El gobierno intenta que Diputados vote favorablemente su proyecto dictado por el FMI. “Debemos avanzar en unidad en la acción, y no sólo en relación al debate parlamentario sobre un Presupuesto digitado, producido y monitoreado por el FMI”, instó el titular del PC, Víctor Kot.
Dos días antes de que el Directorio Ejecutivo del FMI analice las modificaciones al programa de financiamiento, por el que el Gobierno Cambiemos espera recibir la transferencia de 6.500 millones de dólares, el Congreso comenzaba a debatir el proyecto de Presupuesto 2019 (PP), cuyo texto se basa en la exigencia de déficit cero que hizo el organismo multilateral.
También durante estos días, se espera que Hacienda y Banco Central den a conocer las nuevas pautas monetarias, fiscales, cambiarias y financieras con las que el ejecutivo espera transitar la “tormenta” hasta el final de la Presidencia Macri.
El gobierno no necesita de la aprobación del PP para recorrer lo que le queda de mandato, pero se juega una carta pesada con la que espera exhibir que tiene sustentabilidad política suficiente para hacerlo sin sobresaltos.
¿Pero de qué va esto del PP? El eje que lo vertebra es el intento de legitimar el ajuste con el que, presuntamente, se busca alcanzar déficit cero. Pero -y aquí se revela su verdadero sentido-, el PP es una moneda que en una cara tiene el feroz recorte de la inversión pública y del otro un brutal déficit fiscal y financiero que representa 3,3 puntos del PBI, esto es, alrededor de seiscientos mil millones de pesos que se prevé destinar al pago de intereses de deuda externa que el propio gobierno tomó.
Así las cosas, en esencia, el PP no es otra cosa que transformar inversión social y productiva, además de trabajo, en capital financiero que se transfiere por medio del pago de intereses de deuda.
¿Acaso alguien puede creer que durante 2019 el PBI va a caer sólo 0,5 por ciento, el dólar se mantendrá en 40,10 y la inflación va a crecer 23 por ciento? Si sólo se tiene en cuenta el arrastre que va a dejar 2018, ni con Harry Potter en Hacienda se podrían alcanzar estas metas, aún si se precipita un escenario fuertemente deflacionario, provocado por la retracción de la actividad económica y el consumo.
Entonces, votar favorablemente el PP es votar el acuerdo con el FMI que, oportunamente, el ejecutivo eludió someter al debate parlamentario. Pero también es votar recortes drásticos en áreas sensibles como Salud, Educación, Ciencia y Tecnología y Acción Social.
Y, asimismo, significa fijar una clara postura política, ya que la legitimación -por esta vía- de lo acordado entre el Gobierno Cambiemos y el FMI, encorsetará más todavía cualquier posibilidad de revisión -e incluso- de renegociación que pudiera intentar hacer cualquier gobierno posterior, sobre la deuda tomada por el Staff Cambiemos.
Y es aquí donde vale recordar que éste es un Congreso en el que Cambiemos nunca tuvo mayoría y, pese a esto, logró con mucha facilidad, pasar proyectos letales.
El texto del actual PP avanza sobre la misma línea que el acuerdo celebrado entre el gobierno y los Fondos Buitre, la reforma jubilatoria, el Pacto Fiscal o el blanqueo de capitales, medidas que se facilitaron por el aval legislativo que recibieron.
Por eso cabe preguntarse qué va a hacer esta vez una oposición parlamentaria que, hasta ahora en mayor o menor medida, acompañó bastante de lo horrible que impulsó La Rosada a partir de diciembre de 2015.
Algunos de los que tienen que levantar la mano para decidir sobre el PP -a título personal o como espacio- se están postulando como alternancia al Gobierno Cambiemos. Sueñan con gobernar en poco más de un año y saben que si lo logran, después de festejar y apenas entren en La Rosada, los va a estar esperando Trevor Allayne.
Desde el staff gobernante aseveran que ya tienen los votos suficientes para que PP pase, en el Multiverso Peronista las voces van desde el voto negativo a la postura del Bloque Justicialista, cuyo titular Pablo Kosiner volvió a apelar al argumento de la gobernabilidad para explicar el voto positivo de su bancada.
Mientras tanto, en la calle, se espera para mañana miércoles, una jornada de importante movilización convocada, entre otros, por las CTA, movimientos sociales y el Frente Sindical para el Modelo Nacional. Ahí estarán el Partido Comunista, La Fede, el MTL y la Conat.
“Es preciso avanzar en la unidad en la acción”, recalcó el secretario Sindical del PC, Mario Alderete, quien caracterizó a la movilización ante el Congreso, como “un paso más hacia la posibilidad concreta de que, a través de la lucha y con las masas en la calle, podamos ir encontrando los caminos para la construcción de un centro coordinador de todas las luchas”.
Y fue claro cuando resaltó la necesidad de construir este centro que aglutine las luchas. “La movilización y la unidad en la calle de todos los trabajadores y el pueblo se va dando en este proceso tan complejo”, celebró pero hizo hincapié en que “falta un centro representativo de todos estos sectores, que sea capaz de orientar, dar más fuerza organizada a la lucha”.
Pero también que, desde ese espacio de unidad y acción, “se aporte a la construcción de un programa mínimo que permita ir encontrando caminos para la construcción de una alternativa política que, inclusive, pueda expresarse electoralmente”.
Alderete fue claro cuando advirtió que “este proceso debe propiciar el avance en un acuerdo programático que permita la expresión electoral”, así como “ir creando condiciones para -si fuera preciso- desalojar a este gobierno con juicio político de ambas cámaras, gobierno provisional, convocatoria a elecciones y el comienzo de la discusión de una nueva Constitución Nacional para otro tipo de Estado”.
Por eso, insistió, resulta necesaria “la construcción de un centro coordinador capaz de conducir la lucha de resistencia, derrotar a los planes del gobierno y el FMI, construir alternativa de carácter político y también de carácter electoral”.
Tenemos programa
Por su parte, el titular del PC, Víctor Kot, celebró el marco de unidad de acción en el que se avanzó hacia la jornada del 24. “Esa unidad en la acción se fue construyendo”, recalcó Kot y recordó que “no es sólo un hecho que se produce en relación al debate parlamentario sobre un Presupuesto digitado, producido y monitoreado por el FMI”.
En este sentido, no dudó cuando señaló que “aplicar este presupuesto requiere un ajuste brutal y un Estado policial para poder efectuarlo íntegramente”, ya que “con sólo revisarlo no aparece un rubro donde se mantenga algún tipo de criterio de desarrollo, es todo regresivo, salvo en lo que tiene que ver con represión”.
Ante esto, el secretario general del PC celebró las expresiones de articulación de la resistencia que se vienen construyendo desde el movimiento popular.
“Se multiplican iniciativas comunes que actúan sobre los conflictos que provoca la política del gobierno que es monitoreada por el FMI”, recordó Kot y citó experiencias como las desarrolladas por multisectoriales “que adquieren programáticas que enfrentan la política de ajuste, como la que se constituyó en la ribera del río Paraná, con las dos CTA, organizaciones políticas y sociales, además de sindicatos de la CGT”.
De ahí que -resaltó- la movilización contra el PP, “contribuye a que prevalezcan los sectores que deben producir enfrentamiento parlamentario contra este Presupuesto”.
Tras lo que, sin dudarlo, puntualizó que “es inevitable” que se avance en la creación de un centro coordinador de las luchas que, además, favorezca “la generación de una propuesta programática que pueda ser llevada al plano electoral, por un frente que realmente esté dispuesto a cambiar las cosas en nuestro país”.
Y destacó que, “modestamente, el Partido y La Fede, hemos introducido en el debate popular un Proyecto de Plataforma Programática que estamos llevando a todo el país”, un documento que, recalcó, “debe ser puesto en circulación en actos y movilizaciones, presentaciones y entrevistas políticas para introducir elementos de nuestra iniciativa en el debate”.
Una propuesta que se basa “en un programa de emergencia que plantea la necesidad de frenar los tarifazos, reconstruir el sistema y el haber jubilatorio, impedir los despidos y las suspensiones en las empresas y, además, la precarización laboral”.
Por eso, en la calle, para salir al cruce de otra propuesta, aquella sobre la que -un mes atrás- el propio ministro Nicolás Dujovne , volvió a brindar precisiones.
Fue al presentar el PP, cuando el titular de Hacienda volvió a defender el argumento del Déficit Cero. Ahí pidió a los diputados que acompañen la propuesta gubernamental, algo que -recalcó- “será señal muy importante para reducir la incertidumbre”.
Esa vez, Dujovne habló de “un Estado que sepa administrar los recursos” y de la “debilidad endémica de la economía argentina” que, a juzgar por los recortes que el ejecutivo profundizará si prospera el PP, no es otra cosa que -al menos- dos tercios de argentinos.
Porque desde la particular mirada de clase que tiene el Staff Cambiemos, hay que reducir la incertidumbre de los mercados –personas concretas que hacen dinero del dinero-, pero nunca aquella que provoca no saber si al día siguiente se va a tener o a conseguir trabajo, sentir que el futuro se escurre y ni tener un plato de comida.