Fortaleciendo lazos de solidaridad entre vecinos y con el apoyo del gobierno provincial, Bahía Blanca va saliendo adelante tras la peor catástrofe de su historia. Mientras tanto Javier Milei, Patricia Bullrich y Gustavo Petri viajaron a la ciudad en plan de campaña, pero fueron repudiados por los bahienses.
Malena Larrea es presidenta del centro de estudiantes de la Escuela de Artes Visuales de Bahía Blanca, integra la agrupación Ultravioleta y militante de La Fede, pero además es vecina de esa ciudad y como tal fue testigo de las horas aciagas que la región comenzó a vivir cuando el viernes 7 de marzo, una descomunal tormenta dejó bajo agua a prácticamente todo el casco urbano bahiense, afectando particularmente a las zonas bajas y a localidades donde la urbanización sin planificación convive con la pobreza y las necesidades que esta situación expone y profundiza.
Con este telón de fondo, Malena es una de las jóvenes militantes que desde el primer momento se sumaron a la tarea que se lleva a cabo desde la Casa del Docente del Suteba, que es uno de los puntos desde donde se organiza y presta la ayuda a los que le fue peor. Y mientras el gobierno nacional intenta sacar rédito político de la desgracia de toda una población, desde el pie crecen los lazos solidarios que con las cosas muy claras trabajan sobre este presente tan adverso y sueñan con un futuro diferente y mejor.
Y uno de lo centros desde donde se disemina cotidianamente la tarea de construir lazos de empatía con aquel que la está pasando muy mal, es la Casa del Docente que Suteba posee en esta ciudad. Desde ahí, con valor y compromiso, educadores y estudiantes como los jóvenes de la Ultravioleta protagonizan jornadas tan extensas como extenuantes que llevan en su esencia el ADN del Hombre Nuevo.
* Ese es el lugar que encontraron como estudiantes para actuar sobre la terrible situación que atraviesa la zona…
Lo hicimos desde el vínculo que tenemos con la Casa del Docente de Suteba, porque nos organizamos como juventud a nivel gremial con las trabajadoras de la educación. Regularmente la Casa del Docente se utiliza como hospedaje y para actividades culturales, pero ahora se convirtió en uno de los centros desde donde se organiza la asistencia. Antes de que esto sucediera, habíamos comenzado una coordinación y planificación de actividades con la Casa del Docente, porque tenemos un vínculo con Suteba, más precisamente con la agrupación Celeste. Y ahora ante la emergencia continuamos con la articulación y nos enfocamos en colaborar en un esquema que la situación requiere.
* Suteba tuvo una rápida reacción…
Vino Roberto Baradel y estuvimos recorriendo escuelas. Los compañeros de Suteba trajeron insumos para que repartamos en ellas, donde también conversamos con quienes las habitan, sus directores y maestras, también con las familias porque la escuela es la representación del Estado en cada barrio y localidad, y debe estar abierta para poder encontrarnos de esta manera porque es un punto de referencia comunitaria.
Por eso estuvimos compartiendo y colaborando en lo que podemos. También fuimos a visitar a docentes que han perdido todo. El Suteba provincial se ha encargado de abordar la emergencia, de salir a buscar a todos sus afiliados a los centros de evacuados e ir a ver como estaban sus casas. Y nosotros somos parte de esa actividad, lo que es muy bueno, porque más allá de estar colaborando con esta situación de crisis total, debemos comprender que nuestro papel como juventudes, como docentes en formación, es estar en el sindicato con los trabajadores y trabajadoras, porque nosotros somos parte de eso, no somos una cosa ajena y creo que es fundamental entendernos como estudiantes jóvenes, personas que estamos dentro de este entramado social y que jugamos un papel importante, no estamos afuera de eso.
* Sin dudas una tarea intensa…
Entonces fue muy importante vivir toda esta experiencia que continuamos hasta el día de hoy. Estamos desde la siete de la mañana hasta las once de la noche trabajando en esto. Y toda la articulación que hacemos con Suteba es también a nivel institucional con la Provincia, a través de la CTA. Por eso estuvimos ayudando a descargar los camiones que vienen de la Dirección Nacional de Cultura y Educación con elementos de limpieza y útiles escolares. Fue ir a pisar las escuelas, ver en qué estado quedaron y encontrarse, reunirnos con las familias.
El viernes estuvimos en una escuela de Villa Nocito que está justamente dentro de esa zona periférica en la que la cosa sigue mal, a diferencia del centro donde de a poco todo va volviendo a la normalidad con la apertura de locales comerciales y el resto de la vida cotidiana. Por ejemplo en Cerri, hasta el viernes cuando estuvimos, estaban los buzos para ver si encontraban personas que aún estaban desaparecidas. En todos esos lugares se sigue viendo un barrial…hay un gran contraste de clases sociales que está muy marcado en estas circunstancias entre las zonas, por eso hay que ir a esos lugares y hay que estar con quienes viven ahí.
* En medio de una situación tan traumática es importante que sea la juventud comunista la que esté poniendo los brazos y una mirada propositiva en un momento tan duro…
El viernes pasado fue el día que me permití llorar cuando entramos a una escuela especial que tenía graves problemas de humedad, donde no se va a poder en lo inmediato volver a encontrarse, porque hay ciertos peligros serios. Por suerte el estado de las escuelas es bueno, salvo algunas que están muy complicadas. Me pasó entonces que me emocione porque apareció ahí el tema de la ausencia del Estado Nacional que es algo que cala profundamente en cómo nos sentimos y en cómo ponemos el cuerpo y nos desgastamos física y psíquicamente.
Digo esto porque al entrar recuerdo que había una colección de cajitas de Zamba que decían Ministerio de Educación de la Nación y fue terrible, porque no llegaron ni este año ni el anterior…son cosas que ya no existen porque ya no existe ese Ministerio por ejemplo.
Entonces es muy tremendo y tenemos esos momentos en los que renecesitamos poder contenernos entre compañeros, abrazarnos y estar sabiendo que vamos y ponemos el cuerpo, porque por más que no hayamos perdido nuestras casas ni hayamos sufrido daños personales, por más que tengamos el privilegio de alguna manera de ir a poder ayudar, debemos comprender qué es lo que pasó y qué es lo que estamos viendo. Todos los testimonios que estamos escuchando de la gente que perdió todo o de quienes no saben donde están algunos de sus seres queridos…es una situación muy traumática.
Pero sí puedo decir que es un gran consuelo ver toda la dinámica que hemos armado dentro de la Casa del Docente con otros compañeros y compañeras, porque estamos todo el día juntos, juntas, juntes. Nos levantamos a la mañana, desayunamos ahí, cargamos camionetas con donaciones y después las repartimos en grupos. Estamos todo el tiempo en conjunto hablando sobre las cosas que pasan, sobre cómo abordar esta situación de crisis, en lo que de alguna manera es encontrarnos y aunque eso lo hace un poco más leve, tenemos momentos donde llorar y enojarnos por todo lo que sucede. Pero sabemos que tenemos otras personas al lado y cuando hablamos de solidaridad, hay que pensar en eso, porque la solidaridad no es solamente “voy y hago algo”, sino todo el entramado que se arma para garantizar que funcione este sistema de trabajo que es voluntario y militante…y esta es una palabra clave: somos militantes, no es que somos personas que un día nos levantamos con buena voluntad. La militancia es el estilo de vida que elegimos, es el estar construyendo un mundo distinto.
* Hablabas de enojo y eso puede ser parte del insumo que permita seguir adelante e ir construyendo ese mundo mejor al que también aludiste…
Por supuesto. Da muchísima bronca porque es la realidad que estamos viviendo. Sabemos que nuestra catástrofe la vivimos en Bahía Blanca donde salís a la calle y ves sus consecuencias, porque aunque se está limpiando, todos los días encontrás cosas que la gente tira porque tiene que hacer, en muchos casos, su casa de cero. Entonces sabemos eso pero entendemos que para el resto del país, esto tal vez esté dejando de estar en agenda. Vamos a seguir viviendo en Bahía Blanca, pero en otros lugares ya dejó de ser noticia. Esto te pone mal, como la presencia de Patricia Bullrich, Petri y Milei que fue totalmente testimonial, porque vinieron y estuvieron rodeados por un montón de militares…a Bulrich la echaron en su visita porque provoca mucho enojo esto del Estado ausente y que mucho de lo que tenemos de la solidaridad recae en la buena voluntad de la comunidad. Todo vuelve a ser como en el tornado del 23 de diciembre de 2023, vinieron casi a decir lo mismo, eso de “arréglense solos” y eso provoca mucho enojo.
* Hay enojo pero también militancia y algo que es como una metáfora de lo que tenemos como país, eso que dijiste que le pasa a Bahía Blanca, hay que empezar de cero y quizás haya que hacerlo con el enojo que sirva para no olvidar lo está pasando y construir algo mejor. Y en eso los jóvenes comunistas están comprometidos…
Por supuesto. Hay una cosa que estuvimos charlando desde un primer momento con mis compañeras que es esto de la solidaridad, que es una palabra que estamos escuchando permanentemente y que es un valor que las y los comunistas profesamos. Pero creo que hay una cuestión de propaganda, de utilizar la solidaridad como para olvidarse que tiene que haber un Estado presente, como si la solidaridad le correspondiera al pueblo y no a los dirigentes. Entonces me encontré en Internet con una imagen que decía que de esto se sale con “solidaridad amor y empatía”. Y a eso hay que sumarle que se sale también con un Estado presente, porque no alcanza con la buena voluntad que tenemos, que es un valor humano que debemos seguir cultivando y debe ser cada vez más grande. Pero estamos demostrando que somos una sociedad capaz de ayudar a las otras personas y empatizar, porque acá han entrado personas que no tienen ningún tipo de formación política y aún así vinieron a la Casa del Docente y se pusieron a colaborar. Entonces terminás descargando un camión de lavandina con gente que no conocés, pero con la que te encontrás hermanada por esta situación. Es un valor muy importante, pero eso no debe hacernos olvidar la necesidad de que esa solidaridad se contagie en nuestros dirigentes, en las personas que están llevando adelante el gobierno de este país que se han dedicado a estafar con criptomonedas y a instalar todo tipo de discursos de odio, pero no a solucionar cuestiones urgentes como es esta catástrofe.