en Brasil ya son 151 los futbolistas contagiados. El resto de los países viven situaciones similares en cuanto al retorno de las competiciones de futbol.
Los apurones de la Conmebol, también tienen que ver con que en Europa ya arrancaron la mayoría de las ligas y los torneos continentales Uefa Champions League y Uefa Europa League, aunque en varios de los países que tienen equipos participando en dichas competencias la pandemia no parece estar controlada ni mucho menos.
En España, por ejemplo, donde el futbol volvió hace unos meses para finalizar la temporada que volvió a coronar al Real Madrid, las autoridades nacionales y del futbol dudan cuándo se iniciará la temporada 2020-2021.
Por otra parte, la Fifa puso 1.500 millones de dólares a disposición de las 211 federaciones que la integran para contribuir a paliar el impacto económico que les provoca la pandemia.
Pero por sobre todas las cosas, sostiene que es preciso que vuelva el fútbol cuanto antes para satisfacer la necesidad del poder económico que opera en el deporte.
En el marco de la pandemia, este es el principal sujeto que ejerce presión sobre las federaciones deportivas con las que –en muchos casos- está imbricado. Todo para seguir maximizando su tasa de rentabilidad, pese a los riesgos que la apertura trae en el contexto de la pandemia.
Un ejemplo de ello puede verse en que los ingresos televisivos que se redujeron y son la principal fuente de dinero para casi todas las ligas y federaciones de fútbol. Esto se replica en otros tipos de contratos como los de esponsoreos que se frenaron por la pandemia.
En medio de crisis financiera y sin poder reducir los valores a pagar a la Conmebol para exhibir los partidos de la Libertadores 2020, la cadena televisiva Globo rescindió el contrato que lo unía hasta 2022 y renunció a la competencia.
Por el lado puntual de Argentina, la presión viene de las empresas FOX-Turner que reclama la vuelta a las canchas, ya que tiene comprados la televisación de partidos hasta el año 2023. La primera, ya tiene un retraso de abono de un mes.
“Las compañías están presionando para que vuelvan los partidos y si esto no sucede dejarán de poner el dinero”, explica el consultor Horacio Gennari, que trabaja para TNT. Sin embargo, la decisión de Conmebol no parece moverse, considerando que ya tiene un protocolo para la movilización de país en país y para el interior de los mismos.
Hasta ahora, desde que comenzó la pandemia, la AFA siguió a rajatabla las indicaciones sanitarias del gobierno. Por eso, si el ejecutivo ratifica su postura de volver atrás si se conocen más casos de Covid-19, es de esperar que se tensione la relación entre la Conmebol que quiere arrancar el torneo, la AFA, los clubes nacionales que juegan la Libertadores y el gobierno.
Sí la curva de contagios sigue creciendo de aquí a un mes, no se ve viable el retorno del futbol en Argentina. Pero también se abre un interrogante sobre el siguiente capítulo de la Copa Libertadores, donde en el partido principal es entre buscar proteger la salud de la población y ceder ante la presión del mercado.