La empresa multinacional, de origen argentino y radicada en Mendoza, quedó en manos del Estado nacional tras un proceso de capitalización por el que adquirió al 64 por ciento de las acciones. Esta decisión implica fortalecer la soberanía nacional en materia tecnológica y energética.
En las últimas horas el gobierno nacional y el gobierno de la provincia de Mendoza decidieron asumir la conducción -vía capitalización- de Impsa, la empresa industrial proveedora de soluciones integrales para la producción de energía eléctrica y soluciones tecnológicas, fundada por la familia Pescarmona en 1907 y que estaba a punto de quebrar y desaparecer por sus deudas.
La firma pasó a estar controlada formalmente por el Estado Nacional, tras un aporte de capital de veinte millones de dólares realizado con recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (Fondep), administrado por el Ministerio de Desarrollo Productivo que conduce Matías Kulfas, y mediante el cual adquirió el 64 por ciento de las acciones.
Además, la provincia de Mendoza aportará 454 mil millones de pesos que le permitirá quedarse con el 21 por ciento de las acciones. De esta manera el Estado se transformó en el principal accionista de la empresa, al adquirir entre nación y provincia el 85 por ciento de las acciones.
El porcentaje restante (15,1) permanecerá en manos privadas, correspondiendo un 9,8 por ciento de las acciones al fideicomiso de acreedores y otro 5,3 para el fideicomiso de la familia fundadora.
Vale recordar que en agosto de 2020, la empresa había solicitado asistencia financiera al Estado ante la imposibilidad de reestructurar su deuda, lo que le impedía participar de licitaciones en otros países debido a que su fragilidad no le permitía presentar avales. Al momento de iniciar el proceso de capitalización por parte del Estado uno de los principales argumentos que se tuvieron en cuenta fue la posibilidad cierta de un juicio internacional a través del Ciadi que fallara contra la empresa, ya que el tribunal internacional suele favorecer a los acreedores extranjeros.
Según informó el gobierno nacional, la capitalización por parte del Estado forma parte del Plan de Recomposición de Estructura de Capital de Impsa; dicho de otro modo, un salvataje.
El rescate de la empresa por parte del Estado, se inició con una reestructuración de la deuda que contó con gran apoyo por parte de los acreedores. Además, Impsa venía formando parte del grupo de empresas asistidas por el gobierno nacional mediante el Programa ATP, asistencia que posteriormente quedó bajo el “Programa de Asistencia a Empresas Estratégicas en proceso de Reestructuración de Pasivos” (Paeerp) del Ministerio de Desarrollo Productivo, mediante el cual el Estado se hizo cargo del 75 por ciento de los salarios de los trabajadores.
Importancia
¿Qué importancia tiene que el Estado haya tomado el control de Impsa? La empresa fundada en 1907 por la familia Pescarmona rápidamente se consolidó en el rubro metalúrgico y en las últimas décadas se había convertido en una de las empresas latinoamericanas más importantes en la industria hidroeléctrica, nuclear y tecnológica, integrando junto a Arcor y Techint el podio de las empresas multinacionales de origen argentino.
Con 114 años de trayectoria, proyectos y presencia en más de cuarenta países y una producción de catorce mil toneladas de equipos industriales, Impsa es una empresa orientada principalmente a la exportación.
El gobierno nacional tiene intenciones de implementar en Impsa un modelo similar al que desarrolla, con éxito, en Invap desde hace décadas.
Invap es una empresa sociedad del Estado, la única de latinoamérica reconocida por la Nasa para desarrollar sistemas satelitales completos, desde su diseño y construcción hasta su operación (salvo los lanzamientos).
Al igual que sucede con Invap, el objetivo es que Impsa ponga en marcha una cadena de producción que revitalice no solo a la propia empresa sino a todo un universo Pyme abocada al desarrollo tecnológico, con el propósito de robustecer aún más la soberanía nacional en este segmento considerado estratégico por las principales economías del mundo.
Que una empresa como Impsa pase a ser controlada por el Estado implica fortalecer la soberanía nacional en materia tecnológica y energética, al tiempo que se recupera una fuente de producción e ingreso de divisas más que importante.
Y, por otra parte, Impsa podría tener potencial para captar alrededor de dos mil millones de dólares para la renovación del parque de 10000 MW que hay en represas y poner en marcha proyectos en Yacyretá y Portezuelo del Viento.