La derecha argentina quiso encontrar en el 50 aniversario del “Operativo Independencia” una nueva oportunidad para promover el negacionismo y para avalar la represión contra la organización popular. El Partido Comunista de Tucumán salió a las calles junto al pueblo tucumano para repudiarlo y recordó a las victimas del terrorismo de Estado.
El Partido Comunista y la Liga Argentina por los Derechos Humanos de Tucumán participaron en los actos que, en diferentes ciudades, se realizaron con motivo del 50 aniversario de la implementación del “Operativo Independencia”. Desde la dirección provincial del Partido recordaron que “el Operativo Independencia significó el comienzo de la represión indiscriminada, los secuestros, la tortura y la desaparición de personas y apropiación de menores”. En cada una de las actividades se repudió también los intentos por parte de sectores negacionistas, vinculados al gobierno nacional y provincial, de reivindicar la represión clandestina e ilegal llevada a cabo por el Ejército Argentino en la provincia, durante los meses previos al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
El primero de los actos se llevó a cabo el 5 de febrero en la “Escuelita de Famaillá”, fecha en la que María Estela Martínez de Perón firmó el decreto 261/75 que ordenaba el “aniquilamiento” del “accionar subversivo”. En “La Escuelita” (donde hoy funciona un espacio de memoria), el General Acdel Vilas, a cargo del operativo, había instalado el puesto de mando que centralizó las operaciones militares represivas e ilegales que involucraron a más de seis mil soldados del Ejército Argentino que, con el apoyo de la Policía de Tucumán, convirtieron en pocas semanas a la provincia en sede del infierno en la Tierra. En “La Escuelita” estuvieron secuestrados alrededor de tres mil personas. La dirección del Partido recordó además que “en toda la Provincia se distribuyeron estos lugares de horror usando la infraestructura de los ingenios de azúcar gentilmente cedidos por los empresarios locales a las autoridades militares”.
Otros actos tuvieron lugar en Plaza Independencia, el 6 de febrero y en Tafí viejo el 7. Desde la dirección del PC provincial denunciaron que “mientras se realizaba el acto de repudio en Tafí Viejo, la policía atacó ferozmente a una mujer en su casa, deteniéndola con brutalidad por el mero hecho de haber reclamado junto a su familia atención sanitaria en un Centro de Atención Primaria de Salud en Villa Obrera” y agregaron que “otro hecho similar ocurrió en Manantial esa misma noche, donde una mujer fue golpeada por la policía”.
Para los dirigentes comunistas de la provincia no se trata de hechos aislados, sino de una política de amedrentamiento que se encuentra en consonancia con la política represiva y negacionista del gobierno nacional que encabezan Javier Milei y Patricia Bullrich. Al respecto, señalaron que el gobernador Osvaldo Jaldo es hoy, en la materia, “el mejor alumno del presidente” y que “cuenta a su favor con el silencio cómplice de los medios nacionales, en una situación que recuerda en mucho lo ocurrido hace 50 años”. En efecto, en la Tucumán Jaldo “se repiten a diario operativos policiales de amedrentamiento contra la población, en los que se detienen sin motivo a las personas y en los cuales se les rompen e incluso roban sus pertenencias, en particular celulares”, denunciaron desde el Partido.
Continuidad
Finalmente, el sábado pasado se realizó también una jornada de conmemoración que se extendió por varias horas. En las distintas actividades el Partido Comunista de Tucumán y la filial tucumana de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre se hicieron presentes. A pesar del intenso calor, con temperaturas que incluso superaron los 40 grados, “participamos junto a cientos de personas que se reunieron en cada uno de los puntos de Memoria para dejar en claro que este pueblo no olvida ni perdona”, enfatizaron desde la dirección partidaria.
Ahora, el Partido junto a la Liga y las organizaciones populares de la provincia se preparan para participar, el 17 de febrero, en un acto frente a Tribunales para acompañar el inicio del juicio por los crímenes cometidos en “La Fronterita”, proceso que otorgará continuidad a los juicios por delitos de lesa humanidad ocurridos en la provincia durante la última dictadura.
Vale recordar que los crímenes del Operativo Independencia fueron investigados y juzgados en dos oportunidades. En ambos juicios se analizaron casi trescientos casos que permitieron reunir las pruebas necesarias para condenar a 18 genocidas por delitos de lesa humanidad. Entre los crímenes comprobados, por los que fueron juzgados, se cuentan la desaparición forzada de personas, torturas, privación ilegítima de la libertad, homicidios y violaciones. En ambos casos se determinó que los crímenes habían sido cometidos en el marco de un plan sistemático de aniquilamiento perpetrado por el Estado. Ahora, en el juicio “La Fronterita” se juzgarán los crímenes cometidos por civiles junto a personal militar, ya que se abordarán los casos ocurridos en un centro clandestino de detención instalado dentro de un ingenio azucarero de Famaillá. Entre los civiles procesados se encuentran cuatro empresarios del azúcar, acusados de colaborar con el Ejército y de facilitar la logística implementada para llevar a cabo el plan de aniquilamiento.
La continuidad de los juicios es un acontecimiento judicial y político muy importante en el marco de la política represiva del gobierno nacional. El negacionismo no es un problema que atañe al pasado reciente de nuestro país sino un asunto de plena actualidad ya que la impunidad de los crímenes de ayer es el punto de partida para justificar la represión y violencia institucional que hoy se encuentran a la orden del día. Abanderado de la política económica y social de una nueva versión del fascismo que hoy se despliega a escala global, el gobierno de Milei emerge en el plano local también como un alumno ejemplar que aprendió las lecciones de la experiencia macrista en el poder, esto es, que no hay transferencia de recursos posible desde el trabajo hacia el capital sin dos elementos: represión sobre las luchas del presente y negacionismo e impunidad respecto a los crímenes de lesa humanidad cometidos por la última dictadura militar, con el propósito de construir un sentido común antipopular que permita garantizar el mayor saqueo en el menor tiempo posible.
En este contexto, durante los últimos días diversos sectores de la sociedad, siempre existentes pero hoy envalentonados como nunca antes por un gobierno que los invita a movilizarse, celebraron públicamente la implementación del “Operativo Independencia”, con hurras a la figura de Isabel Perón y con vítores a los militares del Ejército que participaron en la represión clandestina e ilegal contra “la subversión apátrida”. En Yerbabuena, unas pocas decenas de personas se movilizaron por el Boulevard de los Héroes de Malvinas y la Avenida Presidente Perón; en Teniente Berdina, un grupo aún más reducido celebró la masacre cometida contra miles de tucumanos. Al respecto, desde la dirección del PC afirmaron que “la celebración realizada por sectores afines al gobierno nacional, donde convergen grupos de ex militares con cómplices civiles y negacionistas, generó que se multiplicaran la expresiones de repudio y que en los actos de memoria, verdad y justicia participen más personas que en otros años”.