En consonancia con Milei y Frigerio, el intendente de Gualeguaychú desató una feroz persecución política sobre el espacio comunitario en el que, junto a lo vecinos de algunas de las barriadas más empobrecidas de la ciudad, militantes del PC y el MTL sostienen Copa de Leche y Olla Popular. “Quieren que nos vayamos del barrio, pero no lo van a conseguir”, señala con serena contundencia Luciana Rodríguez.
Días atrás una presentación que se hizo ante la Secretaría de Desarrollo Humano llevó una demanda sencilla: que la gestión municipal que en Gualeguaychú encabeza Mauricio Davico, cumpla con aquello a lo que está obligada por una ordenanza y entregue algo de que le está negando a los vecinos de algunas de las barriadas más empobrecidas de esa ciudad entrerriana.
Pero la historia de quienes suscribieron esa nota no comenzó ese día. Lejos de ello, Estrellita Roja tiene firmes raíces en el Barrio Franco, donde junto a los vecinos, integrantes del MTL y el PC convirtieron a la sede del Comité Departamental del Partido en un merendero y comedor popular, pero por encima de todo en un espacio clave para los moradores de la zona, un lugar para presentar inquietudes, debatir soluciones y comenzar a transitar el camino de la construcción y concreción de los sueños colectivos.
Luciana Rodríguez es la secretaria Territorial del Partido Comunista de Gualeguaychú además de ser referente provincial del MTL y, como tal, es una de las camaradas que sin descanso militan trabajando codo a codo con los vecinos del Barrio Franco, pero también con familias del asentamiento El Espinillo y de La Cuchilla que son algunas de las zonas más castigadas por una nefasta alineación política que en este caso suma a las gestiones de Javier Milei y Rogelio Frigerio con la del intendente local, Mauricio Davico.
* ¿Por qué tuvieron que hacer una presentación ante la Secretaría de Desarrollo Humano?
Tuvimos que llegar a tomar esta determinación de presentar una nota formal en Desarrollo Humano, porque durante diciembre nos empezaron a cortar recursos que están asignados para espacios comunitarios, merenderos y comedores. Son recursos que existen, que tienen que ser entregados y particularmente a nosotros que estamos sufriendo estos recortes.
* ¿Se trata de recursos genuinos del Municipio?
Son del Municipio de Gualeguaychú que deben ser entregados porque así lo dicta una ordenanza que fue sancionada en abril de 2024, que estipula que la Secretaría de Desarrollo Humano tiene que articular con los diferentes espacios, pero también entregar los recursos que le corresponden a cada uno.
* ¿Ustedes reciben algún tipo de aporte del Estado provincial o nacional?
No, desde que asumió Milei en Nación y Frigerio en Entre Ríos, no sólo que no hemos recibido ningún tipo de recursos sino que se ha cortado todo tipo de programas que tienen que ver con cuestiones culturales y generación de trabajo, algunos estaban destinados a impulsar talleres o pequeños micro emprendimientos. Había un montón de proyectos que articulaban con programas que lamentablemente dejaron de existir.
* ¿Desde cuándo están funcionando y cuántas personas concurren a Estrellita Roja?
Comenzamos en abril de 2020 cuando hacía poquito que había comenzado la pandemia. Habíamos inaugurado nuestro local partidario en enero y la idea era empezar un poco después con la activación del espacio comunitario, pero la pandemia nos obligó a adelantar las actividades porque la gente se tuvo que quedar en sus casas y se notaba, entre las familias del barrio, que había crecientes dificultades para poder llevar a la mesa el plato de comida. Por eso adelantamos la apertura y desde abril de 2020 estamos trabajando ininterrumpidamente, siempre con más o menos actividades, eso depende de la cantidad de compañeros y compañeras que haya y también de los recursos del momento, pero nunca dejamos de hacer las actividades.
Esto es lo que le planteamos al secretario de Desarrollo Humano Juan Ignacio Olano, pero sin obtener respuesta. Por eso es que entendemos que somos víctima de una persecución política, no hay otra explicación. Esto se lo planteamos en varias oportunidades, dimos cuenta de que tenemos un trabajo ininterrumpido desde hace más de cuatro años y que nunca dejamos de trabajar.
* Una persecución por parte de la gestión encabezada por Mauricio Davico…
Nosotros con la gestión anterior trabajamos con varios programas de asistencia en el barrio, con la pandemia trabajamos en conjunto con el municipio, hicimos un relevamiento entre los vecinos para detectar quiénes eran los más necesitados y en plena pandemia repartimos bolsones de mercadería a aproximadamente unas cincuenta familias.
Cuando fue aflojando la pandemia, se terminó el programa que contemplaba la entrega de este bolsón y comenzó otro que dispuso la entrega de la Tarjeta Nutrir con la que los vecinos podían ir a comprar diferentes mercaderías. También nos asignaron una para nuestro espacio comunitario, para Estrellita Roja, y con esa tarjeta comprábamos alimentos para hacer las diferentes actividades como Olla Popular y Copa de Leche.
Con el nuevo un intendente que llega al gobierno con un rejunte de Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza, comenzamos a tener problemas con la tarjeta. En principio comenzó a demorarse cada mes el pago, que siempre era el día 5, hasta que en agosto nos encontramos con que a muchos vecinos del barrio no se les había depositado la plata por lo que hicimos el reclamo ante Desarrollo Humano. Pero esa plata nunca más se depositó, es como que se comieron el mes de agosto.
A nosotros nos empezó a costar mucho que nos den esa mercadería que tenemos asignados clubes de barrio, comedores, iglesias y merenderos de la ciudad. Tuvimos que ir muchas veces a hacer el reclamo hasta que se nos reconoció como espacio comunitario, pese a que fuimos uno de los primeros espacios que nos registramos en lo que fue la ordenanza que regula la existencia de merenderos y comedores.
Entonces de muy mala gana nos empezaron a asistir con arroz, puré de tomate y aceite. En realidad deberían mandarnos eso una vez por semana, pero las entregas llegaban con altibajos. Durante octubre y noviembre recibimos esa mercadería sólo tres veces cada mes y en diciembre cortaron la entrega. Y en enero cuando fuimos a hacer la primera olla popular del año, nos encontramos con que nuestra tarjeta de merenderos y comedores había sido dada de baja sin previo aviso y sin ningún tipo de explicación, por lo que nuevamente retomamos el reclamo en el Municipio donde no nos contestaron y, además, el secretario Olano dio una nota en un medio local diciendo que nosotros teníamos irregularidades, que el espacio comunitario no funcionaba e incluso dijo que Gendarmería había allanado el lugar cosa que es totalmente falsa, porque Gendarmería estuvo pero en la casa de un vecino, jamás estuvo en Estrellita Roja, pero el Municipio quiso aprovechar esa situación para meternos en la misma bolsa.
Por eso nos presentamos en Desarrollo Humano para pedir que se nos reintegre la mercadería de todo el mes que no entregaron y el monto de la Tarjeta. Pero no tuvimos respuesta y ni siquiera nos quisieron sellar el recibido de la nota presentada.
Ahora estamos en esta instancia, sin recibir lo que en realidad le pertenece al barrio, porque no nos pertenece a nosotros que somos intermediarios entre el Estado y el barrio, sino que les pertenece a los vecinos. Y, por eso, también estamos viendo qué pasos legales podemos seguir para poder recuperar esa mercadería y el monto de la tarjeta.
* ¿Que vida comunitaria tiene Estrellita Roja?
Estamos en zona norte de al ciudad, en el barrio Franco, muy cerca de uno de los barrios más grandes y populares de Gualeguaychú, el barrio de La Cuchilla y muy cerquita del barrio Los Espinillos que es un asentamiento de muchos años donde hoy en día ya hay gente que vive desde hace años, pero son casas de nylon y maderita.
Entonces si bien estamos en el barrio Franco, recibimos también a familias del asentamiento El Espinillo y de La Cuchilla. Hoy en día tenemos unas cincuenta familias que participan de las actividades, de la Copa de Leche y de la Olla Popular que contempla aproximadamente una ciento cincuenta porciones. Esto depende de la altura del mes, porque cuando la gente comienza cobrar las asignaciones o las jubilaciones obviamente que no servimos la misma cantidad de porciones que cuando el mes está finalizando.
Esto hay que aclararlo porque es una de las cosas de las cuales el Municipio nos está acusando. Dicen que mentimos en el número de porciones que estamos brindando, pero lo que ellos se ve que no saben…que no tienen ni idea, es cuál resulta ser la dinámica de un barrio popular donde si dijéramos un número fijo de porciones estaríamos faltando a la verdad, incluso porque no siempre se sirve la misma cantidad de porciones. La gente viene más a fin de mes porque es cuando se acaba la poca plata que les ingresa y entonces hay más hambre e incluso viene gente de otros barrios.
* ¿Qué cambió con la llegada de Milei, Frigerio y Davico?
Lo primero que notamos es que la cantidad de porciones que servíamos aumentó muchísimo y después rápidamente se comenzó a ver vecinos que se quedaron sin trabajo, pacientes oncológicos a los que les cuesta conseguir los medicamentos, vecinos y vecinas que antes cartoneaban y después habían tenido la oportunidad de conseguir un laburito mejor, pero que durante este último año tuvieron que volver a cartonear…también chicos que no pueden comenzar las clases porque les faltan las cosas básicas. Toda clase de situaciones que son muy dolorosas porque una siente el barrio como propio y conoce a cada familia, cada historia, cada persona y la verdad que es difícil estar día a día viendo como todo…como las pocas cosas buenas que había y que funcionaban fueron borradas de un plumazo.
Por ejemplo acá, durante la gestión municipal anterior, estaba el programa donde las personas de barrios populares, familias numerosas que no tenían la posibilidad de disfrutar del carnaval porque la entrada no es económica, podían hacerlo porque una noche se llegaba un colectivo al barrio y los que quisieran participar se anotaban, entraban gratis y se les daba un sandwichito y una bebida mientras disfrutaban del corsódromo. El programa rotaba por los barrios populares.
Esa fue una de las cosas que cortaron, entre muchas más, como por ejemplo el que nos ayudó a tener una huerta comunitaria que sostenemos prácticamente desde que comenzamos, gracias a un programa de alimentación soberana sin agrotóxicos que nos proveyó de herramientas, semillas capacitaciones y con eso la pudimos sacar adelante, aprender y enseñarle a los vecinos. Pero con la llegada de la Gestión Davico se acabo el programa. Y también privatizaron playas, cerraron espacios públicos, Sitios de Memoria… muchas cosas y lamentablemente no vemos que haya buenas perspectivas de que esto vaya a mejorar en lo inmediato…como que siempre estamos viendo qué más nos van a sacar a los vecinos, que más van a recortar.
* ¿Cómo es la respuesta de los vecinos ante estas adversidades?
Para nuestra grata sorpresa puedo decir que es buena la reacción, porque hemos hablado muchas veces con los vecinos y vecinas de la situación actual del barrio, de la necesidad de unirnos y de tirar todos para el mismo lado. En esas charlas hemos sumado varias fuerzas de voluntad y no sólo de personas que nos ayudan en nuestros reclamos porque están al tanto, porque se enteraron de la disputa que tenemos con el Municipio. Lo cierto es que recibimos un montón de apoyo.
También resulta grato ver como se suman a las actividades diarias porque saben que son para sostener un pequeño bienestar para el barrio y, entonces, hemos visto que muy a pesar de que a veces la militancia se vea muy de capa caída, entre los vecinos se ve como una voluntad de tratar de mejorar en esta situación nefasta que estamos atravesando.
* ¿Y cómo es eso de ponerle el cuerpo diariamente a esa situación tan complicada, queda espacio para el optimismo?
Son momentos en que como militantes por más que a veces no la veamos bien, tenemos que dar el ejemplo de seguir adelante. Obviamente que no vemos que en lo inmediato la situación vaya a mejorar, pero el trabajo en el barrio hoy más que nunca hay que hacerlo. Hoy es el momento en que debemos estar en la calle dando la pelea. Porque hoy es cuando está más oscuro, así que por más que no la veamos bien tenemos que estar ahí y por eso vamos a seguir dando batalla hasta el fin, no sólo con este tema puntual que tenemos ahora del recorte de recursos, sino contra todo lo que se viene que sabemos que no es bueno. Seguimos en la lucha por este tema que es una persecución política ya que, aunque lo nieguen, no nos quieren en el barrio. Pero bajo ninguna circunstancia vamos a dejar que hagan lo que pretenden hacer, que es que nos vayamos y si es posible que lo hagamos callados la boca, no lo van a conseguir.