Florencia Dahbar es médica especialista en Clínica Médica y Cardiología, pero también es referente de la CTA de los Trabajadores de Córdoba y de la Mesa en defensa de la salud como derecho fundamental, al tiempo que integra el CC del PCA. En esta columna se refiere a la salida de Argentina de la OMS que dispuso la Presidencia Milei.
El gobierno de Javier Milei, por exceso de cipayismo, se comió el amague de Donald Trump, anunciando la retirada de Argentina de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que EEUU finalmente anunció que se queda en el organismo. No es nada sorprendente por parte del gobierno libertario, tomar una medida ciegamente, solo para seguir agradando al imperio yankee.
Sería gracioso si esto no se encontrara en consonancia con una orquesta de medidas que están vulnerando estructuralmente el sistema sanitario argentino y como consecuencia la salud de toda la población.
Como parte de la receta de ajuste en salud, este gobierno liberó el precio de los medicamentos volviéndolos inaccesibles, quito la cobertura al 100% de medicamentos a jubiladxs de PAMI, no entrega medicamentos oncológicos y medicamentos de alto costo para enfermedades como la fibrosis quística, recortó programas esenciales destinados a enfermedades infectocontagiosas, inmunizaciones, salud sexual y reproductiva, consumo problemático de sustancias y salud mental, incluso programas insignia como Médicos Comunitarios.
A su vez avanza con el despido de 1400 trabajadores del Ministerio de Salud, entre ellxs lxs del Hospital Bonaparte, o lxs 360 que se desempeñaban en áreas claves y sensibles, como la dirección Respuesta al VIH, ITS, Hepatitis virales y Tuberculosis y de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, en un 30 y en un 40% de sus plantas respectivamente. Hay áreas que quedaron directamente sin personal, como el Registro Nacional de Vacunación, que es ejemplo a nivel internacional ya que pocos países cuentan con un sistema similar. Las tres personas que se ocupaban de esa tarea fueron despedidas, lo que afecta la disponibilidad de los datos de dosis aplicadas en la aplicación Mi Argentina y perjudica al cálculo de coberturas administrativas. Así también, quedó prácticamente vaciada el área encargada de la compra de vacunas, teniendo en cuenta lo compleja que es la adquisición de medicamentos -compra directa, por licitación o por el denominado Fondo Rotatorio de la OMS/OPS, que permite acceder a precios más convenientes- lo cual requiere de personal capacitado y con experiencia.
En sintonía con estas decisiones, este 2025 el recorte será de un 20% en la partida de salud y de un 52% en el ministerio de salud.
En este sentido, la salida de la OMS puede traer más riesgos a nuestra población, y ningún beneficio.
- No acceder a mecanismos de cooperación internacional como compras masivas de vacunas, medicamentos y tecnología.
- Desarticulación con el resto del mundo ante emergencias sanitarias, catástrofes, epidemias y pandemias.
- Falta de acceso a información sensible para el diseño de políticas sanitarias, actualización científica, formación de profesionales, asistencia, gestión y administración en salud.
Vale aclarar que pertenecer a la OMS no obliga a ningún país a seguir tal o cual directiva, ya que las políticas sanitarias son decisiones de cada estado. La OMS tiene un rol de liderazgo sanitario a nivel mundial, recolecta información relevante, posibilita apoyo técnico a cada país, sugiere políticas sanitarias destinadas a la promoción de salud, la prevención y el tratamiento en base a la mejor evidencia científica y facilita la cooperación internacional para el acceso a tecnología médica, medicamentos y vacunas.
De concretarse esta medida, sería la Organización Panamericana de la Salud quien ejerza este rol de liderazgo.
Los “argumentos” esgrimidos para la salida de la OMS son una cadena de mentiras. La cuarentena no fue una imposición de la OMS, tampoco fue la más larga en nuestro país, ni tampoco la mortalidad por COVID-19 se encontró dentro de las más altas a nivel mundial- de hecho esta en el puesto 16, muy por debajo de EEUU, Brasil, o del promedio mundial- y podemos decir que gracias a un estado presente en ese momento se pudieron evitar mayores consecuencias, tuvimos acceso a la vacunación y atención médica para toda la población.
Tampoco es cierto que es significativo el aporte de Argentina al organismo, 8 mil millones anuales frente a los 204 millones de Canadá, o los 1284 millones de EEUU por ejemplo. Es más, la compra reciente de vacunas podría haber significado 200 millones de dólares, no lo fue gracias a la pertenencia a la OMS. Para Milei que todo pasa por las finanzas y los números no debería ser difícil de entender cuanto le aporta esto a nuestro país.
Nos encontramos frente a un anuncio que significa más humo para tapar las consecuencias del ajuste en salud, que habla de una mezcla entre falta de idoneidad, desprecio a la salud del pueblo y desesperación vergonzante por agradar al capital financiero internacional.