El Presidente, su hermana y La Diva de los Teléfonos bailan en el balcón de la Casa de Gobierno de un país en el que Milei y su troupe arrojaron a la pobreza a más de cinco millones de personas y condenaron a que otras tres a la indigencia. ¿Hasta cuándo esa suerte le servirá para tapar la mugre de un gobierno ineficiente?
Javier Milei pronosticó que en las elecciones de medio término que van a ser dentro de un año, La Libertad Avanza (LLA) dará un batacazo, algo que pasaría si como anticipó poco antes su hermana, el Congreso se llena de “defensores de la libertad”. Lo hizo durante el acto llevado a cabo el sábado en Parque Lezama, ocasión en la que su partido se presentó como fuerza nacional, donde volvió a aseverar cosas como que en Argentina baja la pobreza y las jubilaciones le ganan a la inflación, al tiempo que adelantó que la victoria de 2025 será la de “David sobre Goliat” lo que desde su particular mirada significa “Dios, Patria y Familia”.
Lo primero que hay que decir es que el año venidero LLA renueva apenas dos bancas de diputados, por lo que hasta con un magro resultado electoral va a mejorar su volumen legislativo, pero también vale reconocer que para eso todavía falta una enormidad y que, hasta entonces, es poco probable que la Presidencia Milei pueda ofrecer demasiadas sorpresas. Pero sí resulta prudente reflexionar qué va a hacer una parte de la sociedad que, creciente y mayoritariamente, exhibe muestras de bronca, desilusión, hartazgo, agobio y hasta desinterés por lo que hace un gobierno que ante esto sigue pisando el acelerador a fondo.
Porque durante la misma semana en que Milei acaba hablando de “Dios, Patria y Familia”, se exhibe en Casa Rosada una imagen de la Virgen del Valle con un provocador bordado en el que aparece -de frente- el Presidente a punto de abrazar al Papa Francisco, a pocos días de que el Pontífice tuviera declaraciones muy duras respecto a la política social del gobierno y ¿de qué Patria hablará, cuando pocos días antes la canciller Diana Mondino firmó con su par de Gran Bretaña, David Lammy, un acuerdo que parece calcado del tristemente recordado pacto Foradori-Duncan? o ¿a qué familia se refiere cuando los datos que el Indec reveló, dos días antes, dan cuenta de que seis de cada diez pibes viven en la pobreza?
¿Hasta cuándo esa suerte de transgresión adolescente que le alcanzó para que con muy poco saltara del stand-up y de los paneles de la televisión a La Rosada, le va a servir para seguir tapando la mugre de un gobierno que, además, es asombrosamente ineficiente? Porque lo cierto es que la realidad desmiente a cada instante la mayoría de cifras y argumentos que la Presidencia Milei continúa lanzando por medio de sus propaladoras massmediáticas y su red de trolls. Y esto es aplicable a lo que se vio en el acto de Parque Lezama y también en su reciente participación en la Asamblea General de la ONU.
Veámoslo desde una perspectiva capitalista ¿Quiénes puedan estar interesados en hacer negocios con inversiones fuertes a largo plazo, con un presidente que va a la ONU para decir que las principales economías capitalistas del planeta están siendo dominadas “por un programa de gobierno supranacional, de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados Nación”? El caso de Petronas y el proyecto de construcción de la planta de gas natural licuado (GNL) es más que elocuente.
Si aceptamos que tal como ocurrió durante los últimos doscientos años, al menos para la facción productivista del sistema, la estabilidad -en todo sentido- sigue siendo un mérito, se puede comenzar a comprender por qué ni siquiera con el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (Rigi) están apareciendo proyectos de volumen significativo.
Con este telón de fondo, el reciente viaje de la comitiva presidencial a Nueva York dejó algunos datos para pensar. Por un lado se vio a un Milei aburriendo a los pocos que tuvieron que quedarse para ver qué decía en su discurso en la ONU y a un Caputo que volvió a pasar la gorra sin éxito, pero también aparecieron las fotos del presidente jugando con un chiche nuevo en Wall Streat y la de pulgares en alto con Elon Musk.
En este punto hay que decir un par de cosas más. Una es que ese mundo gobernado por una entidad “supranacional de corte socialista”, es el mismo ante el cual más allá de las bravuconadas, el tándem Milei-Caputo fue a tirar la escupidera para pedir que aflojen algunos dólares que permitan cubrir vencimientos de la deuda en que el propio Caputo (esa vez asociado a Macri) nos metió a todos los argentinos.
Pero también hay que marcar que aún desde la perspectiva capitalista y unipolar, para el supuesto caso de que sea verdad que pretende escapar de esa gobernanza global que “pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados Nación”, Milei tomó algunas medidas que son sumamente contradictorias. Es que ni bien entró a La Rosada sacó a la Argentina del Brics que, justamente, se plantea desde adentro de los márgenes del sistema capitalista, un diseño de gobernanza global que escape a esas “soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados Nación” que, del pico para afuera, el mandatario argentino dice cuestionar. Y si para muestra de esto alcanza con un botón, vale señalar que a esta altura del partido, en términos geopolíticos y geoeconómicos, el Brics comienza a asentarse como una alternativa concreta a la supremacía que se estableció desde los acuerdos de Bretton Woods y que lo hace a partir del cuestionamiento de la supremacía como moneda de intercambio mundial de ese dólar que, sin éxito, el tándem Milei-Caputo sigue mendigando. Pero también con la consolidación de mercados de valores como los de Shanghái y Bombay que compiten con el neoyorkino que es donde, por unos breves instantes, días atrás le permitieron jugar a un presidente que quiere convertir a su país en una republiqueta bananera.
Es entonces cuando todo ese viaje lisérgico que va desde la ONU hasta Parque Lezama, encuentra su mejor síntesis conceptual en la foto de los pulgares hacia arriba donde se ve al Presidente, junto a Karina Milei, el embajador en EE.UU. Gerardo Werthein, Luis Caputo y Demian Reidel al lado de Musk que volvió a decir que analiza invertir en nuestro país, algo que ya anunció otras veces pero que hasta ahora no tuvo ningún correlato real. Y mientras Musk sigue cocinando lentamente a Milei, del otro lado del río Uruguay acaba de perder una fuerte pulseada con el Presidente Lula y el Poder Judicial de Brasil.
En ese derrotero Milei reiteró que nos saca a los argentinos del multilateralismo, que nos mete peligrosamente en un conflicto como el de Medio Oriente que amenaza con escalar más allá de su propia región y que, además, pone la postura geoeconómica y la geofinanciera de Argentina en manos de un solo jugador global, algo que debería comenzar a preocupar fundamentalmente a la clase capitalista que actúa en nuestro país que, volviendo a exhibir las alarmantes limitaciones que la caracterizan desde hace varias décadas, sigue mirando encantada a la serpiente que sisea presta a devorarla.
Ruleta rusa
La semana pasada casi en simultáneo con el anuncio del Indec que daba cuenta de que durante el primer semestre del año, merced a las medidas adoptadas por el actual mandatario, los índices de pobreza e indigencia se catapultaron respectivamente para alcanzar al 52,9 y el 18,1 por ciento de las personas, Milei junto a su hermana y su perro, hacían las veces de guías turísticos de Susana Giménez a quien le cedieron La Rosada para que la utilizara de set televisivo.
Pero lejos estaba esto de ser la única calamidad que caía sobre los argentinos cuando ese ícono del menemismo volvía a Casa de Gobierno:
- Peajes: se anunció que las tarifas de los corredores de jurisdicción nacional vuelven a aumentar en octubre.
- Subte: el boleto se encarece un 16,46% a partir de mañana martes por lo que pasa a costar $757. El premetro sube a $264,95. En lo que va de 2024 el pasaje acumula un alza del 560%.
- Prepagas: las empresas privadas de medicina aumentan este mes sus cuotas en un rango que va de 4,1 a 8,4% lo que duplica el último dato de IPC.
- Agua: la tarifa de este servicio aumenta 4,9% por la aplicación de la indexación mensual dispuesta por el ejecutivo.
- Telecomunicaciones: la telefonía celular, internet y el cable aplican aumentos del 4% para octubre a raíz de las actualizaciones mensuales que suceden por la decisión gubernamental de eliminar las regulaciones que las limitaban.
- Derrumbe I: de acuerdo índice de Inversión Bruta Interna Mensual que confecciona la consultora Orlando Ferreres, en agosto la inversión cayó un 25,8% interanual con lo que acumula desde enero una contracción de 21,5%.
- Lapidario: de acuerdo a la Ocde, Argentina va a acabar 2024 con un desplome del 4% de su actividad económica y una inflación de 147,5%. Así lo señala el informe que esta organización hizo público la semana pasada en el que empeora sus previsiones respecto de su análisis previo.
- Desconfianza: el Tesoro fracasó a la hora de renovar el vencimiento de deuda por $7,1 billones y entonces va a tener que monetizar depósitos que tenía inmovilizados en el Banco Central por 2,3 billones, ya que los inversores institucionales se muestran reticentes a seguir convalidando tasas de retorno negativas.
- Caída libre: el último informe de actividad industrial que elabora la Came, da cuenta de que casi el 20% de las empresas tuvo problemas para pagar salarios en agosto y el 40% está endeudada. También que la actividad de las Pymes industriales cayó por noveno periodo consecutivo y acumula una retracción de 16,9% en ocho meses del año. Los sectores más afectados son Alimentos-bebidas, y Textil-indumentaria.
- Preocupante: de acuerdo a una reciente encuesta nacional que hicieron las organizaciones Inquilinos Agrupados y Ni Una Menos, el 25% de las personas consultadas debió abandonar su vivienda porque no podía pagar el alquiler, durante los nueve meses que transcurrieron desde que el DNU 70/2023 dejó sin efecto la Ley de Alquileres.
- Derrumbe II: la inversión en el sector de la construcción se contrajo en agosto 27,6% en términos interanuales con lo que volvió a acelerar la caída que se había morigerado durante julio cuando fue de 16,3%. Así lleva un derrumbe acumulado del 24,6% desde enero, tal como lo señala la consultora Orlando Ferreres.
- Peso pesado: durante el mes que acaba, los aumentos y recorte de subsidios hicieron que se duplicara el peso que el gasto de transporte tiene sobre el salario en la zona Amba, donde la Canasta Básica de Servicios representa el 13% del salario promedio y el peso proporcional del gasto en transporte se catapultó al 40%.
- Deuda: durante septiembre volvió a crecer la deuda pública que aumenta a un ritmo de US$ 4.444 millones por mes por lo que ya está a punto de licuar el efecto de la megadevaluación del 119% que perpetró Milei apenas ingresado a La Rosada.
- Derrumbe III: de acuerdo al informe que el Indec suministró la semana pasada, las ventas en supermercados, mayoristas y shoppings cayeron en julio un 12,3%, 17% y 9% respectivamente. Relevamientos privados dan cuenta de que esta situación empeoró durante agosto.
- Derrumbe IV: durante agosto la producción industrial se contrajo 3,7% a nivel interanual y 1,3 mensual, con lo que lleva un acumulado desde enero del 7,9%, tal como lo señala la consultora Orlando J. Ferreres.
Todos estos datos son apenas un extracto que permite aproximarse a una realidad que afecta fundamentalmente a los trabajadores ocupados y expulsados del sistema, pero también a parte del universo del capital que actúa en Argentina que elige seguir jugando a la ruleta rusa.
Pero sin dudas, el peor de todos los que dejó la semana pasada, es el que hizo público el último informe elaborado por el Indec que da cuenta sobre el aumento de los índices de la pobreza y la indigencia en el primer semestre del año que, hay que repetirlo, ya se colocan en el 52,9 y el 18,1 por ciento, respectivamente.
Durante ese período la pobreza trepó once puntos y la indigencia seis, lo que quiere decir que Milei y su troupe arrojaron a la pobreza a alrededor de cinco millones de personas y condenaron a que otras tres deban sobrevivir en condiciones de indigencia, esto es sin poder comer adecuadamente cada día. Pero mucho más despiadado aún es que en el segmento que va de cero a cinco años de edad, la cifra de pobres es el equivalente al 64 por ciento y la de indigentes al 23,3.
Y en algunos casos la cosa es peor, como en la provincia de Santa Fe donde el 80,71 por ciento de los menores de catorce años subsisten por debajo de la línea de pobreza, esto es once puntos por arriba del promedio nacional que para este segmento etario es del 69,68 por ciento.
Todo esto se dio a conocer la semana que acaba de terminar. Son cifras oficiales que detrás tienen historias individuales y colectivas que hablan de frustración, de sufrimiento y de dolor a las que se condena a personas concretas. Nadie puede decir que esto no se sepa, porque son datos que para los afortunados que no los padecen en carne propia, están a un click del móvil o el dispositivo que usen para conectarse a la red, también del control remoto que utilizan para la TV. Están al alcance de la mano, lo mismo que las imágenes y la sanata de Milei en la ONU o las de su hermana posando sonriente con Susana Giménez tan lejos, hasta en lo gestual, de los millones de argentinos a los que se somete a vivir con hambre.
Entonces, el retorno de Susana Giménez a la escena política es bastante más que un acto de frivolidad. Esta suerte de gurú de la psicología positiva, vuelve para decirnos que si hacemos como que somos felices, seremos felices pese a todo, ya que si pensamos “en positivo” van a suceder cosas positivas y si deseamos mucho alguna cosa y creemos que la podemos logar, seguro que lo conseguiremos.
Todo esto aparece desde fines del siglo 20 enraizado en manuales de autoayuda y poco después se propaló exponencialmente con la aparición de Internet y las redes sociales. Y planea al individuo como su propio espacio de autorrealización, para lo que es preciso que reprima cualquier pensamiento y actitud divergentes con la subjetividad impuesta por el sistema capitalista, por lo que si te echan del trabajo es por tu exclusiva responsabilidad y si evitás cualquier “pensamiento tóxico”, en realidad vas a darte cuenta de que lo que se te plantea es otra oportunidad de desarrollo personal. En épocas de precariado y reformas laborales terriblemente regresivas, esto suena como música para el universo del capital.
Por su puesto que desde esa perspectiva, se comprende como “tóxico” a aquello que no encaja con lo que para el capitalismo es políticamente correcto, por lo que aunque los expulsados del sistema sean muchos, el problema y su resolución es absolutamente individual y quienes piensen de otra manera y, más aún, los que actúen en consecuencia por medio de la acción política, social o sindical van a ser estigmatizados, ya que la psicología positiva deja en claro que a la felicidad no hay que buscarla en la transformación política, sino en la del yo.
De ahí que desde esa mirada, todo lo que huela a colectivo es “tóxico” y debe desaparecer, para dejar lugar a un individualismo extremo sobre el que ni siquiera tiene que actuar la institucionalidad liberal burguesa, ya que (¡así lo postula!) hasta la propia constitución genética del ser humano está dispuesta para la competencia cuya representación social no sería otra que la lógica que impone el mercado.
Porque después de todo, el capitalismo es un sistema de relaciones económicas, políticas y sociales que lo que necesita es convertir todo en mercancía y esto incluye a las personas. Pero principalmente es una ideología. Y en el contexto del actual capítulo que atraviesa su segunda crisis de larga duración, presenta crecientes dificultades para legitimarse como tal, así como en términos económicos porque es tal la expansión del capital financiero que ya no puede cubrir los beneficios para esa masa de capital, entre otras cosas porque hace rato que el sistema produce más porquerías de las que consume ya que, por definición, los salarios siempre están por debajo de la tasa de rentabilidad de la clase capitalista.
Entonces para solucionar esto, en una sociedad global a la que ya no le quedan más válvulas de escape para construir nuevos mercados, desde hace rato la clase capitalista, antes que producir bienes, prefiere especular con ellos o con su valor a futuro. A esta fase de extrema financierización le sobran todavía más trabajadores que antes y para eso algunas de las versiones más marginales de las escuelas económicas, diseñaron modelos teóricos que son los que con su propia impronta Milei está poniendo en práctica.
Aquí cabe recalcar que la financierización extrema de la economía, resulta ser un proceso de huida de la producción y de la lucha de clases, por el cual el universo del capital intenta evitar la resistencia que los trabajadores ofrecen a explotación y a la alienación. Y esto es así porque en el universo de las finanzas, el capital se siente libre lo que lo lleva a convertirse cada vez más en especulativo y rentista, esto es, esa economía-casino que llevó a que, de la mano de Macri y Caputo, Argentina se endeudara en más de 45 mil millones de dólares, que se fueron por la cloaca de la timba y la bicicleta financiera y que ahora mismo vuelve con idénticos actores, pero de la mano de Milei.
Y como, a fin de cuentas, de lo que va todo esto no es otra cosa que de un episodio de lucha de clases, es que el sistema echa mano a recetas que pretenden legitimar socialmente esta exposición de su carácter más criminógeno y entonces exhuma figuras como Susana Giménez, con todo este rollo de psicología positiva.
Por eso aquellos que se frotaban las manos sonriendo ante el apagón televisivo que tuvo el acting que Milei montó para la presentación de su Proyecto de Presupuesto, deberían mirar el rating que conserva La Diva de los Teléfonos en su regreso a la televisión y, entonces, seguramente pondrían las barbas en remojo al advertir que buena parte de esa sociedad agobiada, con bronca, desilusión, hartazgo y desinterés puede que tenga dudas con Milei, pero continúa eligiendo a Susana Giménez.
Las características que adquiere la lucha de clases suelen configurarse en relación a la propia dinámica que tenga la relación de explotación. Identificar esto resulta clave y por eso es que la clase capitalista se empeña tanto en distraer, confundir y crear incertidumbre, ya que de esa forma se vuelve más complicado identificar en qué consiste aquella relación de explotación aunque sus resultados se manifiesten claramente a flor de piel del explotado.
Entonces, la tarea es disminuir la incertidumbre y para ello nada como hablar y también actuar sobre aquello que resulta evidente. Y para este trabajo es preciso construir herramientas comunicacionales propias que, desde la escala de las posibilidades concretas, sean capaces de hacer un aporte a la indispensable reorganización de la lucha de clases.
Mundo loco
“En poco tiempo más el mundo va a estar condiciones de salir del corsé de Bretton Woods”, dijo Luis Inácio Lula Da Silva ante la Asamblea de la ONU, al aludir a la fortaleza creciente que viene teniendo el Brics como espacio económico y financiero pero también político, algo que se advierte con sólo reparar en el volumen del Nuevo Banco de Desarrollo, desde donde se avanza hacia la concreción de una moneda común de intercambio que definitivamente reemplace al dólar.
Esa frase de contundente significado geoeconómico y geopolítico, también lo tiene en términos geoestratégicos. Y en este punto vale recordar que aún hoy la única formación estatal que controla estas tres dimensiones es EE.UU., pero que desde hace rato sólo puede garantizar su supremacía a partir casi exclusivamente del poder militar que posee, lo que explica su papel preponderante en la generación y el sostenimiento de la guerra que la Otan libra contra Rusia y en la regionalización de la agresión que perpetra el Estado de Israel contra Palestina.
A este escenario de creciente peligro e impredecible desenlace, es hacia el que nos quiere arrastrar la Presidencia Milei, también en este caso ante la mirada alelada de un esquema de representación política liberal-burguesa, incapaz de ver más lejos del puente de sus anteojos y de una clase capitalista que actúa en el país, que cree que si Argentina queda embretada en un conflicto de esa magnitud las esquirlas nunca van a poder traspasar el cerco del country.
Desde que se convirtió en un sistema planetario, la guerra aparece como una herramienta de regulación del capitalismo a escala mundial, un mecanismo para paliar las crecientes dificultades que tiene para sostener los niveles de acumulación que pretende y que, asimismo, constituye una forma de competencia intercapitalista, al tiempo que representa una herramienta para disciplinar cualquier intento alternativo. Es, entonces, la que quizás sea la manera más cruel que adopta la lucha de clases.
Y en esto, el fin de la Guerra Fría y el militarismo que se profundizó durante las últimas décadas en EE.UU., donde el presupuesto dedicado al Pentágono creció varias veces en relación a aquellos destinados a otras áreas, puso a Washington en la necesidad de enfrentar a formaciones estatales en las que la acumulación de capital aún no acabó de realizarse, porque es a esos escenarios a los que se trasladó buena parte de la inversión a partir de procesos como el de deslocalización industrial.
Esto junto a la apropiación de recursos, explica algo del por qué de la profundización de esta dinámica de hostigamiento e intentos de desequilibrar políticamente a países emergentes, principalmente a Rusia y la República Popular China, así como a otros de la talla de Irán y Venezuela. Pero también ayuda a comprender el motivo por el que, asociado a la Unión Europea, EE.UU. dio el golpe de Estado que impuso un régimen fascista en Ucrania, desde donde hostigó a Moscú hasta obligarlo a emprender la operación militar especial en el Donbás.
EE.UU. representa como nadie a la versión más decrépita del sistema que va por los recursos naturales estratégicos que tiene su enemigo sistémico, al que pretende separar de Europa que necesita de la energía que posee Rusia, país que además es un factor de estabilización en Oriente Medio donde, en Siria junto a las milicias pro-iraníes fue fundamental para frenar al Estado Islámico y evitar que ese país siguiera el mismo camino que Washington propició en Libia.
La desestabilización y peligro de regionalización que, a instancias del Estado de Israel, se plantea en estos momentos en esa región tiene muchas dimensiones, pero deja en claro hasta qué punto en esta locura tanatocapitalista, el tándem Washington-Londres-TelAviv está dispuesto a sacrificar, aunque fuera de momento, intereses geoeconómicos en pos de una toma de posición geoestratégica que le permita el control de territorios y exterminio de pueblos, en una actitud que pone al mundo ante las puertas de una tercera guerra mundial.
Estas dinámicas de agresión tienden a reproducirse de forma creciente en diferentes partes del planeta. Y es a ellas a las que con sumisión perruna hacia ese tándem, Milei quiere arrastrar a la Argentina tal como volvió a ratificarlo ante la Asamblea de la ONU, en una actitud con la que vuelve a traspasar una línea roja y ante la cual, más que nunca, la agenda de la resistencia y la lucha política y social, debe incorporar y potenciar a la lucha por la paz que no es otra que la lucha antiimperialista.