Con presupuestos universitarios prácticamente agotados, Milei apuesta al desfinanciamiento ¿Se viene otra jornada como la del 23 de abril? "Apostamos a construir una movilización exitosa", recalcó desde el MUI, Lucas Alfieri.
“Las universidades continuamos en lucha”, recalcó Lucas Alfieri, quien es vicepresidente del Centro de Estudiantes de Humanidades de la UnSaM e integrante de la Mesa del MUI, de cara al debate que se viene en el Senado por el financiamiento de las universidades nacionales que se impulsa desde una parte de la oposición parlamentaria a partir de un proyecto que, como se recordará, ya tiene media sanción de la Cámara Baja.
En este punto vale recordar que de acuerdo a un informe dado a conocer por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), si prospera la iniciativa parlamentaria, el mecanismo de financiamiento resultante tendría un impacto fiscal de apenas el 0,14 por ciento del Producto Interno Bruto, esto es alrededor de 738.595 millones de pesos. Pese a esto, Javier Milei ya amenazó con vetar la norma si es que avanza en el Senado.
La iniciativa que con diferentes matices cuenta con el apoyo de los rectores, organizaciones sindicales, estudiantiles y de graduados, plantea la actualización de los créditos presupuestarios que se destinan a cubrir los gastos de funcionamiento de las casas de estudio, de forma retroactiva al inicio del presente ejercicio y por la variación anual del índice de Precios al Consumidor (IPC) respecto a 2023. Y después, propone ajustar el monto bimestralmente de acuerdo al IPC que publica el Indec.
Por otra parte, prevé una recomposición de los salarios de docentes y no docentes, tomando en cuenta lo perdido desde diciembre de 2023 hasta la fecha de sanción del proyecto, para habilitar después una actualización mensual, también conforme el IPC que releva el Indec. De acuerdo al informe de la OPC, esta recomposición salarial traería aparejado un impacto de sólo el 0,08 por ciento del PBI.
Vale citar que tras el paro que por 48 horas llevó adelante la comunidad universitaria a principios del mes pasado, convocado por el Frente Sindical Universitario (FSU), se ratificó la idea de avanzar hacia una jornada de movilización similar a la Marcha Federal Educativa que tuvo lugar el 23 de abril en defensa del sistema público, universal y gratuito de educación que el actual gobierno pone en riesgo con un brutal ajuste que atenta abiertamente contra el salario de estos trabajadores y la posibilidad de que las universidades funcionen adecuadamente.
Las demandas del sector siguen siendo, entre otras, la recomposición salarial y del presupuesto universitario, la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente y el rechazo al intento de prohibición del derecho a huelga que la Presidencia Milei intenta imponer por medio de una ley que declare la esencialidad de la educación.
Es que las universidades ya están atravesando el escenario sobre el que alertaron cuando, a principio de año y tras la devaluación del 119 por ciento perpetrada por la Presidencia Milei durante diciembre, coincidieron al plantear que con los recursos congelados a los montos establecidos por el Presupuesto 2023 no alcanzaba el dinero para llegar más allá de mitad de año.
Entonces, la cartera de Capital Humano que absorbió al desaparecido Ministerio de Educación, se jactó de haber otorgado un doscientos por ciento para el presupuesto de funcionamiento, pero esto en realidad representa sólo el diez por ciento presupuesto total y por eso lo correspondiente a recomposición de salarios quedó en veremos. Todo esto en un escenario en el que los trabajadores perdieron alrededor del cuarenta por ciento de masa salarial a lo que se suma el hecho de que las partidas asignadas al funcionamiento de las casas de estudio, resultaron esquilmadas en un rango de más del noventa por ciento.
Peor que con el macrismo
“La discusión presupuestaria lejos está de haber quedado resuelta”, lamentó Alfieri y recordó que el gobierno nacional “planteó un aumento en los gastos de financiamiento que sólo representan un diez por ciento de los gastos totales de una universidad pública, dejando de lado una parte enorme de los gastos, como los correspondientes al pago de salarios, que su principal fuente de financiamiento proviene del Tesoro Nacional”.
Y en este sentido, hizo hincapié en que desde el Frente Malvinas que integra el MUI, hay un fuerte acompañamiento de la lucha que vienen librando los sindicatos que agrupan a docentes y no docentes, tal como se vio reflejado en los diferentes paros que el FSU protagonizó durante agosto. “Acompañamos esas medidas desde el movimiento estudiantil, fuimos parte de diferentes jornadas de visibilización y protesta, y en estos días estamos definiendo como seguir la lucha”, refirió y añadió que para eso va a ser clave lo que pase con el tratamiento del proyecto financiamiento en la Cámara Alta, pero también con el veto que pueda ejercer el Presidente sobre la norma.
“Milei anunció que quiere vetar el proyecto y estamos trabajando en función de eso para definir una nueva marcha”, sostuvo el integrante del MUI y sin dudarlo resaltó que “como movimiento estudiantil debemos apostar a construir una movilización que sea exitosa”, ya que “de nada nos sirve una movilización mermada, que sea fácilmente dispersable y reprimible por parte de un gobierno que ya vimos lo que es capaz de hacer, cuando se votó la Ley de Bases y compañeros de nuestra propia universidad acabaron presos, imputados injustamente en causas abiertas por delitos gravísimos”.
En esta dirección, analizó que “ni siquiera durante el macrismo vimos estos niveles de persecución y criminalización de la protesta, que escala a niveles cada vez más fuertes, pero que también busca aleccionar al movimiento estudiantil”. Por eso insistió en que es preciso “no aflojar, construir jornadas masivas e ir hacia una nueva marcha universitaria que vuelva a poner el conflicto sobre la mesa pero de forma integral, porque no se trata sólo de los salarios de los docentes y de los no docentes, sino también de las becas Progresar que están en veinte mil pesos que no alcanzan absolutamente para nada con una inflación interanual de 263 por ciento”.
Y fue contundente cuando, tras denunciar que el ajuste “expulsa estudiantes y docentes que optan por ir a otras universidades o migrar hacia el sector privado”, recalcó que “debemos saber armar espacios que permitan recomponer y masificar la movilización, porque de nada nos sirve plantear abordajes que no estén acompañados masivamente por el movimiento estudiantil que fue protagonista de la marcha del 23 de abril”. Por lo que “estaremos coordinando dentro de los frentes sindicales que integramos en las universidades nacionales, para garantizar una nueva movilización universitaria que permita volver a correr al gobierno de su casillero desfinanciador y ajustador contra los estudiantes, jubilados y trabajadores para los que sólo tienen palos y empobrecimiento”.